Adicciones

ADICCIÓN A LA PASTA BASE

“El primer día que me drogué tenía 12 años y fue con marihuana. Había tenido una pelea con mis padres porque los habían citado en el colegio por mi mala conducta. Ese día me escapé y me fui con mis amigos del barrio. Ellos me convidaron y yo acepté. Siempre me atrajo porque era prohibido y porque tenía mucha curiosidad de cómo era eso. Hasta que una vez me convidaron cocaína. Cuando ya no me hizo efecto empecé a consumir pasta base; además era más barata. Empecé a tener problemas en mi casa. Me decían que no estudiaba, que me iba sin permiso y que llegaba tarde. Con el tiempo ya no me alcanzaba la plata. Entonces empecé tomando el monedero de mi madre, y robando en casa. Mis padres se enteraron y me empezaron a dejar afuera para que no me llevara más nada. Ya me estaba relacionando con gente de la calle que se drogaba todo el día. Eran pibes que robaban y tenían problemas con la policía. Ellos me enseñaron a manejar armas y a robar. Mi familia intentó hablar conmigo, pero yo ya no era la persona que ellos conocían. A mí ya se me había hecho normal robar. Mi vida era horrible. Todo lo hacía era ir a la cancha, drogarme, robar y caer en la comisaría”.

Los efectos producidos por el consumo de pasta base pueden dividirse en tres etapas:

Etapa de euforia:

• Disminución de inhibiciones

• Sensación de placer

• Éxtasis

• Intensificación del estado de ánimo

• Cambios en los niveles de atención

• Sensación de ser muy competente y capaz

• Aceleración de los procesos de pensamiento

• Aumento de la presión sanguínea, la temperatura corporal y el ritmo respiratorio

Etapa de disforia:

• Sensación de angustia

• Deseo incontenible de seguir fumando

• Tristeza

• Indiferenciación sexual.

Etapa de psicosis y alucinaciones: el consumo de pasta base puede provocar sicosis o pérdida del contacto con la realidad, la que puede darse después de varios días o semanas de fumar con frecuencia y durar semanas o meses. Las alucinaciones pueden ser visuales, auditivas, olfatorias o cutáneas.

El uso habitual de pasta base produce otros efectos como pérdida de peso (de hasta un 20 % de las personas), palidez, taquicardia, insomnio, verborrea y midriasis. En algunos casos se observan náuseas, sudor y diarrea, temblor y agitación psicomotora.

Efectos post tóxicos y de abstinencia incluyen déficit de memoria, fatigabilidad de la concentración, desinterés por las actividades laborales y académicas y conducta antisocial.

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