Ensayo Cuatro Acuerdos

El autor de este libro inicia haciendo un relato en el cual un personaje, el que es un Nahual proveniente de la cultura tolteca, tiene una especie de alucinación la cual se dice que es un sueño lo que lo lleva a ver de una forma distinta la manera en que percibimos las cosas y por consecuencia establecer las bases para entender los distintitos acuerdos.

En este parte lo que me llama la atención es como el percibe a todo lo que le rodea como “Luz” y un reflejo de ella; que finalmente todos estamos hechos de lo mismo, solo que nos percibimos de distintas formas porque hay un “Espejo humeante”, el cual interfiere a ver nuestro propio reflejo y el que también nos lleva ver a los demás de acuerdo a la forma en que nuestro sueño lo interpreta y como también el sueño colectivo al que estamos sujetos, va determinar la forma en que pensamos, reaccionamos y actuamos.

Yo definitivamente entiendo que todo lo que percibimos es real, que sin duda existe un proceso en nuestro cerebro que interpreta la luz, los objetos, los colores y sabores, pero el autor resalta que todo esto lo hemos obtenido por el proceso que él llama “Domesticación”, el cual consiste en que desde pequeños los sueños externos nos llenan de creencias las cuales vamos adoptando hasta llevarlo a una FE. Esto para mi sin duda es lo que llamaría el proceso de aprendizaje que tenemos en la vida pero sin duda me llevo mucho a la reflexión que es verdad que siempre, desde pequeños se nos han impuesto formas y maneras de comportarnos, se nos ha limitado a pensar y actuar de manera adulta, incluso se nos ha bloqueado la imaginación y la creatividad en la mayoría de las veces usando el miedo, en consecuencia el miedo en mi caso, me ha llevado a vivir acomplejado, limitado y atado de manos, ya que yo mismo he alimentado esos miedos, el miedo a lo que los demás van a decir, el miedo a no ser lo suficientemente bueno para los demás, el miedo a ser rechazado, y por consecuencia como dice el autor “acabamos siendo alguien que no éramos”.

Requiere de mucho valor para aceptar que todo este tiempo, las cosas que eh aprendido, en muchas ocasiones han sido por quedar bien con los demás y no conmigo mismo. En mi caso yo eh sido instruido desde pequeño en un ambiente religioso, donde todo los días se habla de Dios, de formas de comportarse, de formas de reaccionar a las ofensas de los demás y de cómo no tratar a los demás, muchas veces me eh visto reprimido, a llegado un punto en que como dice el autor “Ahora nos auto domesticamos nosotros mismos”, y yo ya lo estoy haciendo, poniéndome reglas, limitándome, buscando yo maneras de estar bien con todos, pero no estar bien conmigo mismo.

No fue por medio de este libro que ya había reflexionado en estas cosas, ya tenía tiempo meditándolo, pero si de alguna manera me ha ayudado para comprender y poner las cartas sobre la mesa, ¿voy a tener el valor para cambiar mi forma de pensar?, ¿Voy a dejar de juzgarme y ser duro conmigo?, ¿voy a seguir pagando por los mismos errores?, es una decisión muy simple, pero no sencilla, porque finalmente ya es toda una vida de imposiciones y de seguir el sueño de otros, así como dice el autor “necesitamos una gran valentía para desafiar nuestras propias creencias; porque, aunque sepamos que no las escogimos, también es cierto que las aceptamos.”…

Es necesario que en nuestra vida los demás nos acepten y nos amen, pero muchas veces nos resulta imposible aceptarnos y amarnos a nosotros mismos. Nuestra imagen de perfección es la razón por la cual nos rechazamos; es el motivo por el cual no nos aceptamos a nosotros mismos tal como somos y no aceptamos a los demás tal como son.

Esto nos lleva a la siguiente parte del libro la más importante, y que el autor nos proporciona para romper todos esos acuerdos negativos que hemos hecho en el transcurso de nuestra vida.

El primer acuerdo con que se inicia es el “Ser impecable con la palabra” a esto el autor menciona y da entender cuál es el efecto que causa cada una de las palabras que decimos, él lo maneja como magia negra o magia pura, las dos quizás la forma más fácil de entender para mi es que depende de cómo hablamos vamos a utilizar nuestras palabras de forma positiva y negativa, tanto para nosotros y también para los demás, aunque finalmente el efecto que se va a tener al hablar cosas buenas o malas a los demás va afectarnos directamente a nosotros, ya sea que vamos a recibir odio u amor. Yo lo comprendo en forma en que debemos de tratar a otros de forma en que queremos que nos traten, en este caso, cada una de las cosas que digamos hacia otro, debe de ser la forma en que queremos que nos hablan y no se nos dirijan.

La palabra tiene mucho poder, un ejemplo que se toma es el de Hitler, de cómo él pudo influir por medio de sus palabras a un país completo, el poder que ejerció sobre ellos fue tan grande que los llevo a una guerra mundial.

El autor menciona que “La mente humana es como un campo fértil en el que continuamente se están plantando semillas”, esto me deja pensado mucho, en cuanto a que semillas hoy en día en mi vida se han convertido en árboles, o mejor dicho, en ideas y creencias propias, siempre eh tratado de buscar cosas positivas para mi vida pero muchas

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