Alteridad

Alteridad

Vivimos en una sociedad donde predomina el pensamiento individualista y poco tolerante entre sus individuos. Normalmente las personas actuan de acuerdo a sus pensamientos, costumbres, religiones, cultura, ideologías políticas, entre otras. Sin embargo, cuando interactuamos con personas que no simpatizan con nuestras posiciones bien sea políticas, religiosas o de cualquier índole, surge un choque de ideas que puede causar muchos problemas.

La historia de la humanidad se ha visto manchada por infinidades de episodios violentos, tristes, causados precisamente por este choque de ideas que surgen de las diferencias que pueden existir entre dos o más individuos. Sin embargo, el hecho de que todos somos diferentes, seres únicos con pensamientos propios, hace que surja un concepto muy importante que nos ayudará a sobrellevar estas diferencias, llamado Alteridad. Como bien lo explica Carmen Carrera en su ensayo “Alteridad y la manera de conocernos en el otro”, la alteridad, “es el principio filosófico de alternar o cambiar la propia perspectiva para la del otro”. Esto implica escuchar a nuestros semejantes, tener empatía, respetar sus puntos de vista, ser tolerantes ante la diversidad de pensamientos, lo que permite mantener una convivencia entre ciudadanos de distintas clases sociales, religiones, razas, entre otros.

En la docencia, la alteridad es un punto clave al momento de interactuar con los estudiantes. Recordemos que cada alumno es único en su forma de pensamiento y también en el modo de aprender. La alteridad permite que el docente sea empático con sus alumnos y tome en cuenta sus pensamientos y formas de ser. A partir de esto, el docente aplicará las técnicas de enseñazas más convenientes para llegarle a cada uno de sus estudiantes.

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