Alteración Del Poder En El año 2000

ALTERACION DEL PODER EN EL AÑO 2000.

INTRODUCCION.

Actualmente nuestro país se encuentra en un momento importante en cuanto a las leyes de gobierno, pero empezare a mencionar cuando fue que esto sucedió.

El día 2 de Julio del 2000, sucedió algo impresionante nadie se esperaba el cambio total de nuestra historia, por fin había cambiado ese sistema político que administraba nuestra nación durante muchísimos años atrás. El partido priista tuvo el total poder de la República Mexicana la mayor parte del siglo XX y cuando por fin el Partido Acción Nacional ganó las elecciones presidenciales se consideró y significo un cambio profundo en la estructura política del país.

Vicente Fox fue el protagonista de esta alternancia, él y su triunfo en esos años, fue bien vista por la mayoría de los ciudadanos mexicanos ya que dejaba a un lado esa ideología de la revolución que la mayoría de los candidatos a presidentes tenían.

Durante y al finalizar el sexenio de Vicente Fox numerosas personas lo vieron como el presidente que perdió la oportunidad de oro para transformar al país tras su asombrosa victoria electoral. Al terminar su sexenio quien queda en el poder fue Felipe de Jesús Calderón Hinojosa que igualmente formo parte de Partido Acción Nacional quedando en el poder el 1 de Diciembre del 2006, así fue como consideraron que este partido político estaba tomando mayor importancia en México, pero el 1 de Diciembre del 2012 Enrique Peña Nieto actualmente Presidente de la República Mexicana tomo posesión de la silla presidencial formando parte del Partido Revolucionario Industrial.

Aunque ahora nuevamente el PRI nos gobierne, en su momento al PAN tuvo gran importancia en la historia política de México.

DESARROLLO.

El Partido Revolucionario Industrial estuvo en el poder desde que fue fundado en el año 1929, este partido siempre ha dado de que hablar por su corrupción, democracia, por el poder, por sus burócratas, por su antigüedad, por sus presidentes anteriores, el caso es que siempre hemos hablado de el bien o mal pero siempre ha sido tomado en cuenta por la sociedad, hasta su derrocamiento en Julio del 2000. Todo empezó cuando las campañas de los principales partidos políticos empezaban junto con encuestas que manifestaban el deseo que el PRI dejara de gobernar la presidencia de la Republica.

El mecanismo comenzaban con las coaliciones donde el PAN junto con el partido verde que adoptó el nombre Alianza por el Cambio. Su candidato fue Vicente Fox. Por otra parte el PRD conformo otra coalición con el Partido del Trabajo y con tres de los pequeños partidos que acababan de obtener su registro: Convergencia por la Democracia, el Partido de la Sociedad Nacionalista y el Partido Alianza Social, el candidato fue Cuauhtémoc Cárdenas. El PRI, a finales de 1999, realizo una elección abierta para determinar su candidato. Hubo una fuerte peles entre el que había sido Secretario de Gobernación, Francisco Labastida y el Gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo. El apartado estatal se puso del lado del primero, quien gano la numeración.

El régimen priista se vio obligado a abrirse gradualmente hasta que tocó los linderos de la competitividad electoral y, en esa medida, perdió la capacidad de garantizar su continuidad como tal, es decir perdió los controles más importantes: la mayoría en el Congreso en 1997 y la presidencia en el año 2000.

En este largo proceso de transformación política, el cambio de poderes marca la culminación de una primera fase (la sustitución del sistema electoral, de uno no competitivo a otro plenamente competitivo), y el principio de otra, que implicará el cambio de reglas y procedimientos en otros ámbitos de la vida política. El proceso de transición política no ha terminado, pues el nuevo régimen será en buena parte “si todo marcha bien” consecuencia de la alternancia, al permitir el ascenso de una nueva élite política sin compromisos ni complicidades, dispuesta a modificar profundamente las reglas del proceso político en sentido democrático.

Cierto es que los gobiernos priistas habían emprendido desde hace años algunos cambios en este mismo sentido pero, fuera del ámbito electoral, dichas transformaciones en realidad habían sido sumamente limitadas. Esto, al grado en el que pudiera pensarse que los subsiguientes cambios en otros espacios podrían haberse realizado también bajo otros gobiernos priistas, pero a un ritmo demasiado lento, que ya no satisfacía las expectativas de la sociedad (o, al menos, de sus sectores más modernos e ilustrados).

Es ésta la significación que puede tener la alternancia provocada el 2 de julio, dentro del largo y tortuoso proceso de cambio político en México. Las razones de tan insólito evento pueden clasificarse, grosso modo, en estructurales y coyunturales. Las primeras responden al carácter mismo del sistema de partidos, que con el tiempo tendía a agotarse por inercia, ineficacia, corrupción e impunidad propias de todo monopolio político. Las segundas tienen más que ver con las condiciones que se generaron en este proceso en particular que, de no haber sido favorables al cambio, hubieran permitido quizá un nuevo triunfo del PRI, así fuera con un reducido margen de diferencia.

El caso es que la alternancia finalmente se registró, lo que merece un intento de explicación. En este artículo tomaremos algunas de las elucidaciones estructurales y coyunturales más importantes para explicar este desenlace, si bien no se agotarán todas las variables que intervinieron en éste que sin duda será un evento definitorio para el desarrollo político de México.

Una de las características esenciales del régimen priista, y que explica en buena parte el ritmo y singularidades de la transición mexicana, fue su sistema partidario, generalmente considerado por los teóricos como de tipo ‘hegemónico’.

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