Ambiental

La intervención sobre el Medio Ambiente

3.1. Actividades humanas e impacto ambiental

3.2. Entorno e impacto ambiental

3.3. Localización, condiciones y desarrollo de las actividades.

Docente: Roxana Ferraro

3.1. Actividades humanas e impacto ambiental.

El medio ambiente es, en mayor o menor medida, una construcción y no un elemento dado, resultante de la transformación de la naturaleza mediante la aplicación práctica y sistémica del conocimiento tecnológico acumulado.

Y no es solo el hábitat natural el que se ha visto modificado, sino que la sociedad, sus instituciones, sus valores, su forma de organización, sus patrones de consumo y estilos de vida, son también un reflejo de las características del desarrollo de la ciencia y la tecnología.

Tecnología:

Entendemos por tecnología al conjunto coherente de conocimiento indispensable para la producción aportado por la ciencia

Sin embargo, pareciera que la introducción incontrolada de tecnología, la escasa preocupación por  su adecuación a contextos específicos, y, sobre todo, la ignorancia o falta de consideración de sus efectos colaterales del  carácter acumulativo, muchas veces irreversibles de los mismos, han convertido a la tecnología en un arma de doble filo; sus efectos  negativos se han ido manifestando en forma cada vez más visible, afectando grandes masas de la población, bajo la forma de impactos ambientales, más y más alarmantes.

La comprensión del proceso científico tecnológico en la historia de las sociedades surge de la aplicación de esos dos conceptos, en el que la tecnología es el conjunto coherente de conocimientos indispensables  a la producción, aportado por la ciencia. Conocer y hacer. Conocer es entender la naturaleza, la sociedad y tecnología es producir bienes.

F Broncaro contrapone en su ensayo “las bases programáticas de la racionalidad tecnológica” los derechos de la especie humana a la racionalidad tecnológica que radica en la capacidad de ésta para transformar al tiempo junto a la naturaleza, percepciones y valores sociales y culturales.

En este concepto biunívoco, la tecnología lleva en sí misma la huella de culturas, pueblos y ambientes específicos; refleja una dotación de recursos naturales, un nivel de desarrollo y un nivel de valores. Es decir el desarrollo tecnológico requiere también los conocimientos empíricos de cada realidad específica.

En toda civilización, desde sus comienzos la tecnología ha evolucionado  como resultado de la interacción del hombre con la naturaleza.

La tecnología es un producto histórico de la sociedad y se refiere a ella como un todo. Un conjunto de tecnologías, configura la estructura tecnológica de un determinado grupo social, la que constituye el patrón tecnológico de la sociedad. Este patrón tecnológico determina y es determinado, debido a procesos de retroalimentación derivado  del estilo de desarrollo de una sociedad y define las características de los impactos sobre el medio ambiente.

Podríamos sintetizar  lo expuesto diciendo que la tecnología surge y se desarrolla para solucionar problemas específicos de un determinado grupo social, en una situación histórica. Por lo tanto será compatible con una determinada estructura política social, cultural, ambiental y funcional en un momento histórico.

Sistema social, sistema natural e intermediación tecnológica  

El desarrollo no tiene que ser visto exclusivamente en función del crecimiento económico, o de un proceso de cambio social, sino que implica un enfoque totalizador que abarca todas las dimensiones del sistema social y su interrelación con el medio natural que lo sustenta. La relación entre el sistema social y el natural es inevitable ya que ambos son abiertos y su dinámica se condiciona mutuamente.

Para comprender adecuadamente e internalizar dicha vinculación es necesario relacionar tres ámbitos:

* el de los comportamientos humanos económicos y sociales, que son el objeto de la teoría económica y de las demás ciencias sociales;

* el de la evolución de la naturaleza; y

* el de la conformación social del territorio.

La tecnología se desprende de una connotación axiológica pura; no hay tecnología ni buena ni mala. Hay tecnologías rápidas que  maximizan la percepción de rentas y acumulación de capital y hay tecnología lenta, que respetan los ritmos reconstituyentes de los ecosistemas.

R Fernández, "La ciudad verde", ediciones FAUD/editorial Espacio, 2000

Estos tres ámbitos se relacionan, interactúan y se superponen; y estas relaciones recíprocas se materializan, articulan y expresan en formas concretas de ordenamiento territorial.

El papel que desempeña la tecnología entre uno y otro sistema tienen que examinarse en el contexto de la estrecha relación existente entre ambos.  

Si las preocupaciones se orientaran exclusivamente al logro de objetivos sociales de desarrollo y el sistema natural es ignorado, se producirá un deterioro del medio ambiente que frustrará directa o indirectamente el proceso de desarrollo en el largo plazo.

Por otro lado la preocupación exclusiva por el problema ambiental, desligado del contexto social, se traducirá también en un deterioro paulatino del mismo al no considerar los factores causales sociales y económicos, las desigualdades y los conflictos de poder se traducen o resultan en impactos negativos sobre el medio.

En síntesis, si las consideraciones sobre el medio natural son ignoradas, el proceso de desarrollo es comprometido en el largo plazo, pero las preocupaciones exclusivas por los aspectos ecológicos, prescindiendo de los aspectos sociales y económicos, se traducirá también en un deterioro del medio e indirectamente, en un obstáculo para el desarrollo.

En este contexto dinámico, la tecnología es el nexo fundamental entre el sistema social y el sistema natural dentro de la perspectiva histórica y, al mismo tiempo, la herramienta esencial para lograr un proceso de desarrollo sustentado en el largo plazo.

L. Munford en su texto más significativo “técnica y civilización” realiza una recorrida histórica de los avances tecnológicos. Un enfoque diferente puede verse en las ideas expuestas por el economista británico E.M Schumaker en su célebre biblia tecnoambiental “Lo pequeño es hermoso”

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