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CONDUCTAS DISRUPTIVAS


Enviado por   •  11 de Enero de 2012  •  4.537 Palabras (19 Páginas)  •  1.633 Visitas

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CONDUCTAS DISRUPTIVAS

INTRODUCCIÓN.

Ante el comienzo de un nuevo curso ¡Cuantas expectativas de toda índole! Los medios de comunicación saturan la mente con tantos artículos "necesarios" para que los alumnos comiencen felizmente su curso. Infinidad de recomendaciones encaminadas, en el fondo a incitar a la compra de toda clase de objetos "útiles", "indispensables" para cuidar la salud física (morrales,- materiales diversos...), sin olvidar multitud de alimentos para fortalecer la mente y el cuerpo (zumos, yogures, dulces, etc) complementos y equipos deportivos de "última". Toda esta parafernalia conduce a tal vanalidad interior que el niño solo piensa en llegar de nuevo a la escuela para "divertirse y jugar con sus amigos". estudiar y trabajar no es indispensable porque al fin y al cabo al terminar, pasarán al nivel, año o etapa siguiente sin ningún problema.

Y una vez empezado el curso aparece el verdadero y gran problema de los educadores -"las conductas disruptivas"- Cada día suceden en muchas de nuestras aulas casos de agresiones a profesores y alumnos, a veces tan violentas y contínuas, que llegan a influir en la salud psíquica y física de los que son atacados y/o injuriados sin llegar a estas acciones violentas, se repiten continuamente casos de alumnos que, por desinterés, por conductas especiales, carencias familiares, dificultades de aprendizaje, etc. "rompen" el desarrollo normal de las clases, crean malestar entre los propios compañeros que pretenden aprender pero que se ven impedidos y que acaban decepcionándose y dejándose arrastrar por el ambiente de diversión y de no estudio creado por esos compañeros.

Y por otro lado influye en gran medida la sociedad permisiva en que están integrados y que nos invade con sus modos, modas, jerarquía de valores, o mejor dicho, "contravalores", tan ajenos y diferentes a los valores que propugna la educación. Y una administración educativa y unos padres de alumnos que han despojado a los educadores de la autoridad necesaria para mantener un mínimo de orden, respeto y competen cia para educar.

Debemos tener en cuenta que la familia educa, la escuela forma y la sociedad modula, es decir, la familia transmite valores con los que debe crecer el individuo, la escuela forma para aprender a conocer, hacer y ser (Informe Delors, de la UNESCO) y la sociedad modela todo ese aprendizaje y formación, ofreciendo modelos coherentes con los principios democráticos que ponga los limites de lo tolerable.

CONCEPTO.

¿Qué se entiende por conductas disruptivas?

Aquellas conductas del alumno que alteran la disciplina o convivencia escolar imposibilitando o entorpeciendo el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La mayoría de estas conductas se pueden clasificar en los siguientes grupos:

1. Conductas moralmente inadecuadas y hábitos no aceptados socialmente.

2. Dificultades personales de integración social y de relación con los otros.

3. Enfrentamiento a la autoridad del docente.

4. Alteración de las normas de funcionamiento de la clase o grupo.

5. Conductas de agresión verbal o física con otros compañeros.

Cada uno ve el caso o el problema desde su modelo, profesión, creencias, experiencia... menos desde el alumno que forma una identidad que incluye lo social. Hay teorías como la sistémica que considera al niño disruptivo como “síntoma de un grupo”. Otras teorías globales como el constructivismo, piensa que no es bueno etiquetar y hay que construir desde la expresión o la manifestación que se produce en el entorno, donde estaría también el elemento disruptivo.

Hay que tener en cuenta, que los padres forman un elemento importante en la intervención y en el cambio de algunos elementos del contexto. Además, su intervención se hace imprescindible para la generalización de aprendizajes. Mientras que su propio dolor requiere de un espacio para su expresión y comprensión.

Estos niños quieren establecer relaciones duales, vinculares, desde intereses muy singulares. No es que no acepten la autoridad, como creen muchos profesionales, es que no la entienden o les da miedo y como reacción violencia o impulsión motriz la intentan destruir, porque la viven como intentos de discriminación y desarrollo. No es por lo tanto que no acepten normas, a la autoridad o a la relación asimétrica social. Es que no la entienden, como un bebé no entiende que le castiguen o le riñan o le peguen porque ha tirado el biberón. Si se le castiga, no se le quiere y tiene una reacción sensorio- motriz: lloros, pataletas, autolesiones, violencia, rabietas.

Si el niño hace algo que le gusta o puede o le interesa, desde ahí se permite el cambio y el desarrollo con lo que hemos dicho aprendizaje constructivista

El niño requiere establecer relaciones simbióticas o de maternaje, infantiles, de cuidados o mimos, para desde ahí ponerle límites y organizar hábitos y rutinas de aprendizaje (relación dual)

El pasar de la relación dual a la triangular, implica un trabajo posterior complejo. Con el tres o la triangulación se pasa al aprendizaje de las normas y a la aceptación del otro y sus límites. Se empieza a discriminar y entran a funcionar las operaciones sociales de atención y curiosidad hacia el entorno.

Por otra parte, como educadores, tienen que educar individualmente dentro de un grupo heterogéneo. No se puede adoptar una actitud única y permanente para todo el grupo. Deben tener en cuenta el temperamento, el carácter y la situación socio-familiar de cada uno de los alumnos.

La actitud no puede ser la misma ante un niño apasionado, un colérico, un flemático, un apático, un sentimental o un nervioso. Si recordamos que estos caracteres no se dan puros y que debemos tomar en cuenta el ambiente familiar y el entorno social, nos daremos perfecta cuenta de la dificultad que se nos presenta y de la presión psicológica a la que se ven sometidos.

Ante todo la postura del docente debe ser de calma y de firmeza bien conjugados: de revisión y seguridad continuas; de comentarios e intercambios con los compañeros de profesión.

Los profesores deben tener una actitud abierta, reflexiva, cooperante: elegir normas viables más que planificar sanciones o castigos. Saber conjugar las escaramuzas de libertad con unas guías que les controlen imperceptiblemente, nos reducirá las conductas

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