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ESCUELAS RUDIMENTARIAS


Enviado por   •  17 de Diciembre de 2012  •  1.694 Palabras (7 Páginas)  •  811 Visitas

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La educación durante la revolución fue la antesala de la escuela popular.

Como ensayo educativo se dieron las escuelas rudimentarias pero, ¿cómo eran estas escuelas? ¿Quién las fundó? ¿Por quién y para quién fueron creadas? ¿Qué se instruía en ellas? ¿A quién benefició su creación? ¿A quiénes perjudicaba la instrucción? ¿Acaso fue un fracaso educativo o un avance?

En el posterior desarrollo de la temática se dará respuesta a estas interrogantes y se dará una visión más amplia de lo que sucedió en aquél entonces.

Las escuelas rudimentarias dieron paso al proyecto del proceso educativo, y estas no consistieron una falla educativa.

En el año del presidente Francisco León de la Barra designó como secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes al Dr. Francisco Vázquez Gómez (1860-1933).

El suceso más importante del interinato de Francisco León de la Barra en el ámbito educativo fue la ley de Instrucción Rudimentaria, de fecha junio 1° de 1911, repetición de la de Jorge Vera Estañol de mayo de 1911, publicada poco antes de la caída de Díaz. Ley que respondía a una de las demandas del Partido Liberal Mexicano de proporcionar educación al pueblo.

La iniciativa de extender la educación rudimentaria a los indígenas partió de Francisco Belmar, José L. Cossío y Esteban Maqueo Castellanos, cuya Sociedad Indianista Mexicana había nacido en 1910 para promover el interés por los grupos aborígenes de México. Belmar pronunció una conferencia (abril 17 de 1911) ante un grupo de “Young Men Christian Association” en el cual denunció la total indiferencia de las clases privilegiadas y las perentorias necesidades de los indios y campesinos. Las autoridades mexicanas, dijo, estaban demasiado ocupadas en asuntos administrativos, comerciales y religiosos para prestar atención a problemas sociales de los indios, a no ser que obtuviesen así alguna ventaja tangible. Se podían contemplar en las ciudades, edificios palaciegos y personas ricamente ataviadas junto a infelices indias que vendían chucherías en las esquinas. Las ciudades tenían buenas escuelas, pero las zonas rurales carecían por completo de medios educativos. Este abandono impedía a los indios vislumbrar la aurora de la civilización. Aunque los indígenas habían sido dueños y señores de todo el territorio mexicano y habían alcanzado ciertos logros, estaban, en esa época, sumidos en la indigencia. En vista de tan imperiosas necesidades, la Sociedad Indianista Mexicana de Belmar, estableció sucursales en la mayoría de las ciudades del país con el propósito de obtener información sobre el grupo indígenas para enseñarles español. Es significativo que, poco después de la conferencia de Belmar, apareció el decreto del gobierno de 1° de junio de 1911 que ordenaba la creación de las escuelas rudimentarias y que el Partido Popular Evolucionista, al cual pertenecía Jorge Vera Estañol, incluyera en su programa la difusión de la educación rudimentaria por todo el país, especialmente entre los indígenas (comas, 148, PP. 184-193).

El objeto de las escuelas rudimentarias, según la ley respectiva, era enseñar, principalmente a individuos de la raza indígena, a hablar, leer y escribir español y a ejecutar las operaciones elementales del cálculo (Art. 1°). La instrucción debía impartirse en dos cursos anuales (Art. 3°) y no sería obligatoria, pues la ley que la establecía no afectaba la observancia de los preceptos vigentes en materia de instrucción obligatoria (Art. 8°). Las escuelas deberían acoger a cuantos analfabeta acudieran a ella sin distinción de sexo o edades (Art.6°) y el ejecutivo estimularía la asistencia a ellas con la distribución de alimentos y vestido a los educandos (Art. 7°). Se establecerían escuelas de este tipo en las regiones del país donde hubiere porcentaje mayor de analfabetas. Se asignaba la cantidad de $300 000 para iniciar este tipo de enseñanza (Art. 9°). Característica importante del decreto era que la Secretaria de Instrucción Publica y Bellas Artes extendía su radio de acción fuera del Distrito Federal.

Alberto J. Pani (1879-1955) subsecretario de Instrucción Publica y Bellas Artes desde noviembre 2 de 1911, publicó un estudio sobre la Ley de Instrucción Rudimentaria en el cual afirmaba que las mayores dificultades del proyecto se derivaban de:

1) las condiciones especiales de nuestro pueblo; su nivel mental y la naturaleza de la población.

2) La estrechez del presupuesto.

3) Las imperfecciones de la ley.

En cuanto a lo primero, Pani proporciona las cifras de analfabetas en edad escolar, 3 615 320; adultos, 6 709 164 que forman un total de 10 324 484. La sola mención de estas cifras permite barruntar la difícil empresa que era la instrucción rudimentaria, sobre todo si se toma en cuanta la falta de homogeneidad étnica de la población, cuya pluralidad

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