Actividad de Adquisición del Conocimiento El Sistema Esquelético

Funciones del esqueleto

Soporte: Los huesos del esqueleto sostienen y dan forma al cuerpo humano.

Protección: Los huesos protegen los delicados órganos internos del cuerpo. Por ejemplo, las costillas forman una caja parecida a una canastita alrededor del corazón y los pulmones.

Movimiento: Los huesos proporcionan un sistema de palancas en el que los músculos actúan para producir movimiento.

Almacenamiento de minerales: Los huesos contienen reservas de minerales, incluyendo calcio, que son importantes para muchos procesos corporales. Cuando los niveles de calcio en la sangre son bajos, se liberan algunas reservas de los huesos.

Formación de glóbulos rojos: En el tejido suave que llena las cavidades internas de algunos huesos se producen muchos tipos de glóbulos rojos.

Músculos esqueléticos: Son responsables de los movimientos voluntarios, como teclear, bailar o guiñar un ojo. Casi todos sus movimientos son controlados de manera consciente por el sistema nervioso central. El musculo esquelético más corto mide aproximadamente 1 milímetro de largo. El más largo puede medir hasta 30 centímetros de longitud.

Músculos lisos: Las células del musculo liso se llaman así porque no tienen estriaciones y, por tanto, se ven “lisas”. Tienen forma de huso y por lo general un solo núcleo. Sus movimientos normalmente son involuntarios. Los músculos lisos transportan el alimento por tu tracto digestivo, controlan de manera que la sangre fluye a través de tu sistema circulatorio. Casi todas las células pueden funcionar sin la estimulación.

Musculo cardiaco: El musculo cardiaco se halla en un solo lugar del cuerpo: el corazón. Es estriado, aunque sus células son más pequeñas y por lo general solo tiene uno o dos núcleos. No está bajo el control directo del sistema nervioso central. Las células del musculo cardiaco se pueden contraer solas y están conectadas a sus vecinas por uniones de hendidura.