Analisis de las viviendas sociales en Сhile
Enviado por Javiera de la Maza • 18 de Noviembre de 2019 • Ensayo • 746 Palabras (3 Páginas) • 156 Visitas
Desde principios del siglo XX las ciudades han tenido una gran explosión en su crecimiento, principalmente en la construcción de viviendas sociales. Esto ha generado una segregación y desigualdad urbana, fuertemente representada con la pobreza en las periferia. (Toro y Saavedra, 20017, La mujeres invisibles en la planificación urbana de Chile)
Hoy en día las mujeres pueden acceder a vivienda y suelo a través de estos subsidios habitacionales, pero muchas veces esto genera dificultades para la mujer y madre soltera, debido a que una relocalización la aleja de sus redes vecinales o familiares a las que acostumbra.
En Santiago de Chile, por ejemplo, la percepción de riesgo que comunican las mujeres se vincula tanto a las condiciones físicas de los conjuntos de vivienda social como a su ambiente social. Así, el miedo como emoción que orienta la conducta de los adultos repliega a las niñas y niños hacia el espacio manejable y restringido de la vivienda (Segovia, 2005b).
Muchas veces se suma la dificultad de mala conectividad, lo cual perjudica la movilización a lugares de trabajos. O se suma la dificultad de no contar con sala cunas o colegios cercanos donde pueda dejar a su hijo, por lo que se ven obligadas a dejar su trabajo o buscar otro.
Estos son ejemplos de cómo la política de vivienda, al no incorporar una perspectiva de género, expresa la violencia hacia las mujeres y la reproduce de diferentes maneras.
Es por esto que hoy en día el proceso de urbanización se ha visto fuertemente criticado debido a que a lo largo de la historia este a tenido una perspectiva principalmente machista.
Donde no se considera el ingreso de la mujer al mercado laboral, lo que supone no tener considerados sus recorridos dentro de la ciudad. En los que ella debe no solo dirigirse al trabajo y al hogar, sino que también recoger a sus hijos de la escuela y cumplir un rol domestico.
Según el INE (instituto nacional de estadística) en la comuna de Santiago (Chile), del total de jefas y jefes de hogar inscriptos en el sistema de protección social, el 64% son mujeres, y al considerarse el 20% más pobre de la comuna se observa que el 75,5% está conformado por mujeres a cargo del hogar.
“Diseños urbanos pobres, como calles con mala iluminación y pasajes subterráneos solitarios hacen que las mujeres sean objeto de violencia y ataques sexuales en espacios públicos.” (ONU-habitat) A esto se ven enfrentadas cada vez que salen de su espacio privado, ingresando a un espacio público donde muchas veces no se sienten bienvenidas, debido, por ejemplo, a la inseguridad producida por la escasa iluminación o la mono-funcionalidad de algunos espacios de la ciudad, lo que disminuye su uso en ciertos
horarios del día o la semana y genera áreas muertas que, en muchos casos, son
apropiadas por hombres, donde las mujeres se sienten vulnerables a asaltos y delitos
sexuales. O cuando se ven enfrentadas a publicidad sexista, que a pesar de la lucha sigue siendo un paisaje permanente en las principales calles de la ciudad, donde se refuerza la cosificación femenina y los roles sexo-género socialmente impuestos.
Es un hecho que en muchas de las grandes ciudades de la región la gente se siente amenazada, insegura. Una reacción “natural” en respuesta a esta amenaza —que eleva la cifra del temor y el miedo— es no salir, no exponerse, refugiarse en lugares privados: el auto bien cerrado, la casa bien enrejada, el barrio enclaustrado y vigilado, el suburbio bien alejado (Davis 2001).
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