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ABUSO Y RACISMO EN EL CUENTO ENCARANUBLADO DE ANA L. VEGA


Enviado por   •  28 de Agosto de 2019  •  Documentos de Investigación  •  1.531 Palabras (7 Páginas)  •  259 Visitas

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UNIVERSIDAD DEL VALLE

LICENCIATURA EN LITERATURA

SEMINARIO TRABAJO DE GRADO

DANIEL HERRERA PORTILLA - 1529310

ENCARANUBLANDO LAS IDENTIDADES CARIBEÑAS:

ABUSO Y RACISMO EN EL CUENTO ENCARANUBLADO DE ANA L. VEGA

La realidad puede ser brutal, y aunque en ocasiones olvidemos desde nuestro privilegio el hecho de que nuestra cotidianidad no es la misma para todas las personas, estamos constantemente empapados, como ciudadanos de un país tercermundista, de reiteraciones a dos hechos que, al parecer, son indelebles e incuestionables: Aquí todo va de mal en peor (como inicia Rulfo en uno de sus cuentos) refiriéndonos a nuestro país y que, afuera, en algún país extranjero, entre rubios o castaños de pieles pálidas y ojos zarcos está la fortuna, el mérito y el triunfo. Nada más cuestionable que eso.

Una muestra de lo anterior aparece en el cuento Encaranublado de Ana L. Vega, en el cual basaremos los aspectos teóricos planteados por Stuart Hall en su conferencia Negociando identidades caribeñas. En primer lugar, es necesario resumir a grandes zancadas el cuento de Vega. En este, se nos cuenta la vida de tres migrantes diferentes provenientes de distintos lugares: Antenor de Haití, Diógenes de Republica dominicana y Carmelo, un cubano. Estos tres personajes son rescatados por el haitiano y comparten un bote improvisado el cual tiene como destino Miami.

 Los personajes compartirán a lo largo del cuento distintos aspectos en común: la miseria de sus países, el hambre indeleble y la imagen de que Estados Unidos es una cuna de oro, éxito y triunfo, donde saldrán de la pobreza y tendrán la calidad de vida que creen merecerse. Después de múltiples maldades de parte de los hispanohablantes hacia el haitiano, son encontrados y rescatados por un navío gringo en el cual, tras subirse, son traídos a la realidad tan brutal por parte otro cubano que trabajaba en el barco, el cual les dice qué, si no trabajan duro no comen, porque “… estos gringos no le dan na’ gratis ni a sus madres.” (Vega, 1983).

Para el análisis del cuento ahondaremos en las cuestiones señaladas por el investigador Jamaiquino Stuart Hall, el cual en su conferencia sobre las identidades caribeñas aborda diversas perspectivas pertinentes para el análisis. En un primer momento y bajo el subtítulo La búsqueda de la esencia el autor plantea que la identidad es algo innegable, el cual cargamos con nosotros por todas partes y todo el tiempo y que está sujeto, enteramente a nuestra cultura:

“la cultura de un pueblo, en sus raíces —y el asunto de las raíces está ya bastante en cuestión— se trata de su esencia, de los fundamentos de una cultura. Las historias van y vienen, los pueblos van y vienen, las situaciones cambian, pero en algún lugar, en el fondo, está latiendo la cultura a la que todos pertenecemos…” (Hall, 2014)

Arrastramos con nosotros fragmentos de aquello con lo que crecimos, aprendimos y nos criamos dé o en un país. Es decir, todas las visiones culturales, las formas de ver las cosas, hacerlas y disponer positiva o negativamente, terminan impregnándose a nosotros y con ello cargamos sin importar sí estamos o no en nuestra cultura.

En el cuento, la esencia a la que alude Hall podemos verla en las diversas formas de racismo, comúnmente normalizadas entre migrantes, calificando y señalando al que ellos consideran más escoria o de peor calaña. Estas formas infundidas de racismo o xenofobia la encontramos en el cuento, por ejemplo, en trato que le dan los hispanohablantes al haitiano, los términos que utilizan para referirse a él y/o las diversas formas de abuso que le aplican, olvidando que, en primer lugar, fue el quien los rescató:  “— Alza el cagadero, madamo, que te jiede a ron y a tabaco, tradujo Diógenes, olvidando súbitamente los votos de ayuda mutua contraídos, antes de la llegada del cubano, con su otra mitad insular…” (Vega, 1983).  

El ejemplo anterior sirve para permearnos sobre como Diógenes, un dominicano recientemente rescatado por el haitiano en su bote, se alía con el cubano para robarle las pocas provisiones con las que su rescatista carga. En su discurso, encontramos el término madamo, el cual proviene del francés y es usado en femenino para las mujeres con clase, pero que en el caso del haitiano es usado de manera irónica como burla de su idioma y su condición de migrante pobre.

Otra perspectiva en la que podríamos ahondar radica en un aspecto conocido como la solidaridad de la pobreza: Todos los náufragos en el cuento se reconocen a sí mismos como víctimas de una fuerza mayor que los hiede a una situación de miseria o precariedad y por eso se ayudan entre sí. Es por eso que el haitiano los rescata del mar y es por eso que el cubano y el dominicano se alían para robarle las provisiones, tomársele el agua y abusar de él. El dilema radica en el reconocimiento como victimas qué termina por fundamentar la transformación en victimarios de estos dos últimos personajes mencionados para con el haitiano.

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