ARTICULO DE OPINION - VIVEZA CRIOLLA
Enviado por EUDER CLEYDER LEON ORUNA • 14 de Septiembre de 2021 • Ensayo • 929 Palabras (4 Páginas) • 716 Visitas
La “viveza” de un país muerto
Todos conocen una frase tan alejada de la verdad y analógicamente muy cierta: Dios es peruano. Quizá tengan razón, los peruanos son los elegidos de Dios, el Israel de Sudamérica, un pueblo bendito y maldito, de gente mundana que solamente reclama su frustración social; una “vivez” impresionante y colosal como el Huascarán. Los ojos del Perú son irónicos y muy abiertos, vistan los aplausos del “vivo” e ignoran lo que tanto reclaman, son una dosis de lo que quieren y una mezcla de lo que no, algo muy confuso e interrogativo. ¿Por qué el peruano es así? Tal vez estas líneas permitan pisotear con la famosa “vivez criolla”, un flagelo que llena de antivalores el panorama social del Perú. En los años setenta, nació “Pepe el vivo”, el estereotipo del evasor de impuestos. Este personaje formó parte de la primera campaña para generar conciencia tributaria en el país y fue creado por la Dirección General de Contribuciones (predecesora de la SUNAT). Cuarenta y ocho años después, Pepe sigue vigente y ya no solo representa a los evasores tributarios; sino a todos los adeptos de una cultura que se impone día a día con más fuerza.
Para entender la real dimensión de este fenómeno social, es importante preguntarse lo siguiente: ¿quién es “el vivo”? Se podría decir que es una persona con conocimiento del cómo funcionan las dinámicas de interacción social en espacios sociales desregulados o ineficazmente regulados como los que existen mayoritariamente en el Perú; en otras palabras, una persona que “tiene calle”. Será sobre la base de ese conocimiento que el sujeto podrá obtener goces individuales, sacando provecho personal de las circunstancias, una especie de un oportunismo callejero. Esta capacidad lo convierte en alguien que “sabe hacerla”. El “saber hacerla” hace referencia a saber cómo, cuándo, dónde y en qué medida ser “vivo” para “hacerla”. La finalidad, claramente, es que la persona obtenga éxito en aquello que persigue. Ahora bien, esta praxis incorrecta no solo perjudica a la confianza del orden público, sino que también a los valores de una sociedad. Esta sociedad adopta esta cultura ya que si ellos lo hacen ¿Por qué otros no? Al no seguir ese patrón, la persona evidencia que le “falta calle” y que, por tanto, “no sabe hacerla”, deviniendo en un “gil”, “tonto”, etc. ¿Por qué el peruano es así?
Es muy fácil identificar la “vivez” en nuestras actividades cotidianas, por ejemplo, el “vivo” que está en una fila y se mete como sea para que le atiendan antes, o en el “vivo” que está con su carro en medio de un atolladero y forma una tercera fila para pasarse adelante. Otro caso es el de Lima, en el que se puede ver la construcción de un sinnúmero de puentes peatonales para facilitarle la vida y darles seguridad a los peatones. No obstante, tal vez por una absurda necesidad de adrenalina o simple estupidez, muchos tienen la ocurrencia de inconcebiblemente cruzar por la pista y arriesgar su vida, a pesar de estar a pocos metros del puente peatonal. Y es que la “viveza” parece poder más que el deseo de vivir cuando un peruano piensa “yo paso por aquí porque soy vivo y me voy a ahorrar los veinte escalones que hay que subir y bajar”. Hay otras cosas como que te den mal el vuelto; que te cobren más por un servicio; que copies en el examen; o que te atribuyas como tuyas cosas que no lo son, como han hecho varios políticos. Lo que hay detrás es esta idea nociva del ‘no se han de dar cuenta’ o del ‘pasamos caleta”. ¿Por qué el peruano es así?
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