ALFIN Y ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA
Enviado por natibetti • 16 de Junio de 2014 • 1.061 Palabras (5 Páginas) • 183 Visitas
La importancia de pertenecer.
Existe un hecho. Gran porcentaje de estudiantes de nivel superior termina desertando, o extendiendo por demás el tiempo de cursada en la Universidad. ¿Por qué? ¿Qué es lo que le ocurre a un estudiante cuando ingresa en este ámbito? Se podría plantear una primera hipótesis: El alumno se siente como “sapo de otro pozo” y esto sin dudas, se traduce como un obstáculo. Se encuentra con el deber de aprender otras normas, otros valores, otro lenguaje. Debe desarrollar nuevas habilidades, cierta capacidad de análisis que no había intentado, nuevas formas de lecturas y hábitos que lo favorezcan para comprender nuevos conceptos, para comunicarse de otra manera, para buscar, adquirir, evaluar, elaborar, procesar, generar y difundir las propias conclusiones. No es simple, aunque sí, resulta determinante.
Sonia Araujo afirma que “el problema del acceso, la permanencia y la apropiación de conocimientos socialmente relevantes implica un doble desafío: ingresar y descifrar los códigos del ambiente cultural propio de la universidad, y del ambiente cultural propio de una disciplina y su ejercicio profesional idiosincrásico” . También concluyó que existen dos tipos de variables que inciden en el rendimiento del estudiante: por un lado, las variables exógenas o externas (el género, la edad, las características de su hogar de residencia, el nivel socioeconómico, el nivel educativo de los padres, y las propias aspiraciones), y, por otro lado, las variables endógenas o internas, que tienen que ver con el acceso a un lenguaje especializado y distinto, y el nivel de desarrollo alcanzado previamente en la escuela secundaria. El hecho de no lograr saltar sobre este abismo o brecha entre lo que se es y aquello que se debería ser, hace que muchos estudiantes se sientan frustrados o consideren estar fracasando.
Ahora bien, ¿hay uno o más responsables de que eso suceda?, ¿quiénes son?, ¿los docentes y sus prácticas? ¿La escuela secundaria (donde las exigencias en disciplina, tiempos, materiales generalmente son de baja complejidad académica)? ¿O las políticas educativas que no prevén una forma de transición? No se puede establecer una sola respuesta, pero si, hay una realidad: el alumno ya se encuentra, a esta altura, dentro de la Universidad, y ésta, por su función formativa y legitimadora de saberes y conocimientos, deberá colaborar para que estas diferencias dejen de existir.
Así se puede formular otra pregunta: ¿cómo hacer? Releyendo algunos términos como: “otros valores”, “ingresar y descifrar códigos de un nuevo ambiente cultural”, “acceso a un lenguaje distinto” nos podemos remitir a Paula Carlino, quien compara la llegada de un estudiante a la universidad con la incursión de un inmigrante a una cultura nueva que “para ser parte de una nueva comunidad académica debe aprender los modos discursivos propios de la disciplina, guiado por sus docentes-integrantes de esa comunidad, para lograr ingresar y ser participante activo de esa sociedad, quebrando la brecha cultural. La disciplina académica es considerada como una cultura nueva para el estudiante universitario inmigrante, a quien hay que dar la bienvenida” . Surge así el concepto de “alfabetización académica” como proceso mediante el cual el alumno, futuro profesional, es estimulado para estos aprendizajes de estilos del ámbito académico, y obtiene las herramientas para afrontar las dificultades propias del mismo.
Sin embargo, surge otra cuestión ¿es esta “brecha cultural y académica” la única a sortear? No. Existen diferentes tipos de brechas, entendiendo a estas en términos de inclusión o exclusión
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