ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Factores Psicosociales Del Divorcio


Enviado por   •  29 de Mayo de 2013  •  4.742 Palabras (19 Páginas)  •  861 Visitas

Página 1 de 19

Psicosociales

El sociólogo Nelson Foote (citado en Toffler, 1976) especialista en la familia, menciona que la calidad de las relaciones entre los cónyuges, depende del grado de coincidencia en sus fases de desarrollo. Asimismo, menciona el hecho de que un matrimonio dure indefinidamente, es esperar mucho.

Según Toffler (1976), el principal modelo del matrimonio del futuro será el matrimonio en serie, que es un conjunto de sucesivos matrimonios temporales, debido a que parece hecho a la medida de la Era de la Transitoriedad, en la que todas las relaciones humanas, todos los lazos del hombre con el medio son de duración abreviada.

La transitoriedad afecta a las esperanzas de duración con que las personas abordan las nuevas situaciones. Los matrimonios duran menos cada vez, pero por otro lado, diferimos con la idea de que sean varios matrimonios los que cada persona haga, pensamos que en un futuro la gente no va a llegar a contraer matrimonio, sino simplemente van a ser uniones libres.

La vida en pareja es una tendencia que se ha mantenido a lo largo de la historia, en la mayoría de las culturas. El compromiso ha sufrido una transformación debido a que el matrimonio se efectuaba en beneficio de la comunidad y la familia, en vez de la propia pareja. Los matrimonios eran arreglados por intereses económicos, sociales, entre otros. Los sentimientos, emociones, atracción física e intereses personales pasaban a un segundo plano y no afectaban la durabilidad del matrimonio (Levinger, 1999).

El compañerismo dentro de la pareja actual es una característica que lo diferencia de los matrimonios anteriores, debido a que ahora las parejas se escogen voluntariamente (Levinger, 1999). Asimismo, un factor determinante en la elección de pareja, son la familia y la sociedad en la que se vive (Tena-Suck, 1994). Brenton (citado por Tena-Suck, 1994) afirma que para tener un matrimonio duradero y satisfactorio es recomendable que la pareja haya finalizado sus estudios, se casen después de los 20 años de edad, que la pareja se conozca por lo menos 9 meses antes de contraer matrimonio y que los padres de la pareja estén de acuerdo con el compromiso.

Levinger (1999) afirma que los cambios culturales han permitido la disolución de matrimonios infelices, incrementando así que los miembros de las relaciones se tornen menos tolerantes a las irritaciones que surjan dentro de su matrimonio.

Otro factor importante que hay que tomar en cuenta es que la mujer contemporánea se ha desarrollado en el ámbito laboral, dejando a un lado el interés único del bienestar emocional de su matrimonio, buscando una colaboración por parte del hombre en los roles estereotipados como femeninos (Levinger, 1999).

Para López Ibor (1983, citado por Tena-Suck, 1994), la pareja es constitutiva de todo ser humano, debido a que se busca satisfacer las necesidades biológicas, emocionales y existenciales de ambos. La unión está condicionada por una serie de factores y realidades, destacando: la personalidad de los cónyuges, la dependencia, la identidad corporal, la genitalidad y, sobre todo, el amor en la pareja.

Con respecto a la teoría del aprendizaje social cognitivo Jacobson y Cols., 1980; Margolin, 1981; Birchler y Spinks, 1980 (citado por Pick y Andrade, 1988), nos dicen que en la pareja uno de los miembros provoca las conductas del otro. La relación a largo plazo se ve como un proceso, en donde la primera etapa se da en nivel de intercambios reforzantes, que va descendiendo después del periodo de luna de miel y es cuando se produce el enfrentamiento entre las expectativas y la realidad. Cada miembro le da una valoración a los estímulos que se presentan como recompensas y castigos, o presencia y ausencia de conductas reforzantes como la comunicación, el contacto físico, y las actividades compartidas.

En un estudio Levine, Sato, Hashimoto, Verma (1995, citado García y Reyes) preguntaron a estudiantes universitarios de 11 naciones diferentes si estarían dispuestos a casarse con alguien que no amaran, aun cuando la otra persona tuviera todas las cualidades que deseaban. Japón, Hong Kong y México se obtuvo que tanto los hombres y las mujeres consideran al amor como un requisito para el noviazgo y el matrimonio.

El noviazgo es una etapa muy importante, debido a que es aquí donde el hombre y la mujer establecen una relación que posteriormente puede llegar al matrimonio. El tiempo que dura el noviazgo depende de cómo la pareja lo determine.

Es importante que durante el noviazgo se vivan todas las etapas, para que puedan llegar a conocerse más. (Ibarra, 2005).

Las etapas a las que nos referimos son las siguientes: atracción,

en la cual las parejas experimentan la atracción inicial hacia la pareja. La etapa dos es la incertidumbre, en la cual se empieza a sentir incertidumbre si la pareja es adecuada para cada persona. En la tercera etapa, entra la exclusividad:

en la cual existe el deseo de salir exclusivamente con la pareja, se relajan y comparten más tiempo con ésta, y ponen toda su energía en hacer una relación amorosa y romántica. La intimidad es la etapa cuatro del noviazgo, en la cual se da lo mejor de cada uno y recibe lo mejor de la pareja. Y por último se encuentra la etapa del compromiso, en donde se siembran bases sólidas y las parejas se encuentran con la seguridad de que están con la persona con la que se quieren casar. El pasar por estas etapas de una manera satisfactoria, es decir, sobrepasando los obstáculos que se pudieran presentar en cada una de las etapas, es lo que lleva a las parejas a formar una relación estable y duradera (Ibarra, 2005).

La escala de satisfacción marital de Pick y Andrade (1988) es un estudio en el cual se utilizó una muestra en la que participaron personas de la ciudad de México y en donde se miden grados de aceptación hacia aspectos del cónyuge y de la interacción conyugal.

En este estudio se encontraron tres factores de satisfacción; interacción marital: los varones están más satisfechos que las mujeres, las personas casadas de uno a dos años están más satisfechas que las que tienen 16 o más años de casadas. Las parejas con menos de tres hijos están mucho más satisfechas que las que tienen más de tres hijos y las personas que tienen estudios terminados están más satisfechas que las que no los tienen.

En cuanto a la satisfacción con los aspectos emocionales del cónyuge; el número de hijos fue la única variable que produjo diferencias significativas. A menor número de hijos, mayor satisfacción. Y por último, el factor de satisfacción con los aspectos emocionales del cónyuge: sólo se encontraron efectos significativos de las variables sexo y

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (29.5 Kb)  
Leer 18 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com