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HABITOS ALIMENTICIOS


Enviado por   •  2 de Julio de 2013  •  4.532 Palabras (19 Páginas)  •  481 Visitas

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Consideraciones preliminares

El docente es el elemento fundamental que tradicionalmente se ha vinculado a la enseñanza, por ser el docente quién proporciona al estudiante la mayor cantidad de situaciones y actividades con el propósito de que los estudiantes cambien su conducta y accionar. A este respecto Neira (2000) refiere que entre los factores que afectan a la enseñanza, los que dependen del docente son los más numerosos, entre ellos: la pedagogía del docente, la motivación del docente, el conocimiento de la asignatura y las características humanas son la de mayor relevancia.

No debe perderse de vista que el alumno pasa bastante tiempo en las aulas y que su profesor se convierte en su referente más importante en cuanto a sus actitudes, comportamientos, emociones y sentimientos. El docente, lo quiera o no, es un agente activo de desarrollo afectivo y debe hacer uso consciente de esta habilidades en su trabajo, responsabilidad compartida con la familia de los alumnos (Extremera y Fernández-Berrocal (2002). Otro aspecto de la praxis educativa muy estudiado, se refiere a los estilos pedagógicos que adoptan los profesores en su práctica educativa, y los cuales son una de las principales dificultades para promover cambios en los paradigmas de la acción docente (Rodríguez, 2004).

En el contexto específico de la educación para la salud, la educación alimentaria constituye una estrategia en la formación humana para la vida. Es una línea de trabajo pedagógico que nos permite adquirir mayor consciencia acerca de la importancia que damos a la primera necesidad humana y nos induce a revalorar la propia cultura alimentaria y el rol del educador en la formación de hábitos, actitudes, emociones y conceptos en torno a los alimentos, la alimentación y la salud, a partir de los primeros años de vida del individuo, desde una perspectiva integral.

Debemos partir por esclarecer que la alimentación y la nutrición no son sinónimos. De acuerdo a los expertos la nutrición es el conjunto de procesos bioquímicos que se producen en todos nosotros de forma individual, involuntaria e inconsciente. La alimentación en cambio, es la forma que tenemos de llevar a cabo la nutrición y que está muy influenciada tanto por la cultura, la educación y el ambiente entre otros.

Por ello, la educación en alimentación debe orientarse a potenciar o modificar los hábitos alimentarios, involucrando a todos los miembros de la comunidad educativa; niños, padres, maestros, directivos y sociedad en general. Educar sobre la necesidad e importancia de una buena alimentación implica: descubrir y erradicar creencias, mitos y conductas erróneas; promoviendo consciencia sobre las diversas funciones o roles que juega o debe jugar la alimentación en las diversas esferas de la vida, la salud, los aprendizajes, la producción, distribución y consumo de alimentos; fomentar conceptos, actitudes y conductas claras y fundamentales sobre la alimentación.

Los problemas asociados a la alimentación, a la nutrición y a la salud a nivel mundial están, arraigados en lo biológico, lo económico, lo ecológico, lo social y lo cultural; los cuales deben ser considerados como una prioridad en las políticas de desarrollo social por los diversos países (Fundación Colombiana para la Nutrición Infantil (s/f). Por otra parte, las conductas en cuestiones de comida reflejan la manera de pensar sobre ella, el grupo en que se nace y se crece determinan lo que produce placer físico y psicológico, los gustos y los hábitos que se han formado en la experiencia personal e individual son inseparables. Además, toda cultura posee un bagaje de leyendas, cuentos, dichos, mitos y juegos que estructuran y dan razón a la existencia de prácticas, de prohibiciones (tabúes) y preferencias alimentarias. Estos referentes han sido considerados – o lo han simulado- en las políticas educativas nacionales durante algún tiempo y con mayor o menor resonancia según el caso, pero en realidad han desviado el problema del verdadero nudo crítico, que a nuestro entender, se ubica en la nutrición como problema de la Educación.

La alimentación como hecho educativo

En Venezuela, el gobierno y las instituciones especializadas han elaborado y publicado directrices alimentarias como base para la educación nutricional estas son: Las guías de alimentación para Venezuela, guías de alimentación para el niño menor de seis años, las guías de alimentación en la escuela para la primera, segunda y tercera etapa de la educación básica, sin embargo no han llegado a la población, al este respecto, se deben generar campañas educativas nacionales, regionales y locales con los lineamientos compartidos por los diferentes entes y con la participación de las comunidades. En este sentido y en opinión de Martínez, (1999), el conocimiento debe ser incorporado en los centros académicos que deben convertirse en espacios continuos para el autocuidado de su estado nutricional y es el docente quien debe guiar esta información. Así mismo, no es posible continuar pidiendo a los docentes que realicen en sus aulas lo que no ven aplicado en su propia formación tanto en lo referente a contenido como a enfoque, método, valores y actitudes. Debe existir coherencia entre lo que los educadores aprenden (y como lo aprenden) y los que se les pide que se les enseñe (y como lo hagan) en las aulas, Mirabal de Molines (2005).

Estos programas, a juicio de Vegas (2005) deben abocarse: (a) Conocer las causas y mecanismos de la aparición y desarrollo de los problemas nutricionales, donde los factores biológicos interactúen con los factores sociales, económicos, psicológicos y, en donde su estudio de forma interdisciplinaria logre un balance satisfactorio, (b) Comprender como la motivación, el conocimiento, la imagen de sí mismo y la capacidad de decisión, conforman elementos claves que intervienen en la conducta alimentaria, (c) Redefinir la educación alimentaria y nutricional sobre la base de la participación comunitaria a través de una pedagogía ascendente y horizontal, y (d) Generar impacto, traducido en cambios de conducta, basados en las características propias de los sujetos y con la capacidad de resolver situaciones nutricionales no deseables. Esto apunta a cambiar el sentido que la comunidad y la sociedad en general, da al alimento, a la manera de prepararlo y de consumirlo.

Otras de las barreras que se destacan, lo constituye el hecho de como se ha abordado el acto pedagógico de la alimentación, si ha sido conceptualizado como la acción responsable, interpersonal y elevadora, ejercida por un educador consciente, cuya finalidad es la madurez del ser y la conciencia del educando, Henz, (1976), o se ha reducido a informar acríticamente un saber fundamental, sin implicaciones formativas

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