APORTACIONES DE AGUSTÍN MILLARES CARLO EN LAS ÁREAS HUMANÍSTICAS Y BIBLIOGRAFÍA MEXICANA

APORTACIONES DE AGUSTÍN MILLARES CARLO EN LAS ÁREAS HUMANÍSTICAS  Y BIBLIOGRAFÍA MEXICANA

Agustín Millares Carlo (1893-1980), demostró desde temprana edad su amor por los legajos, las circunstancias de la vida lo obligaron a desplazarse de un lugar a otro; pero ello no impidió de cumpliera su misión, pues se adaptaba muy bien al lugar que fuese y en él dejaba buenas aportaciones, dejando así una huella profunda en España y América, supo acercarse a grandes maestros de los que con el paso del tiempo y a su dedicación hicieron que formara parte de ellos.

Logró un staus envidiable, por lo que fue enviado a América a una misión cultural, su talento de investigador insaciable le ayudó a desarrollar importantes obras, escribió artículos de conferencias y tradujo a los clásicos: Esquilo, Sófocles, Eurípides y Cicerón, se introduce a los legajos olvidados; descubrió la belleza de la paleografía y la atracción de los viejos papeles como portadores de testimonios que iluminan el pasado, poco a poco se adentró a la tarea de allanar camino al estudio de los archivos, de presentarlos como fuentes atractivas, herramientas indispensables para el historiador y el filólogo, el abrió las puertas para dar luz a los repositorios que muchas veces son laberintos de recorrer.

De todas sus obras vale la pena citar dos, ambas de 1918: “Documentos pontificios en papiro, de archivos catalanes, Estudio paleográfico y diplomático y Estudios paleográficos…un códice notable de los libros morales de San Gregorio Magno sobre Job” (Hernández, 1994, p. 6).

Dentro de sus labores como latinista y paleógrafo, también hay que añadir la de archivólogo, donde se dedicó al conocimiento y estudio del acervo madrileño, ese estilo lo caracterizó, pues al lugar que llegaba realizaba grandes aportaciones las funciones desempeñadas fueron importantes en muchas instituciones, por ejemplo en el Archivo de Madrid estudió y publicó un buen número de documentos acerca de la historia de la Villa y Corte, entre ellos el Fuero de Madrid, además fundó y dirigió la Revista de la Biblioteca, Archivo y museo, siendo al paso del tiempo una publicación de prestigio.

Millares integró la doctrina de los tratados ya existentes, con el cúmulo de conocimientos adquiridos durante su vida, lo que le hizo merecedor de premios  consideraciones, pero sobresale el hecho de que el Tratado sigue vivo. Publicó tratados sobre códices visigóticos, cartularios de monasterios, clásicos castellanos y dio luz su famosa Gramática Latina.

México, tuvo la fortuna de contar con su apreciable aportación, pues al llegar a nuestro país realizó tareas que beneficiaron al humanismo mexicano, dos organismos que fueron creados en París, se trasladaron a México: la Unión de Profesores Españoles en el Extranjero y la Junta de Cultura Española. También formó parte del Servicio de Evaluación de los Republicanos Españoles (SERE), organismo que ayudó a los exiliados españoles y fundó la editorial Séneca con el apoyo de la Junta de Cultura, en éstas Millares fue una de las figuras clave y en ambas publicó parte de sus primeros trabajos mexicanos.

La fama que tenía de buen conversador le sirvió para que fuera requerido en las tertulias características de los exiliados y perseguidos por Francisco Franco, situación que dio gran dinamismo político y cultural a la ciudad de México. De igual forma acudía a la tertulia privada de Concha y José Ignacio Mantecón en donde concurrían figuras conocidas como Luis Buñuel, Juan Rejano, José Bergamín y Pablo Neruda, entre otros (Hernández, 1994, p.8).

Cinco centros de estudio le ofrecieron sus aulas a Millares entre ella se destaca la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde hizo escuela y concibió sus mejores obras. Se incorporó a El Colegio de México en 1939 como investigador y profesor de humanidades clásicas y de paleografía, en él formó varias generaciones de estudiantes con la mira de facilitar el estudio de los textos coloniales mexicanos.

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