MIGRACIONES

NO SÓLO LAS LOCAS ILUSIONES ME SACARON DE MI TIERRA

El Perú tradicional ha iniciado su crisis definitiva, ya que las viejas estructuras agrarias se quiebran por el crecimiento demográfico y la expansión mercantil. Un puñado de adolescentes se convirtió en fundadores de Cruz de Mayo y de sus transformaciones individuales y colectivas.

RUMBO A LA CAPITAL

Las motivaciones y mecanismos de la migración varían a lo largo de un continuo con dos extremos arquetípicos. Uno definido por las siguientes características: mujer-sierra-rural-migración-menor educación más antigua y el otro: hombre-costa-urbano-migración más reciente-mayor educación. En el primer extremo, la motivación predominante para la búsqueda de nuevos horizontes es el rechazo a la opresión y pobreza. Las relaciones patrón-cliente tienen gran peso tanto para la salida del pueblo como para la llegada e instalación en Lima. Conforme nos alejamos de ese extremo, el deseo de aventura y atracción de Lima cobran importancia. La familia extensa adquiere importancia como soporte del proceso migratorio. Entre los migrantes más antiguos (mujeres rurales) rechazan su situación en el pago natal y lo definen como un martirio. A las penurias económicas se añade la opresión social y familiar, falta de padres o parientes que lleva a los jóvenes a caer en dependencia quienes los someten a servidumbre y violencia física. Waqcha es la persona, especialmente niño o joven, sin o poco parientes y pobres. En los Andes, el parentesco es el mecanismo que facilita el acceso a recursos. Sin embargo, en Cruz de Mayo, la mayoría eran jóvenes, con instrucción y bilingües. Algunos de los migrantes más antiguos, especialmente mujeres, han adoptado características que la cultura andina le asigna al Waqcha como Pobre Andino, y predomina un conjunto de recuerdos como las arbitrariedades del poder local.

Existe la necesidad de trabajar desde temprana edad y surge la imposibilidad de ir a la escuela. Entonces, la marginación educativa está relacionada con el trabajo temprano y la orfandad. Con los recuerdos se entrelazan sentimientos de soledad y abandono, así como la ruptura del núcleo familiar, la opresión familiar y la extrema pobreza. Son situaciones que no pueden resolverse en el lugar de origen y se hace visible el resquebrajamiento de las estructuras agrarias y el declive de la producción agropecuaria. El contexto nacional ofrece mayores posibilidades de buscar nuevos horizontes fuera del lugar de origen. Pero, la migración en los 40 y 50 provoca un sentimiento de desarraigo que será solucionado al configurarse un nuevo sentido de identidad alrededor del barrio. Hay deseo de migrar aún cuando hay incertidumbre ya que los migrantes más antiguos de la sierra rural no tienen posibilidades de planificar su futuro como los migrantes más recientes. La mayoría busca entrar en relaciones patrón-cliente con otros estratos provincianos que tienen mayor vinculación con el Perú urbano-costeño o que han migrado antes a la capital, a los cuales se enganchan para salir de sus tierras. En las mujeres, a la opresión social de le suma la opresión de género. Los hombres no se encuentran en otra situación cualitativamente diferente, ya que es un varón joven que define su condición de huérfano-waqcha. Pero, a diferencia de las mujeres tienen acceso al Servicio Militar que les permite familiarizarse con Lima y afronten una situación difícil.

Ahora nos encontramos con migrantes más recientes provenientes de la costa y sierra Ya no hay tantas rupturas violentas sino una cierta planificación familiar de la migración. Hay nuevas motivaciones como adquirir una mayor educación y el deseo de conocer y salir de la estrechez provinciana, ya que el motor ideológico de la migración es el ansia del progreso, superación y libertad. El recuerdo de las condiciones existentes en el pueblo natal resulta más doloroso: el clima, paisaje y costumbres.

LIMA QUE AÚN CONSERVAS EL GARDO ALTIVO DE LOS VIRREYES

Lima ha superado el millón de habitantes balanceándose la nostalgia colonial y la ilusión del progreso. En los migrantes más antiguos predomina el miedo sobre el deslumbramiento frente a la capital, pero recientemente, la llegada a Lima es menos traumática ya que están familiarizados en cierta medida con la capital a través de parientes, paisanos y medios de comunicación. Este deslumbramiento con la modernidad se perciben con mayor claridad por los serranos, ya que el contraste es grande con lo andino y hay diferencias étnicas. Aunque los recién llegados tienen dificultades para orientarse en un ámbito delimitado por infinidad de rutas de transporte. Pero para otros, la primera impresión no es deslumbramiento, ya que les parece triste, feo. Antes era distinto y la gente era amable. Quienes llegan con patrones o padrinos están protegidos por una condición subordinada que les muestra una Lima ordenada pero rígida con una estratificación señorial. En los primeros tiempos, fue sinónimo de aislamiento especialmente para los situados en el extremo femenino rural, ya que se ubican en los cuartos de servicio y la vinculación con familiares y paisanos es escasa y dificultosa. Entre los migrantes antiguos no tiene mucha importancia

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