Actividad diagnostica Eatapa 2

ACTIVIDAD DIAGNOSTICA

Se dice que un precepto constitucional me impone el deber de venir a informar sobre el estado general que guarda la administración del país, el gobierno de la republica desde la iniciación, ha continuado con toda perseverancia y firmeza, y es así como se ha procurado dar el mayor impulso al programa reconstructivo nacional, es así también como se ha procurado la rehabilitación del crédito nacional, el fomento de la educación de las clases rurales y trabajadoras, la continuación del vasto programa de irrigación y vías de comunicación y el desarrollo. La desaparición del presidente electo ha sido una pérdida irreparable que deja al país en una situación particularmente difícil, esa desaparición plantea ante la conciencia nacional uno de los más grandes y vitales problemas, porque no es solo naturaleza política, sino de existencia misma. La muerte del general Obregón intensifica necesidades y problemas de orden político y administrativo ya existentes y que resulta de la circunstancia de que serenada en gran parte la contienda político-social, con la urgencia cada día mayor de acomodar derroteros y métodos políticos y de gobierno a la nueva etapa que hemos ya empezado  recorrer. Todo esto determina la magnitud del problema que es la falta de caudillos, la política del país por rumbos de una verdadera vida institucional, procurado pasar, una vez por todas, de la condición histórica de “país de un hombre” a la de nación de instituciones y de leyes. La necesidad que creemos definitiva y categórica, de pasar a un sistema más o menos velado de gobiernos de caudillos a un mas franco régimen de instituciones, eliminada así, de modo definitivo y total, la posibilidad, por consentimiento o aceptación de supuestos deberes patrióticos, o por debilidad, error o ambición nuestra, eliminada la posibilidad actual inmediata de que México continúe su vida tradicional y política. La condición inerte de las mas rurales, ahora despertadas por la revolución y una dolorosa condición de pasividad ciudadana casi atractiva en las clases medias y sub media, también, por fortuna despiertas ya, los convirtió en caudillos, identificándolos, por convicción, por lisonja por cobardía, con la patria misma, como hombres necesarios y únicos. Los caudillos estorbaron no de modo liberado pero de manera lógica y natural, el desarrollo pacífico y evolutivo de México como país institucional, en el que los hombres no fueran, como no debemos ser, sino menos accidentes sin importancia real, al lado de la serenidad perpetua y augusta de las instituciones y las leyes.

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