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Enviado por   •  9 de Diciembre de 2012  •  418 Palabras (2 Páginas)  •  253 Visitas

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Frente a las declaraciones de Mario Vargas Llosa contra el indulto a

Alberto Fujimori, los fieles del ex dictador han exhibido la pobreza

de su Arsenal político y verbal. Un argumento los distingue: Vargas

Llosa respira por la herida que le causó la derrota electoral de 1990.

El Fujimorismo no discute las razones del Premio Nobel: que Fujimori

no está gravemente enfermo, y que indultar al reo de la prisión dorada

arrojaría un baldón sobre la gestión gubernamental de Ollanta Humala.

Expresó el escritor: “Espero que el gobierno no ensucie su gestión

sacando a la calle a una persona que, en juicios absolutamente

respetuosos de la legalidad e impecables, ha sido condenado por

crímenes contra los derechos humanos y por robos cuantiosos”. A eso

tenían que responder los partidarios del indulto.

La ignorancia característica de las huestes Fujimoristas les permite

suponer causas psicológicas para la actitud de Vargas Llosa. El

escritor ha señalado en libros, ensayos y decenas de entrevistas que

el fiasco electoral de 1990 salvó su carrera de escritor y le permitió

nuevos triunfos literarios –incluido el Premio Nobel de Literatura–.

Conocido es que en LA PRIMERA discrepamos frontalmente de las

posiciones políticas neoliberales, a veces fundamentalistas, de Vargas

Llosa. Pero nunca hemos incurrido en la torpeza de regatearle sus

méritos de escritor, o de reemplazar la razón por el insulto, la

discrepancia por la bajeza.

Hace poco exalté, en la segunda edición de mi libro Arguedas. Un

sentimiento trágico de la vida, el ejemplo de Alfredo Torero, el gran

lingüista peruano, quien refuta victoriosamente las ideas de Vargas

Llosa sobre la supuesta “utopía arcaica” de Arguedas y sobre la

comunidad campesina del Perú. Sin un adjetivo agraviante, sin alterar

el tono o recurrir a los bajos fondos de la polémica, severamente,

Torero demuestra que en esos temas esenciales Vargas Llosa no tiene

razón.

No siempre se siguen los buenos ejemplos. En estos días leí una larga

entrevista al animador de un gremio de escritores en la cual se afirma

que un veterano poeta puneño vivo es para la cultura peruana “más

importante que Vargas”. Se refiere a Vargas Llosa. El recurso

despectivo tiene un antecedente. En el debate de 1990 en televisión,

Fujimori habló del “doctor Vargas”.

Hay un telón de fondo en la reacción Fujimorista contra Vargas Llosa.

La actitud de éste, por lo acerada y colérica, parece indicar que algo

sabe sobre la predisposición presidencial respecto al indulto. Eso

mismo sugiere la inscripción de Keiko Fujimori, ayer, en su Twitter:

“Señor

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