Actitudes Hacia Mi Sexualidad
Enviado por monicaobando • 24 de Febrero de 2014 • 842 Palabras (4 Páginas) • 340 Visitas
La sexualidad y todo lo que esta palabra envuelve lo tomó con una actitud positiva, responsable y lo percibo como algo muy valioso. Todo esto a partir de mis experiencias personales, a partir de los modelos de personas importantes en mi vida y es lo que voy a transmitir y enseñar como futura docente preescolar y como persona en sociedad. Considero que mis actitudes sexuales han sido inculcadas desde el hogar y desde el sistema educativo, crecí en un entorno cariñoso, entre brazos y caricias de personas ligadas a mí por lazos familiares y sociales estables.
Con respecto a las relaciones de pareja se entiende que las parejas expresan su sexualidad de formas distintas, las parejas se abrazan, se besan, se acarician, expresan sus sentimientos, se acuestan juntos, etc. Pero no siempre es sencillo estar en pareja, se deben tener actitudes a fin e ideales similares para que la relación tomé alguna dirección. Y considero que de cualquier manera estar con alguien siempre será motivo de felicidad, pues siempre hará feliz amar y sentirse amado.
Por otro lado el matrimonio, es la base de la unidad familiar, es un acuerdo social muy importante pues esta institución formará a los futuros ciudadanos con valores y actitudes positivas hacia sus semejantes. En mi opinión y de acuerdo a mi moral cristiana un matrimonio debe darse entre un hombre y una mujer, basándome en la biblia, libro que es sagrado para mi, donde dice: "Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Gen. 2,24). Y de acuerdo a la ley, también se menciona esto: “Por esa razón, Dios los abandonó a sus pasiones vergonzosas. Aun las mujeres se rebelaron contra la forma natural de tener relaciones sexuales y, en cambio, dieron rienda suelta al sexo unas con otras. Los hombres, por su parte, en lugar de tener relaciones sexuales normales, con la mujer, ardieron en pasiones unos con otros. Los hombres hicieron cosas vergonzosas con otros hombres y, como consecuencia de ese pecado, sufrieron dentro de sí el castigo que merecían. Por pensar que era una tontería reconocer a Dios, él los abandonó a sus tontos razonamientos y dejó que hicieran cosas que jamás deberían hacerse. Se llenaron de toda clase de perversiones, pecados, avaricia, odio, envidia, homicidios, peleas, engaños, conductas maliciosas y chismes. Son traidores, insolentes, arrogantes, fanfarrones y gente que odia a Dios. Inventan nuevas formas de pecar y desobedecen a sus padres. No quieren entrar en razón, no cumplen lo que prometen, son crueles y no tienen compasión. Saben bien que la justicia de Dios exige que los que hacen esas cosas merecen morir; pero ellos igual las hacen. Peor aún, incitan a otros a que también las hagan. (Ro. 1: 26- 32)
De ahí mi honra y temor a Dios, por esto sigo sus mandatos: Pero eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, por eso vas acumulando un castigo terrible para ti
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