ARGUMENTOS A FAVOR DE LA TAUROMAQUIA
Enviado por sixxsimmons • 26 de Marzo de 2014 • 5.441 Palabras (22 Páginas) • 1.780 Visitas
PRIMERA.- Que en las corridas de toros el público se reúne para disfrutar con la tortura de un animal.
Al respecto son contundentes las palabras del filósofo Fernando Savater (15) “Dejemos de lado esa sandez de que el aficionado disfruta con la crueldad y el sufrimiento que ve en la plaza: si lo que quisiera era ver sufrir, le bastaría con pasearse por el matadero municipal. Puede que haya muchos que no encuentren simbolismo ni arte en las corridas, pero no tienen derecho a establecer que nadie sano de espíritu puede verlos allí”.
Partamos de la definición de tortura:”Es hacer sufrir voluntariamente a un ser humano indefenso, ya sea por puro placer, ya sea para obtener algún beneficio como contraprestación de ese sufrimiento.
) Las corridas de toros no tienen como objetivo hacer sufrir al animal; en la pesca y caza deportivas, en el sacrificio de aves y ganado, etc., también se causa la muerte del animal, pero tampoco su objetivo es hacer que éste sufra. Si se prohibieran todas las actividades humanas que puedan tener como efecto el sufrimiento del animal, habría que prohibir el consumo de carne, pescado, actividades de recreación, de trasporte, etc., que causan dolor o estrés a los animales ;
b) Las corridas no tendrían sentido sin la pelea del toro. La tortura exige que se haga sobre un ser indefenso, todo lo contrario de lo que ocurre en la corrida. Lo que interesa a los aficionados es la pelea del toro, no que éste sea torturado. Como dice el filósofo Francis Wolff (16) ” El sentido, la esencia y el valor de la corrida descansa sobre dos pilares: el primero es la lucha del toro que no debe morir sin haber podido expresar, de la mejor manera, sus facultades ofensivas o defensivas; el segundo pilar, simétrico del primero, es el compromiso del torero, el cual no puede afrontar a su adversario sin jugarse la vida. Ninguna corrida tendría interés sin ese permanente riesgo de muerte del torero. ¡De nuevo, esto es justamente lo contrario de la tortura!
c) Las corridas de toros no tendrían sentido sin el riesgo de la muerte del torero. Para torturar a alguien hay que hacerlo sin asumir el más mínimo riesgo, todo lo contrario de lo que ocurre en la corrida.
d) Si un toro fuera torturado, huiría. Lo que pretende la lidia es hacer pelear al animal, no torturarlo. El toro de lidia, frente al estímulo recibido, repite su embestida.
e) Hablar de tortura es confundir al hombre con el animal. No debemos confundir la pelea de un animal bravo con las infames torturas aplicadas por el nazismo o las que aún reciben los presos políticos en algunos lugares. Sería una falta de respeto con las víctimas de esos verdaderos actos de tortura.
f) La corrida de toros es cruda, pero no cruel. En palabras de Savater, “ sería cruel si a uno le gustase ver sufrir al animal, cuando lo que en realidad le gusta es verle luchar, ver el combate”.(17)
SEGUNDA.- Que con las corridas de toros se vulneran los derechos de los animales.
Jurídicamente no es posible hablar de derechos de los animales. Derecho, en sentido objetivo, es el conjunto de normas que regulan la conducta humana. En sentido subjetivo sería la prerrogativa individual, u objeto asignado a un individuo, quien lo ejerce frente a otro individuo o frente al poder público. Algunos derechos se extienden a entes colectivos compuestos por seres humanos y se conocen como derechos humanos. Los derechos, en fin, sólo pueden corresponder a un sujeto individual o comunitario, pero no existen derechos animales o vegetales. “Los animales no son sujetos de derechos fundamentales” dijo la Procuraduría General de la Nación (concepto No. 3943 del 2006).
Cuando la norma está orientada a la protección de determinados animales, a evitar el sufrimiento de los mismos, etc., el titular de la misma no son los animales objeto de la norma, sino la sociedad misma. En Colombia, existen normas de protección, con excepción expresa para las corridas de toros. Estas normas han sido demandadas varias veces y otras tantas han sido declaradas exequibles por la propia Corte Constitucional.
So pretexto de salvaguardar los inexistentes derechos de los animales, se pretende desconocer los derechos inalienables de los seres humanos, estos sí consagrados en nuestro ordenamiento constitucional, tales como la libertad para asistir a un espectáculo público, el libre desarrollo de la personalidad , el libre acceso a una manifestación artística que hace parte de nuestro patrimonio cultural, el derecho al trabajo de todos aquellos que viven de la Fiesta Brava (ganaderos, empresarios, toreros, trabajadores de las fincas ganaderas, personal auxiliar de las plazas de toros, transportadores, comerciantes , etc. ) .
TERCERA.- Que hacen parte del medio ambiente que estamos obligados a proteger y, por lo tanto, se deben prohibir las corridas de toros.
Confunden los “antitaurinos” ecología con animalismo. Se parte del erróneo concepto de que el medio ambiente comprende también a una especie como el toro de lidia, criada por el hombre para un fin determinado, y que es bien diferente a las especies que hacen parte de la fauna y la flora que conforman los recursos naturales. El Decreto 2811 de 1974 , en su art. 277, se refiere concretamente a “la conservación, fomento y aprovechamiento racional de la fauna silvestre” como materia de dicha reglamentación. Allí no se cobija al toro de lidia, al cual se aplican las normas contenidas en el Reglamento Taurino Nacional, que es la norma legal dictada específicamente para esta actividad.
Por el contrario, lo que acontece en la realidad es que la crianza del toro bravo, (18) que requiere de grandes extensiones alejadas de los centros urbanos, donde las reses bravas tengan el menor contacto posible con los seres humanos, propician la protección de las biodiversidad. Los bosques naturales, las fuentes de agua, las especies menores, la flora y la fauna se conservan en su estado natural, gracias a la presencia de las ganaderías de reses bravas.
CUARTA.- Que los animales sienten dolor y son muy similares al ser humano; que la única diferencia entre ellos y nosotros es de un grado; y, que tienen capacidad de experimentar emociones próximas a las de los seres humanos.
Es ésta una falacia denominada “antropomorfismo” por científicos como el profesor Joao Pedro da Silva Ramos Barreiro,(19) y que consiste en asimilar los animales a los seres humanos, desconociendo sus diferencias morfológicas. Se ha llegado a la absurda exposición de cuerpos humanos con banderillas adheridas a su piel y simulacro de sangre que, en suma, lo que expresan es que para semejantes fanáticos es lo mismo matar un toro que un ser humano (Y, en Medellín, donde se perdió hace rato el respeto por la
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