La Religión Y Su Impacto Social.

¿Mueve montañas o levanta muros? Leslie Flores Beltrán

Alumna de la Licenciatura en Idiomas, área Inglés.

“Desconfío de aquellas personas que saben muy bien lo que Dios quiere que ellos hagan, porque me doy cuenta de que siempre coincide con sus propios deseos.” – Susan B. Anthony

Dios. ¿Qué te vino a la mente? Parece ser que hay demasiados conceptos para tan solo cuatro letras ¿no? Dios. El concepto más colectivo al igual que individualista que puede haber en el ámbito humano, tal como el amor, claro (¿Qué pasa con las cuatro letras?). Hay demasiado que decir sobre Dios, su concepto.

Podemos sintetizar que Dios es la más grande aproximación del mito que corresponde tanto a nuestro origen como a aquello inexplicable. Ahora bien, las perspectivas respecto a este ente son variables y muchas veces opuestas. Hay teorías filosóficas respecto a lo que concierne y más aún sobre cómo se debe afrontarlo, por ejemplo, Erich Fromm (1989) indica que para tener una sana relación con Dios se debe verlo como un ente sin forma y Kant nos dice que saber la totalidad del Ser Supremo es algo inalcanzable para el hombre (Otero S.) Estos dos puntos no debaten tanto entre sí, pero por ejemplo, Hegel señala a Dios como Absoluto, colocándolo como un infinito en el cual está lo finito, o sea, el todo (Dios en la filosofía de Hegel.) ¿Lo ves? Podemos darnos el lujo de decir que este orbe es rico en formas de pensamiento, que es ’un mundo donde hay muchos mundos’ pero también se tiene la desgracia de decir que muchas veces las ideas que suponen deberían liberarnos, nos encarcelan, nos vuelve intolerantes y muchas veces el tan solo brindar una opinión y respetar las otras no es suficiente, también se debe pensar según el ideal brindado. Al parecer este mundo no puede dar cobijo a tantos mundos si no coinciden con la imagen del mismo creador.

El concepto de ser un creyente no es en esencia malo, incluso es enriquecedor, nos parece crucial tener la idea de algo supremo para adoptar una trascendencia, pero nos vemos en la desgracia de aceptar que no somos capaces de controlar nuestras perspectivas y una visión radical, a lo que concierte El Gran Ser, ha sido exactamente lo que influye tantas pugnas, intolerancias e incluso deshumanizaciones por parte de nuestra raza. Es un lío ¿no? Pero veamos un poco por la historia de este lío.

En el siglo XI el papa Urbano II decide recuperar La Tierra Santa para los católicos, después de haber sido tomada por el islam cuatrocientos años atrás. Según los registros, diarios y memorias de aquellos días, este papa era en extremo astuto, casi como si pudiera juntarse la visión de un político con el encanto de una estrella pop. De esta manera logró persuadir al pueblo de hacer aquella masacre. Como se dio la secuencia histórica fue que el líder de la iglesia ortodoxa griega, el emperador bizantino, Alexios I, el cual aunque era enemigo de Urbano, le pidió que le ayudara a restaurar su fuerza ideológica, ya que lo que su poder lograba abarcar estaba siendo conquistado por el islam; la ayuda consistía en darle algunos fuertes hombres que lucharan para él. Justamente Urbano vio una oportunidad para expandir su territorio y poder tener una fuerza política aún mayor. Para esto Urbano citó a los creyentes y mediante un discurso logra persuadirlos lo suficiente. Recordemos que el medievo fue una época de extremo temor a Dios, a él le atribuían la existencia y el porvenir, así que a través de esta idea se podía manejar un pueblo entero. Urbano II provisionó un discurso en el cual afirman que parecían las palabras de Dios; este hombre les prometió que al participar en las cruzadas obtendrían la abolición de sus pecados y la llave al cielo ¿tiene esto sentido en absoluto? De seguro mucho de lo ocurrido ahora también habría asustado a alguno de aquellos días, todo va según el tiempo (al menos eso dicen).

Dentro de este periodo también empezó la inquisición-sí, sin ese desmerecedor adjetivo que le antecedía-. La inquisición inicia con el papa Inocencio, el cual, como una forma de disolver la herejía dio inicio con un tipo de organización religiosa, la cual se encargaría de eliminar a aquellos que no profesaran la fe católica y aunque uno de los mandamientos es ‘no matarás’ ellos se disculpaban exclamando que era por una razón justa (¡cómo no!) ya que Dios así lo quería (como si se pudiera presumir de saber lo que Dios quiere). La verdad es que no hubo una gran y absoluta inquisición, de hecho hubo varios grupos que creían tener ese deber ‘divino’ y hacían la justicia por su cuenta. Esta catástrofe duró 603 años, solo por asegurar que aquello era labor santa.

Está bien, está bien, esto tiene siglos de senectud, ahora mismo, en un nuevo milenio con grandes maquinarias y la maravilla de los softwares, no debería preocuparnos… ¿en serio no debería preocuparnos? Pasemos a hechos más actuales ¿Has escuchado de la MGF (mutilación genital femenina)? Pues bien, esta es una práctica que se lleva a cabo en varios países islámicos y tiene 3 grados, desde sustraer el clítoris, hasta la total resección de los órganos genitales externos femeninos y quienes tienen que sufrirla son niñas desde 0 a 15 años edad y es debido a que así afirman la pureza de la mujer, de este modo ya no podrá ser llevada por sus instintos carnales y deshonrar a su esposo ¿usted lo encuentra bien? Y ¿quienes realizan estas prácticas? Muchas veces la propia madre o la abuela, aunque también hay parteras que se ‘especializan’ en ello. Podemos revisar El Corán y en ninguna parte encontraremos algo respecto a esta deshumanizante ejecución, sin embargo muchos afirman la circuncisión tiene precedentes desde la época de Mahoma y fue organizada por el profeta mismo. En su hecho histórico la MGF no radica en la religión, sino más bien en la cultura, pero le han dado una vuelta religiosa que traspasa, por mucho, cualquier dogma islámico y hace incluso que un hombre considere a una mujer ‘impura’ sino se ha sometido a ella (UNICEF).

Esta religión tiene aspectos que pueden darse a la subjetividad incluso más allá que cualquier otra. Su libro sagrado, El Corán, es un escrito único en su tipo, ya que ni siquiera tiene una secuencia lógica; llega a ser contradictorio, tanto puede citar, refiriéndose a la mujer: “es una prenda para él y él le es también una prenda para usted’, como citar: “los hombres están un grado por encima de la mujer”, “aquellas esposas que crees que pueden ser rebeldes, repréndelas, envíalas a sus literas y golpéalas.” Todo esto cabe según la interpretación y aunque las escrituras citan a aquellas que puedan

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