Actitudes no verbales

ctitudes no verbales.

1. El Director del orfanato en el momento en que hace su presentación ante el nuevo prefecto. Él se muestra altivo y casi imponente en la parte más alta de las escaleras, como queriendo indicar que él es el jefe máximo y que su autoridad no debe ser cuestionada, so pena de castigo.

Nótese como, no obstante no hay pronunciamiento de palabra alguna, la actitud de jefe del Director es muy expresa y casi que no admite duda ni hay dificultad en interpretarla. Él es quien da las órdenes.

Es una actitud expresa no verbal, dada la claridad con que su postura corporal envía el mensaje al receptor (Kinesia) y el manejo del espacio en las escaleras a la altura (Proxémica).

2. El joven pelirrojo tiene una actitud rebelde y su cuerpo la muestra evidentemente; verbigracia, cuando llega por primera vez al orfanato y de manera altiva y/o retadora mira al Director, al Prefecto y, en general, a todos. Su lenguaje corporal no da pie a duda alguna acerca de que él no se encuentra a gusto en ese lugar, le molesta la autoridad y, quiere ejercer el dominio entre sus pares.

3. Casi al final de la película se puede observar una actitud corporal muy bonita en los niños y es cuando, no obstante no alcanzan la ventana del salón que les permite ver el exterior del orfanato, sacan sus manos por fuera de ésta y se despiden efusivamente del Prefecto, con lo que le demuestran, contrario a lo que él venía pensando justo en ese momento acerca de que ningún niño salió a despedirle, que su partid definitiva no les es indiferente y que quieren que el Prefecto lo sepa por medio de sus manos, así sus voces o gestos faciales no puedan indicárselo en el momento.

4. Dentro de todo lo antagónico que pudo ser el Director del orfanato, hay una actitud infantil y si se quiere hasta tierna por parte de él, en el momento que a solas en su oficina empieza a jugar con aviones de papel, similares a los que los niños crearon para enviar mensajes y despedirse del Prefecto.

Esta actitud es bien sorpresiva porque se da justo después de que el Director toma una decisión injusta para el espectador, justa para él, consistente en retirar de manera definitiva al Prefecto.

Bien puede interpretarse esto que dentro de todos, no importa la edad y el tipo de persona que seamos, siempre habrá un niño que en el momento en que encuentre la oportunidad aflorará al exterior y esa actitud se traducirá en un mensaje corporal que a la vista de otra persona no será indiferente y si notorio.

5. Hay una comunicación verbal muy bella al final de la película y es la cara del niño más pequeño (Petitóp) quien hace un gesto con todo su cuerpo y rostro al pie de la carretera, mostrando el estado de indefensión y soledad en que se encuntra, al punto que no se le hace necesario llorar ni expresar palabra alguna para convencer al Prefecto de que ahí mas que nunca ese niño lo necesitaba y lo veía a él como lo más cercano a los padres que nunca llegaron a visitarlo cada sábado que vivió en el orfanato. Esta actitud tiene un poder de expresión tan convincente y fuerte que es capaz de lograr que el Prefecto haga parar el bus y cambie su decisión de dejar al niño a su suerte y por el contrario, lo lleva con él.

Aptitudes no verbales.

1. El niño que si bien no tiene la voz necesaria para hacer parte del coro junto con sus otros compañeros, el Prefecto le encomienda la misión de ser el atril; es una aptitud de colaboración y entrega para con el grupo y el nuevo profesor en el sentido que si bien no puede cantar tan bien como lo hacen los otros, si puede ser útil y esta en capacidad de que su aporte contribuya al coro como grupo.

Esta aptitud de colaboración, que si bien fue una idea originaria del Prefecto y no del niño, termina convirtiéndose en un aporte importante para el coro y en su pase para ser parte del mismo.

2. Hay una aptitud muy importante y es la del

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