Análisis Relacional de Personalidad y Cultura

Análisis Relacional de Personalidad y Cultura

Asignatura: Sujeto, Individuo y Sociedad

Profesora: Carmen Fernández Gibbs

Nombre: Constanza Palavicino Cortés

Los conceptos tratados no nos son ajenos de nuestra vida cotidiana. Lo utilizamos tanto en ambientes formales y también en los íntimos, pero ¿Realmente todos tenemos los mismos significados dentro de nuestras cabezas? Entonces, para evitar malentendidos se dará la descripción de los términos.

La personalidad es el resultado del constante conflicto y/o interacción de tres niveles de conciencia: el preconsciente, el consciente y el inconsciente, siendo esta cambiante con el paso del tiempo pudiéndose ver reflejada en su forma de actuar. Mientras que cultura podríamos definirla como el conjunto de las normas restrictivas de los impulsos humanos, sexuales o agresivos, exigidas para mantener el orden social. No mero contenido intelectual.

El punto en el cual convergen es que ambas dirigen el comportamiento de los individuos, sin embargo, no siempre los llevan por caminos iguales.

La constante restricción de sus impulsos y de su verdadera forma de ser lleva al ser humano a ser incapaz de ser feliz por la cultura, según Freud. Continúa diciendo que la cultura (en un contexto de progreso) de alguna forma nos podría ser felices, como por ejemplo escuchar la voz por teléfono de un hijo que se encuentra alejado de casa. No obstante, ¿No fue la tecnología de un ferrocarril la que alejo a su hijo?, un arma de doble filo.

La causa de la cooperación en grupo humano se basa primero en proteger nuestra existencia de fuentes de sufrimiento o de amenaza, siendo específicos tres:

La supremacía de la Naturaleza, la caducidad de nuestro propio cuerpo y la insuficiencia de nuestros métodos para regular las relaciones humanas en la familia, el Estado y la sociedad.

Si lo abordamos desde las relaciones sociales. Cuando somos pequeños, nuestro primer grupo social son nuestros padres de los cuales dependemos para prácticamente todo, por lo tanto, su atención es vital para nuestra sobrevivencia.

Desde ese momento, buscamos la aprobación de los demás y comenzamos a regular nuestro comportamiento, aunque sea contrario a nuestros propios deseos.

A través de la recompensa o el castigo, los patrones culturales se enseñan esperando ser aplicados y así mantener la existencia de la sociedad.

Esto significa que la manera por la que una persona responde a una situación determinada muestra a menudo lo que ha sido su enseñanza, más bien que lo que es su personalidad. En general, todos los individuos que ocupan una posición en la estructura de una sociedad responderán a muchas situaciones casi en la misma forma. El que un individuo de dicho

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