Tiempo muerto, el machismo y la virginidad

Tiempo Muerto, el machismo y la virginidad

La obra Tiempo Muerto está ambientada en los comienzos del siglo XX en Puerto Rico, específicamente para la década de 1930. La principal fuente de empleo para la mayoría de los puertorriqueños era trabajar en los cañaverales.

La pobreza en esa época era extrema y vivían con lo poco que tenían. Muchos vieron morir a sus hijos y familiares sin poder hacer nada para salvarlos.

Esta obra presenta varios problemas sociales, pero me estaré enfocando en el machismo y la virginidad. La sociedad puertorriqueña siempre ha sido machista y en muchas ocasiones se justifica esta conducta y hasta se ve con buenos ojos, sin embargo si una mujer pierde la virginidad, ésta es juzgada y señalada.

Tanto el hombre como la mujer merecen ser tratados iguales, no debe existir diferencias y mucho menos aceptar la conducta machista que impera en nuestra sociedad.

A través de la obra vemos como Manuel Méndez Ballester plasmó ambos temas. En todo momento vemos que el ó los hombres de la casa deben ser los proveedores y aunque las mujeres realicen las tareas de hogar o trabajen fuera de este no son vistas como proveedoras, ni se valora su trabajo. Un ejemplo de esto es el caso de Rosa, la joven está trabajando en la casa del mayordomo de la central azucarera y cuando llega Samuel y anuncia que se irá de marino en la goleta, su madre le dice que lo piense porque él es el único sostén de la casa.

Más adelante en la obra durante una conversación entre Juana e Ignacio podemos apreciar otra muestra del machismo:

Juana

“Yo no sé lo que vamos a hacer. Con lo que gana Samuel y con lo que recoges tú, no alcanza pa na. ¡Qué será de nosotros!”

Ignacio

“Eso me toca a mí resolverlo.”

En otras palabras el hombre lo puede hacer todo, es quien tiene las soluciones a los problemas y no puede demostrar signos de debilidad o impotencia.

Es ese mismo machismo el que hace que Samuel quiera progresar, pero no cortando caña, él quiere ser marinero y e esta forma brindarle a su familia una mejor vida. Ese mismo deseo de proveer y ser útil lo tiene Ignacio, pero debido a su estado de salud, en la central ya no lo quieren trabajando. Eso hace que se sienta inútil, está herido en su orgullo como hombre y se comporta agresivo con su esposa, aunque esas circunstancias no son suficientes para justificar su comportamiento.

Otro personaje que nos presenta la obra como machista lo es el mayordomo. Ese hombre tan arrogante y prepotente humilló a Ignacio al no devolverle su trabajo en las cañas y deshonró a Rosa. Su arrogancia y superioridad era tanta que cuando Ignacio fue a reclamarle por lo sucedido con su hija, éste le propuso devolverle su empleo a cambio de su silencio, y que la joven volviera

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