Administración
Enviado por saddasds • 3 de Octubre de 2014 • Tesis • 1.407 Palabras (6 Páginas) • 236 Visitas
INTRODUCCION:
En este trabajo abordaremos el status de la administración. En realidad, nos limitaremos al status científico de la administración, pues poco importa el análisis epistemológico si consistiera en un arte, en un saber no transmisible, o en una mera práctica.
DESARROLLO:
La discusión acerca de la administración como ciencia generalmente carece de precisión y está afectada por varias ambigüedades. Una de las principales es que al caracterizarla como científica no se distingue entre ciencia –sustantivo- y científica –adjetivo. No tomar en cuenta esta distinción puede conducir a graves errores, como bien lo ha señalado Bunge. Si es una ciencia, tenemos la obligación de encontrar en la administración, bajo los cánones metodológicos usuales, un conjunto de leyes administrativas, una pauta de cambio entre teorías rivales, es decir, una pauta del progreso, y una capacidad predictiva típica de la ciencia. En cambio, si la calificamos de científica, solo se exige que aplique el método científico. De esta manera podría consistir en una tecnología y no en ciencia básica o aplicada. En este trabajo los abordaremos por separado.
Uno de los defensores más lúcidos desde el punto de vista epistemológico de la administración como ciencia es Herbert Simón. Lo defiende en el Comportamiento Administrativo cuya primera edición es de 1947. La época de su aparición explica la atmósfera metodológica en la que estaba inserto –pleno neopositivismo. Esta herencia hoy no sólo criticada sino también execrada no mitiga, sin embargo, la maestría y lucidez con la que aplica el análisis metodológico a la Administración. Es notable tanto la claridad y profundidad como la lucidez del estudio de esta disciplina, sorprendente aún en la actualidad.
Simon [1973] vislumbró una diferencia que no alcanzó a plasmar teóricamente en el Apéndice, que no supone el abandono del empirismo y del monismo metodológico, y que se plasma en Las ciencias de lo artificial: la administración no es una ciencia pero es científica, no es un ciencia sustantiva sino un conocimiento del mismo tipo que la ingeniería, es decir, una tecnología.
Las conclusiones que extraemos de su punto de vista son las siguientes:
1. La Administración debe construirse con los mismos criterios y métodos que las restantes disciplinas científicas, pues no se diferencia metodológicamente de ellas (sea la física, la biología o la economía). Es una ciencia.
2. La Administración, como las restantes ciencias, no puede discutir científicamente acerca de fines. Estos vienen dados y sólo es científica la discusión de la eficiencia de alcanzar dicho fin con ciertos medios disponibles.
3. Hay una diferencia entre las ciencias, pueden presentarse como ciencia teóricas o prácticas. Pero esta distinción no afecta al carácter epistemológico de ambas.
4. Si bien no pueden mostrarse (cuando fue escrito) leyes interesantes, de amplia capacidad predictiva y unificadora, los Principios de la Administración y las traducciones de los enunciados éticos sugieren ejemplos de leyes.
El enfoque más explícito y preciso desde el punto de vista epistemológico es el de Mario Bunge, a quien expondremos.
Bunge realiza una tricotomía en el conocimiento científico: ciencia básica (o pura), ciencia aplicada y tecnología. Bunge ubica la Administración dentro de la tecnología, específicamente la incluye en las tecnologías sociales.
¿Qué es la tecnología para Bunge? Se puede estudiar en varios niveles (ontológico, epistemológico, axiológico, ético y praxeológico).
A nivel ontológico estudia los entes artificiales. Define artificial de la siguiente manera, ”algo optativo realizado o hecho con la ayuda de conocimiento y utilizable por otros.” [Bunge, 1985, p.222]. Lo artificial debe haber sido precedido por una decisión ante una elección. Esta condición excluye las realizaciones que no son objeto de decisiones sino que están genéticamente programadas (panales, telarañas, etc.). La actividad que da lugar a algo artificial debe estar basada aunque sea parcialmente en el conocimiento. Esta condición implica que los objetos artificiales siempre son obra de seres racionales. Por último, esa actividad debe tener algún valor social. De esta manera son artificiales las herramientas, las máquinas, las industrias y la ganadería, las organizaciones sociales, servicios como la capacitación y la enseñanza, la programación de computadoras, la economía, la política, la cultura y la administración.
La tecnología estudia los objetos artificiales realizados o construidos con ayuda de conocimiento científico básico o aplicado.
Desde el punto de vista epistemológico las teorías tecnológicas tienen que compartir ciertos aspectos con las teorías científicas pues se basan en ellas. Los más
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