8M: La lucha que despierta
Enviado por RobertJhonsson • 19 de Abril de 2023 • Ensayo • 1.354 Palabras (6 Páginas) • 63 Visitas
Téllez Roberto
8M: La lucha que despierta
Durante décadas, varios hombres en México y alrededor del mundo fuimos educados para celebrar a las mujeres. Educados para dar una rosa, regalar chocolates y felicitar a todas las chicas y señoras que forman parte de nuestras vidas, y que forman parte fundamental de esta sociedad. Y ¿Cómo no?, si más de la mitad de la población mexicana está compuesta por ellas. Es entonces, que podemos apreciar una discordancia fundamental en el discurso del Día de la Mujer: si las mujeres son parte fundamental de nuestra sociedad y hemos sido enseñados a respetarlas ¿Por qué siguen existiendo tantos feminicidios?
Para responder a este cuestionamiento, primero hace falta ahondar en el sentimiento que dio origen a la estipulación del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Al inicio, la propuesta de celebrar a la mujer un día al año fue hecha por la dirigente alemana Zetkin en 1910. A pesar de contar con un día exacto, se tenía como precedente la manifestación sindical llamada “Día de la Mujer”, que fue realizada el último domingo de febrero (del calendario Juliano, correspondiente al 8 de marzo del gregoriano) de 1908.1 A este suceso, varias autoras como Blay aúnan el incendio de la fábrica Triangle Blouse Company en 1911, donde:
algunas puertas de la fábrica, que ocupaba los tres pisos superiores de un edificio de diez plantas, estaban cerradas para impedir que los trabajadores salieran a la huelga. Murieron 146 personas de las cuales 125 eran mujeres y 21, hombres. (National Geographic, 2023).
Como podemos apreciar, los inicios del Día Internacional de la Mujer se vieron marcados por el sentimiento de lucha activa y potente. Una lucha motivada por remover todo lo que históricamente ha frenado a las mujeres como actores políticos, históricos, sociales y humanos. No obstante, esta lucha debe ser dicha como tal debido a todas las dificultades que implica llevarla a cabo, y no así por ser
considerada un confrontamiento bélico en contra de un bando específico, ya que, históricamente, no ha sido así.
A esta situación se ha intentado dar la vuelta desde que en 1975 la ONU hubo de oficializar al Día Internacional de la Mujer. Se ha tratado dejar mal paradas a las manifestaciones feministas, no mediante la represión, sino mediante el discurso. Y no es que la información presentada por la ONU respecto a las causas del día Internacional de la Mujer sea errónea, o que la organización hable despectivamente de las movilizaciones vistas durante los últimos años, sino que, más bien, la información se limita a hacer una separación entre feminismos; una donde los datos están dispuestos de manera narcotizante.
La disfunción narcotizante es descrita por Lazarsfield y Merton en La comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada, como una de las funciones que tienen los medios de comunicación sobre la sociedad. Función que es más bien una disfunción, debido a que genera un efecto tranquilizador en la sociedad, que evita la movilización efectiva. El receptor, al informarse sobre un hecho mediante los medios masivos, procesa el propio acto informativo como una toma de acción.
Ese es justo el efecto que la implementación del Día Internacional de la Mujer ha tenido en la sociedad global. Tal como podemos percibir en la perseverancia de discursos como el replicado por el pensador francés Lipovetsky; quien diría en una entrevista para El País en 2020 que: “Las verdaderas feministas son las mujeres empresarias, pilotos de avión, cirujanas, juezas, que hacen ese trabajo porque les gusta y no porque son trabajos 'de mujer' El verdadero feminismo son las mujeres que saben responder a los hombres" (El País, 2020).
Al concebir el Día Internacional de la Mujer como un homenaje a aquellas grandes mujeres que lograron a base de lucha y sacrificios una “participación en la sociedad en pie de igualdad con el hombre”2, la población cree que la movilización social es cosa del pasado; se genera un nuevo discurso, donde la nueva lucha debe ser
únicamente mediante las organizaciones, con todos los obstáculos burocráticos y discriminatorios que ello conlleva.
No obstante, durante la última década, especialmente después de la gran fiebre de movilizaciones sociales experimentadas a lo largo de Latinoamérica durante 2019, se comenzó a gestar un resurgimiento feminista. Y con cada año que pasa, podemos apreciar aún más mujeres sumándose a la lucha; más mujeres militantes, que apoyan la idea de que esto tiene que cambiar. Y no sólo mujeres, sino también medios de comunicación e instituciones que se suman a la lucha, decidiendo dejar de callar la situación en que se encuentra nuestro país. Como los reportes insólitos que ha hecho últimamente el diario El País:
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