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LOS IMPACTOS Y LOS DAÑOS CAUSADOS POR EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA


Enviado por   •  23 de Febrero de 2014  •  3.620 Palabras (15 Páginas)  •  1.321 Visitas

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RESEÑA

Capítulo 4. LOS IMPACTOS Y LOS DAÑOS CAUSADOS POR EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA

La violencia prolongada durante más de 50 años y su progresiva degradación han generado impactos y daños devastadores tanto para las victimas, familiares, comunidades y organizaciones e instituciones públicas, como para el conjunto de la sociedad colombiana.

Es usual que los impactos y daños causados por las guerras se midan por el número de muertos y la destrucción material que estas provocan. Pero la perspectiva de las victimas pone en evidencia otros efectos incuantificables e incluso intangibles. Estos daños han alterado profundamente los proyectos de vida de miles de personas y familias; han segado las posibilidades de futuro a una parte de la sociedad y han resquebrajado el desarrollo democrático.

Las victimas directas de la violencia en Colombia, así como sus familiares, amistados, vecindades y comunidades han experimentado situaciones de horror extremo en condiciones de enorme indefensión y humillación, sus victimarios fueron arbitrarios y no conocieron límites. Los testimonios escuchados ilustran la crueldad con la que actuaron los grupos armados y la sevicia con la que cometieron los actos, así como su clara intención de sembrar terror, e instaurar el miedo, subyugar a la población y controlar los territorios.

En este capitulo se analizan los principales daños e impactos en los casos emblemáticos durante la investigación comprendida entre 2007 y el 2012. el capitulo trabaja 4 aspectos centrales: en primer lugar, identifica y reflexiona sobre los daños emocionales y psicológicos, daños morales, daños políticos y daños socioculturales. En esta última categoría se ilustran los daños e impactos sobre los pueblos y las comunidades indígenas y afrocolombianas; también se identifican los daños materiales y ambientales, y su particular impacto en los aspectos económicos y socioculturales.

El impacto específico de la violencia sexual se trabaja en la tercera parte. Se trata de reconocer que los hechos de violencia ocurridos en la guerra causan efectos distintos dependiendo del género y la edad.

Finalmente se hace referencia a los impactos causados por la impunidad de los crímenes, la falta de atención integral y oportuna a las victimas y la falta de reconocimiento social de los daños que se les causaron.

4.1 Un entramado de daños e impactos

Las modalidades y las prácticas de violencia sufridas por miles de personas en Colombia provocan daños e impactos que afectan y la integridad de las victimas. Los impactos psicológicos deterioran las relaciones interpersonales y la salud física: las pérdidas económicas generan inestabilidad emocional; los impactos colectivos y el daño de las redes sociales y comunitarias afectan las capacidades y posibilidades individuales.

4.1.1 La huella emocional que deja la guerra.

Hombres, mujeres, niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores, presenciaron asesinatos atroces de familiares cercanos o vecinos; se les obligó a observar cuerpos torturados que fueron exhibidos para el escenario público.

Los testimonios revelan situaciones impactantes que dejaron huellas duraderas en las víctimas. Las historias relatadas en los talleres de memoria y en conversaciones dan cuenta de las experiencias del horror padecidas por ellas, sus amigos o vecinos: personas asesinadas cuando intentaban acompañar ritos funerarios de familiares y amigos…..

El clima de terror que los actores armados instalaron en muchas regiones del país con acciones como las masacres, las torturas, las desapariciones forzadas, los asesinatos selectivos, la violencia sexual o los reclutamientos ilícitos llevó a que las personas experimentaran sensaciones permanentes de amenaza y vulnerabilidad.

Las personas experimentaron emociones de angustia frente a la incertidumbre o la posibilidad de que nuevas agresiones ocurrieran, también por falta de información sobre el paradero de sus familiares. Las emociones de nostalgia provinieron especialmente del desarraigo y la pérdida de lugares amados y significativos, y los sentimientos de tristeza, surgieron por la ausencia o la muerte de los seres queridos.

Los relatos de las victimas también reflejan la presencia frecuente de sentimientos profundos de odio y de rabia desatados en algunos casos por la vivencia de la injusticia, en otros por el recuerdo reiterado de las humillaciones que recibieron.

Es usual que la represión de los sentimientos de rabia y de odio se redirija hacia otras personas, especialmente a las más frágiles como los menores de edad. Eso sucede por que las victimas no encuentran espacios adecuados para reconocer y procesar sentimientos… “yo me volví una persona muy amargada y pienso que mis hijos sufrieron mucho, por eso yo los gritaba y les pegaba mucho… “.

La culpa y la vergüenza son sentimientos cuya presencia mortifica la vida de las victimas. Este es el caso de las mujeres que fueron victimas de la violencia sexual. La culpa también la experimentan las victimas en relación con la aceptación de la muerte y la ausencia de los seres queridos. “.. yo no me animo a reírme, ni a bailar, ni a estar contenta, ¿cómo uno puede hacer esas cosas después de lo que pasó?.

Hechos de violencia como las masacres, las torturas, la violencia sexual y las desapariciones forzadas son claros ejemplos de experiencias traumáticas, las cuales suelen “destrozar los sistemas normales que dan a las personas una sensación de control.

Las experiencias traumáticas permanecen vividas a pesar del paso de los años y las victimas pueden revivir sus emociones de pánico y desamparo ante cualquier imagen, olor, sonido que evoque las situaciones experimentadas.. algunas de las huellas e impactos psicológicos causados por la violencia son: el encierro, el aislamiento, el silencio, las pesadillas recurrentes y repetitivas, el desinterés por cosas que antes disfrutaban, la perdida del deseo sexual, el descuido físico personal, el deterioro de la autoestima, la manifestación de enfermedades diversas, el deterioro físico, sentimientos depresivos y la frecuente aparición involuntaria e incontrolable de los recuerdos de lo vivido que invaden la memoria descritas como imágenes y pensamientos intrusivos.

4.1.2 Estigmatizar, devaluar, humillar. El daño moral de la guerra.

De acuerdo con el autor "Los daños morales son el menoscabo de valores significativos para las personas y las comunidades, pues muchos de los actos violentos buscan degradar la dignidad de las personas y sus comunidades, devaluar ideales y creencias y violentar los valores más íntimos" pg. 268

Los actores armados además de ejercer su violencia, de expresar por medio de burlas y ofensas el desprecio por las prácticas religiosas y culturales de las comunidades, hacen que las personas y las comunidades experimenten humillación, sacrilegio y profanación, los lideres cívicos son calificados de "guerrilleros", "terroristas", de perteneces a bandas criminales o de desarrollar actividades delictivas, produciendo sentimientos de sufrimiento e indignación; destituyéndolos del lugar ganado en la sociedad, siendo estigmatizados perdiendo oportunidades laborales y sociales y produciendo sentimientos de profunda tristeza, aflicción, desánimo, vergüenza, escepticismo y rabia son relatados por diferentes victimas; la guerra les arrebato la posibilidad de sentir placer, felicidad, de disfrutar.

4.1.3 Aislados, sin fiestas, desconfiados. Los daños socioculturales.

Existen daños socioculturales, que afectan colectivamente a las comunidades, que impactan tanto de manera individual como colectiva, que afectan sus relaciones internas, sus vínculos, sus intercambios, la construcción de las identidades, además implica pérdidas materiales de tierras, casas, infraestructuras, maquinarias, enseres y animales que son portadoras de sentido y de significadoya que estas representan

las victimas experimentan imposibilidad de trabajar en actividades de producción e intercambio debido a la activación de una economía propia de la guerra, además de las prohibiciones de circulación por ríos y caminos impuestas por los grupos paramilitares, los guerrilleros y el ejército nacional debido a las amenazas provocadas por los retenes, las incursiones armadas y la siembra de minas antipersona, obligando al abandono de las parcelas y a dejar de cultivar las tierras, al deterioro de los ciclos y las dinámicas productivas y de comercialización, además de la práctica de extorciones que aunado a lo anterior causa un impacto grave en las economías locales que garantizaban el sustento diario.

Los daños materiales de la guerra también afectan la comunidad y esto se evidencia en la destrucción y uso indebido de las infraestructuras públicas de salud, educación o disfrute social como puentes, caminos, parques y escenarios deportivos, veredas desaparecidas, pueblos arrasados, cultivos perdidos, tierras erosionadas, casas y caminos abandonados, escuelas desoladas, hospitales destruidos son algunas de las perdidas identificadas por las víctimas.

La guerra deterioró los valores sociales de solidaridad, tolerancia, participación, reciprocidad que son de vital importancia en los procesos de cohesión social y en la convivencia ya que estos garantizan la seguridad y el desarrollo personal y en cambio de ellos impuso la desconfianza, el silencio y el aislamiento generando conflictos y enfrentamientos entre vecinos.Esta atenta también contra las creencias y las practicas fundamentales que dan sentido, definen y asignan posiciones y funciones sociales determinantes en la vida social y cultural.

Existen también daños ambientales, causados por la voladura de oleoductos, la contaminación de los acueductos, la tala indiscriminada, la extracción de minerales, la alteración del cauce de los ríos, causando efectos como tierras erosionadas por el uso inadecuado o el abandono, aguas contaminadas por derrame de hidrocarburos, especies de fauna y flora extinguidas o en peligro de extinción y reservas naturales invadidas

4.1.3.1 Afrocolombianos e indígenas, los mas violentados.

La guerra en Colombia ha alterado significativamente la propiedad y el uso de la tierra, los pueblos y las comunidades indígenas y afrocolombianas han visto que sus territorios han sido usados, controlados, usurpados y expropiados para distintos fines.

Para los indígenas la tierra no es solo un pedazo de loma o de llano que nos da comida; cómo vivimos en ella, como trabajamos en ella, como gozamos y sufrimos por ella, es para nosotros la raíz de nuestra existencia. Por eso es nuestra madre y la defendemos (Mamo Arbuaco. Intervención en el segundo congreso CRIC).

Los daños al territorio ponen en riesgo la existencia de estas comunidades, pues deterioran los sistemas productivos, las habilidades, los usos y prácticas ancestrales que garantizan su subsistencia cotidiana, la trasmisión de saberes y la continuidad cultural.

Modalidades de violencia como la siembra de minas antipersonal y el desplazamiento forzado, también han causado grandes impactos en los pueblos y comunidades indígenas y negras.

4.1.4 Criminalizar, perseguir, reprimir. El daño que la guerra trajo a la democracia.

Se reconocen como daños o impactos políticos aquellos causados por los esfuerzos premeditados de los actores armados, en muchos casos con el apoyo de las élites locales o regionales par impedir, silenciar, o exterminar prácticas, mecanismos, organizaciones, movimientos, partidos, liderazgos e idearios políticos calificados como opuestos o contrarios a sus propósitos e intereses.

Durante las décadas de los 80 y los 90 se llevaron a cabo numerosas transformaciones institucionales en Colombia. Este proceso de trasformación del Estado incluyó la descentralización política administrativa, la elección popular de alcaldes y gobernadores, y posteriormente la realización de algunos procesos de apertura democrática y negociación política.

La persecución política afectó a un gran número de personas, líderes y organizaciones que incluyó a representantes de los partidos políticos liberal y conservador.

La persecución a las nuevas organizaciones políticas que representaban un pensamiento nuevo, diferente o contradictor del bipartidismo tradicional empezaba, en algunos casos, por la vía de la estigmatización política y criminalización del ejercicio de los derechos ciudadanos.

Las estrategias utilizadas por los actores armados incluyeron señalamientos y acusaciones que recayeron sobre las comunidades. El cierre del espacio público causado por el terror limitó la participación de proyectos políticos, especialmente aquellos que se constituyeron como alternativas del bipartidismo político. (el caso por ejemplo de la Unión Política, el Partido Comunista, etc)

Además de la persecución a los partidos y movimientos políticos, las acciones violentas se orientaron a atacar líderes y organizaciones comunitarias, cívicas, culturales, religiosas y humanitarias, organizaciones de mujeres e iniciativas juveniles.

4.2 LOS DAÑOS Y LAS MODALIDADES DE VIOLENCIA.

4.2.1 Las masacres; terror y devastación.

Las masacres son una modalidad de violencia que combina experiencias de horror con graves y complejos impactos sobre sus victimas. Son una modalidad que los actores armados se destacan por la capacidad de instalar el terror y despoblar territorios

Todas las masacres son barbáricas y crueles, y son más destructivas en cuanto mueren más personas.

Las masacres tienen una clara intencionalidad. Son acciones que buscan causar terror y sufrimiento intenso, humillar y degradar; desetructurar las relaciones y los vínculos sociales, destruir la identidad y la cultura de la comunidad.

4.2.2 Las desapariciones forzadas: ausencia, incertidumbre y soledad.

No existen datos reales sobre las desapariciones forzadas, las cuales ocultan asesinatos. Esta situación genera incertidumbre en las familias de las víctimas, quienes viven todo el tiempo en la angustia de saber si aún la persona está viva, convirtiéndose en una tortura psicológica que produce en las afectadas, angustia desespero y zozobra, haciendo más difícil la aceptación de la realidad.

Con relación a estos efectos generados, se presentó de forma muy común que, en las versiones libre del proceso de justicia y paz, personas se acercaran a preguntar a los acusados por sus familiares expresando el interés en poder enterrar a sus muertos como su tradición lo demanda. Aunque con la pobre información dada por los desmovilizados, varias personas consiguieron los restos de sus familiares y poner fin a los sentimientos generados por la desaparición, muy a pesar de lo doloroso que puede ser un proceso de exhumación de cuerpos.

4.2.3 Los desplazamientos forzados: el desarraigo, la nostalgia y la humillación

Este fenómeno ha sido un efecto constante que en vez de disminuir aumenta sus índices. Tanto así que la sociedad se ha acostumbrado a estas consecuencias y se ha naturalizado el hecho. El GMH recopila un sinfín de casos en los cuales las víctimas se vieron forzadas a abandonar sus hogares, tierras, negocios y sus estilos de vida, evidenciándose múltiples razones. Cuando llegan los grupos armados a una casa y desalojan a la gente porque la casita les gusto, ¿qué defensa tienen los dueños frente a un fusil, pistolas y cuchillos? Este y muchos más tipos de ejemplos, han vuelto indolente a la sociedad, mas no a las personas que directamente son víctimas. Una persona en situación de desplazamiento se ve sometida a un largo proceso de adaptación a un nuevo estilo de vida. Esperar el apoyo que de pronto le pueda brindar el estado, casi que mendigar un plato de comida cuando en su tierra tenían su negocio, su finca, su forma de vivir bien, con una buena calidad de vida. Cómo una persona puede reponerse, surgir, cuando le han quitado su espacio que por derecho le pertenece. Cómo se deja de pensar en todo lo que se tenía y ya no. Cómo se supera la degradación a la que se ve sometida una persona cuando se le queta a la fuerza su proyecto de vida. La sensación de no pertenecer a un lugar puede despertar pensamiento como el de devolverse al lugar de donde fue desplazado, porque “es mejor que lo mate la violencia a que lo mate la tristeza y la vergüenza”.

4.2.4 El secuestro: la libertad retenida

Los efectos causados por el secuestro varían según el tiempo de cautiverio, las condiciones, la posición socioeconómica de la persona y la razón por la que se realiza. Sin embargo, existen características de sufrimiento comunes entre los secuestrados; la cosificación de la persona, la eliminación completa de la autonommia para poder autodeterminarse por sí mismo, definitiva se pierde por completo la dignidad y su condición de persona.

La tensión psicológica, fruto de la exposición permanente al peligro y a la amenaza de muerte, de la certeza del sufrimiento de sus familias y de la incertidumbre frente a su futuro, representó para todos un dramático sufrimiento. A algunos los condujo a la desesperación con intentos de suicidio y escapes riesgosos, y a todos a la creación de mundos imaginarios que los acompañaran y les hicieran menos insoportable la existencia.

En cuanto a los efectos causados en la familia de los secuestrados, los acompaña constantemente una sensación de angustia y zozobra. La espera de pruebas de supervivencia, el intento por negociar con los captores la liberación de su ser querido o el desespero que genera la noticia de asesinatos de secuestrados, intensificaba los miedos de los familiares quienes se arrojaban al gobierno para que suspendiera los intentos de rescate miliar, los cuales ponían en evidente riesgo la vida de los secuestrados, y demandaban gestos humanitarios que hicieran posible el canje, la negociación y el diálogo.

La utilización de seres humanos como medios para obtener recursos económicos o presionar decisiones y negociaciones políticas hace que los secuestrados sean tratados como objetos, que su dignidad sea vulnerada y que la experiencia de negación de su libertad y de su autonomía deje imborrables marcas que transforman y afectan los pensamientos, las creencias, las emociones, las capacidades y los proyectos de vida de ellos y sus familias. Es un método de lucha política que desconoce los derechos fundamentales de un ser humano, razón que motivó a la sociedad a pronunciarse con enérgicos reclamos, poniendo en evidencia la profunda crisis de legitimad de los actores armados.

4.3. Los daños e impactos vistos según el género y la edad

Las pérdidas, daños, transformaciones e impactos que causa la guerra, afectan de distinta manera a hombres, mujeres, niños y niñas. Este impacto diferenciado corresponde a sus particulares condiciones sociales e históricas, y a las significaciones que desde sus roles y posiciones sociales unos y otras atribuyen a los hechos.

4.3.1 Las cuidadoras, las protectoras, las aglutinadoras. Los daños e impactos sobre las mujeres

El conflicto armado deja multitud de secuelas en los sobrevivientes de masacres, desplazamientos, asesinatos, desapariciones, etc. Las estadísticas muestran que nueves de cada diez víctimas fatales del conflicto son hombres, por lo tanto muchas de las responsabilidades de la familia terminan, quiéralo o no, recayendo en las mujeres quienes quedan sin apoyo, truncado sus proyectos de vida. Y si a esta situación se suma el desplazamiento de ellas con sus hijos (si lo tienen vivos, sino tuvieron que abandonar a los muertos por salvar a los otros) y si agregamos que es muy posible que hayan sido abusadas y violentadas sexualmente, surge la pregunta ¿qué le queda para justificar su existencia? Las historias comentadas por las mujeres al GMH evidencian mucho más los impactos en las emociones y en la forma en que ellas asumen una visión de la vida, no solo por el hecho de la perdida de tierras, esposo, hijos, sino porque a quienes deciden reiniciar su vida y seguir adelante la sociedad las juzga, puesto que se espera de ellas un duelo eterno, unos comportamientos determinados para una persona que ha vivido la perdida causada por la violencia. Cuando nos referimos a la pérdida no solo nos referimos a la correspondiente a la familia, también a la relacionada con su dignidad. En los relatos de mujeres que vivieron situaciones terroríficas y traumáticas con las violaciones por parte de grupos completos de hombres armados, se evidencian sentimientos de culpa, rencor, frustración. Al recaer en ellas la responsabilidad afectiva, emocional y económica de la familia, se le dificulta mucho más el poder emprender proyectos de vida que le permitan desarrollarse como persona, con las oportunidades y posibilidades que debería tener cualquier mujer en esta sociedad.

En la situación de asesinato de mujeres es mucho más complejo el poder mantener los vínculos familiares, puesto que los niños y niñas quedan a cargo de un familiar y la segregación de la familia disminuye, a su vez, las posibilidades de ese niño o niña dentro de esta sociedad.

Las violaciones sexuales también generan impactos no solo en la víctima, sino en los familiares. Algunos testimonios son desgarradores, puesto que al expresar la crueldad con la que eran tratadas en el momento de la violación, tenían que sumar el abandono de su pareja (en muchas ocasiones testigo del crimen), puesto que no podía soportar el hecho de haberse visto impotente para defender a su mujer.

Ahora, en los casos de los hijos productos de violaciones, se presenta en la mujer un conflicto de emociones, puesto que su instinto maternal choca con el odio que despierta el recuerdo de aquel abuso.

Las violaciones representan un mecanismo de control y poder por parte de los grupos armados. Es la forma en la que ellos instauran el terror, el miedo, la angustia entre la gente permitiéndoles hacer lo que les parezca sin razón aparente.

4.3.2 Proveedores y protectores. Los daños e impactos sobre los hombres

Los impactos de la violencia sobre los hombres, observados en los casos trabajados por el gmh, se pueden comprender en tres aspectos principales. En primer lugar, la violencia transformó abruptamente los roles asignados culturalmente a los hombres. Los desplazamientos forzados, la dificultad para realizar actividades productivas ligadas a sus saberes y habilidades, y la destrucción de sus espacios y lugares de sociabilidad, impidieron que la mayoría de ellos pudiera continuar con el rol de proveedores económicos y seguir ejerciendo su lugar de autoridades las familias e incluso en las comunidades.

Para un hombre que está culturalmente formado para ser el proveedor y la autoridad en la familia y es despojado por la violencia de ese estatus que se le dio, genera en él frustración, tristeza, vergüenza y perdida de su dignidad. El ser testigo de la violaciones, asesinatos de su esposa o hija y reclutamiento ilícito de sus hijos o hijas, impulsan a despertar sentimientos de culpa, el autorreproche y la impotencia y esto aumenta su sufrimiento y lesiona su autoestima. Esto sumado al desplazamiento forzado afecta impresionantemente el estado de ánimo del hombre que en muchas ocasiones impulso el regreso a la tierra de la cual fueron sacados. Esta situación se presentó en mayor cuantía en los hombres que en las mujeres.

La violencia impidió que muchos hombres siguieran ejerciendo sus roles de liderazgo, sus apuestas políticas y sus proyectos comunitarios. Estas actividades resultaban muy importantes en la configuración de sus identidades, pues eran fuente de reconocimiento y de estatus. El hecho de que les fueran impedidas generó sentimientos de frustración, soledad e impotencia, y agudizó los sentimientos de humillación y rabia.

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