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Fundamentación Corrientes Filosóficas


Enviado por   •  25 de Octubre de 2017  •  Síntesis  •  3.624 Palabras (15 Páginas)  •  155 Visitas

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2.2 Fundamentación Corrientes Filosóficas

La reflexión filosófica ayuda a lograr una mejor comprensión del mundo y de la vida, y la educación es la mejor forma de generar actitudes positivas para hacer frente a los innumerables retos que ofrece el mundo actual. La filosofía en la educación, conlleva toda una visión del mundo, explicando la naturaleza del hombre para poder saber de él y lo que se va a educar. La filosofía conduce al cuestionamiento constante sobre las propiedades, las causas y efectos de las cosas naturales sobre el individuo, e intenta responder a esas interrogantes con un sistema de razonamiento lógicamente estructurado, de manera que la filosofía no caduca, porque mantiene viva la inquietud del ser humano por aquello que no sabe.

Esto es esencial para forjar el modelo de integración escuela-comunidad, donde se requiere el desarrollo de un pensamiento creador, capaz de comprender la realidad para transformarla. El saber filosófico aplicado a la educación permite al maestro obtener los conocimientos fundamentales para su desempeño docente, en la enseñanza de principios y nociones rectamente sustentados y jerarquizados. Entre las corrientes filosóficas de pensamiento asociadas a este estudio se tiene: el pragmatismo, el constructivismo y el humanismo.

Bajo la perspectiva del pragmatismo, el hombre ocupando el centro del mundo que le rodea, transforma las cosas, las trasciende, y mediante un proceso de relación hombre-ambiente, reconstruye y transforma los elementos para alcanzar beneficios. El pragmatismo como corriente filosófica aplicada al campo educativo, concibe al docente como el orientador de actividades promotoras de la integración docente-alumno- comunidad, a través de la implementación de proyectos elaborados en base a las necesidades de la escuela donde el docente es la guía y orientador de las actividades de los alumnos y representantes. Esta es la modalidad práctica del pensamiento, no se reduce solo a reproducir una idea, sino que el objetivo final es el ejercicio de la validación y producción de hábitos de acción.

Según Egg y Hunt (1990): “Es la tendencia que concibe la realidad como proceso de cambios permanentes, considera que las respuestas a los diversos problemas del hombre deben prevenir de la experiencia”. (p. 25)

En esta corriente el hombre no tiene una mente pasiva, receptiva, si no todo lo contrario, su mente debe ser activa, capaz de resolver situaciones que se hacen presente para interactuar con su ambiente, esta teoría se puede aplicar a la siguiente investigación ya que permite alcanzar los cambios en las audiencias involucradas en el proceso educativo para alcanzar los objetivos propuestos.

Dewey (1975) quien planteó una tendencia pedagógica basada en el pragmatismo, conocida con el nombre de la Escuela Nueva sostuvo:

El hombre se forma para vivir dentro de su medio social, como si la escuela fuera en la práctica una comunidad en miniatura, con un fuerte sentido democrático favorecedor de la colaboración y ayuda mutua entre los ciudadanos; a ella resulta necesario llevar el avance industrial de todo tipo alcanzado hasta ese momento para poner así en contacto al individuo con lo ya logrado y promover en él la necesidad de alcanzar otros nuevos y superiores (p.32).

La divisa de Dewey permite relacionar a la escuela como una comunidad en miniatura, pero en realidad la escuela es parte de la comunidad es el centro del hecho educativo por lo que debe existir una estrecha vinculación entre escuela comunidad y viceversa y así garantizar el logro de una mayor participación con un grado más elevado de compromiso de todo ciudadano con el sistema económico-social imperante. Siendo el ser humano una parte o elemento necesario de la sociedad es imprescindible educarlo de manera tal que en su práctica resulte útil para la misma y contribuya a su desarrollo progresivo. Este marco, es esencial para la relación escuela-comunidad que se desea fraguar en este estudio porque implica trabajar por proyectos flexibles que relacionen los contenidos con la realidad y estén sujetos a una evaluación continua.

El constructivismo es un cuerpo de teorías que tienen en común la idea de que las personas, tanto individual como colectivamente, construyen sus ideas sobre su medio físico, social o cultural. Santrock (2001) afirma que: “los enfoques constructivistas dan importancia a los contextos sociales del aprendizaje y aseguran que el conocimiento se construya progresivamente” (p.18). Esta teoría es particularmente relevante para la presente investigación, por cuanto el niño(a) es un ser social inmerso en interacciones sociales en un contexto socio-histórico y en actividades socio-culturales. Esta corriente ha generado gran interés con relación a que el conocimiento es situado y colaborativo, lo cual significa que ese conocimiento se encuentra entre las personas y el entorno. Estas ideas manifiestan que el funcionamiento cognitivo tiene orígenes sociales, lo cual coincide con el concepto de la zona de desarrollo próximo de Vygotsky, 1924, citado por Good y Brophy (2000): “La zona de desarrollo próximo se refiere a los conocimientos y habilidades que los niños no están listos todavía para aprender, pero que podrían alcanzar con la colaboración de sus profesores, pares o adultos significativos” (p.23). La teoría planteada, asegura que la disposición de los niños(as) para aprender depende mucho más de sus conocimientos previos y acumulados que de la maduración de las estructuras cognoscitivas; de manera que los avances en el conocimiento serán facilitados por medio de la construcción social, entonces la ayuda del docente, adulto o compañero más avanzado, permitirá aproximar a los alumnos a un nivel superior de desarrollo y esto abre las puertas al dialogo como herramienta para el aprendizaje que hace que los conceptos se vuelvan más sistemáticos, lógicos y racionales.

La evaluación dentro de una dinámica constructivista se convierte en estímulo, reconocimiento, regocijo y motivación a la convivencia. Debe comunicarse para despertar la conciencia, el compromiso y voluntad para participar más activamente en los proyectos individuales y colectivos. Así, la relación docente-alumno-familia genera un despertar ético que los fortalece. Mediante interacciones constructivistas en el contexto sociocultural, la comunidad educativa va interviniendo cooperativa y socialmente.

El humanismo busca la exaltación del género humano por medio del desarrollo de los más altos valores del hombre cabal, libre y progresista. Bajo esta concepción, el arte, la cultura, el deporte y las actividades humanas generales, se vuelven trascendentes.

Facione (2014) diciendo:

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