Analisis integrado de datos
Enviado por Jhoan Andres • 10 de Julio de 2019 • Ensayo • 2.290 Palabras (10 Páginas) • 121 Visitas
Nueva modalidades, viejas precariedades: el trabajo flexible en la plataforma digital Rappi, Cali (2019)
Daniela Hortúa Ramírez
Resumen
El emprendimiento como orientación del trabajo en tiempos de globalización, comunicación y tecnología sigue escalando como alternativa proyecto de vida ante la informalidad del mercado laboral y la precariedad en el trabajo. En cualquier caso, se ha encontrado que individualiza problemas sociales. Específicamente, el emprendimiento digital de las aplicaciones como Rappi que se prestan como mediadoras en la prestación de servicios son una modalidad de la trabajo y lejos de dignificarlo, incrementa en gran medida la precariedad y atraviesa a los mensajeros en su dimensión más personal gracias a las nuevas condiciones económicas, políticas y sociales propias de la sociedad postindustrial le responsabilizan de su dificultades y complejizan la calidad de vida misma.
El problema
De un tiempo para acá, alrededor de un año, cualquiera que salga a caminar, a trabajar o a realizar una diligencia se ha percatado de la presencia de puntos fluorescentes que van de un lado para otro en bicicletas y motos llevando a cuestas maleta, gorra y camiseta que les permite identificarse como mensajeros de Rappi, mejor conocidos como Rappitenderos.
Desde su fundación en 2015, Rappi ha escalado como aplicación bien pensada, producto del diagnóstico consciente de necesidades en el mercado por cuanto la actividad diaria de las personas supone afanes y precariedades en material laboral, de modo que se presenta como empresa rentable cuyo impacto socioeconómico es admitido en dos sentidos: de un lado, diversifica y versatiliza las orientaciones del servicio que ofrece, pues el cliente puede solicitar desde un producto de farmacia o comestible hasta dinero del cajero, e incluso compañía (conocido como Rappifavores); y de otro, ofrece trabajo sin muchas restricciones en el ingreso, horario y horas trabajadas, por lo cual constituye una forma de empleo utilizada como complemento de otro trabajo para generar ingresos o como único trabajo mientras se consigue uno afín a los gustos, profesión o formalidad aceptable, de modo que son los jóvenes los más dispuestos a trabajar con Rappi. Sobre este último aspecto, la aplicación ha sido altamente valorada a nivel nacional e internacional al considerar que brinda oportunidades de empleabilidad para el sustento. Sin embargo, la aplicación también ha sido muy criticado por académicos, no-usuarios y los mismos Rappitenderos dado que la mayor ventaja que propone como valor agregado para estos repercute negativamente en la vida laboral y personal, por lo que tampoco hemos ido ajenos a las protestas llevadas a cabo en los países a los que se ha extendido el uso de la aplicación.
En Bogotá, por ejemplo, los Rappitenderos se han manifestado haciendo quemas y reuniones frente a la oficina administrativa de Rappi en la última semana, y no es la primera vez. Vienen exigiendo garantías mínimas que optimicen y brinden seguridad en el ejercicio de su trabajo.
En un mundo altamente globalizado, información y desarrollo tecnológico basado en tecnologías de la información y microelectrónica constituye la característica base de lo que Castells (1999) llama paradigma de la sociedad informacional, en el cual Las sociedades del globo asisten a una nueva organización social, económica, política y cultural basada en la utilización de datos como elementos de conocimiento que como tal suponen el control y poder sobre los usuarios que pertenecen a la sociedad red. Más allá de dividir la sociedad en industrial o postindustrial según el tránsito de los productos a los servicios, Castells destaca el reto que supone encasillar elementos tecnológicos en uno u otro ámbito sin más, por lo que propone la información como piedra angular de la globalización actual. Así, las especificidades del paradigma se enmarcan en 4 ejes relevantes: la urgencia de desarrollo tecnológico, adaptación al cambio, innovación y competitividad. En términos generales, encontramos un panorama de "individualización y diversificación en las relaciones de trabajo, [...] intervención del Estado para regular los mercados de forma selectiva y desmantelar el estado de bienestar" (Castells, 1999, p. 28)
La prosperidad, vista especialmente en el régimen de acumulación fordista (que garantizaba pleno empleo, prestaciones sociales, jubilación, buen salario y, en general, seguridad laboral) se suprimió y trajo como consecuencia el reposicionamiento del trabajo a un régimen flexible propio de la sociedad informacional, caracterizado por lo que se ha llamado precariedad laboral (Solano, 2014; Gonzales, 2017). Así, la flexibilidad laboral surgió como consecuencia de la transformación del trabajo caracterizado por la disolución de la seguridad, el debilitamiento de los sindicatos, el trabajo por fuera de la empresa, el control a través de las tecnologías de la comunicación, la fragmentación del tiempo en parcial y privado según el tipo de contratación, la inseguridad laboral y contratación a término fijo. Es decir, la crisis de la relación capital-trabajo que ha traído consigo la complejización de la relación subjetiva del individuo sobre sí mismo, que le orilla a sacrificarse más allá de sus posibilidades, a fragmentarse a sí mismo para sobrevivir. El asunto específico de la flexibilidad puede pensarse como aquel que genera un nuevo tipo de trabajadores y les atraviesa a los en su subjetividad, y se encuentra como ruptura generacional de la seguridad a la inseguridad (Sennett, 2000). La flexibilidad en amplio sentido, con sus implicaciones socioeconómicas y subjetivas, se percibe como un factor de generación y legitimación de la precariedad laboral.
Al paso de la desregulación estatal, los ejes se han configurado también como valores en la institucionalización de la orientación del trabajo emprendedor. Este se ha servido como plan de promoción continua que ha hecho espacio en la política pública gubernamental nacional y local como herramienta para hacerle frente a la pobreza y desigualdad social. Más importante aún es la forma como se ha instalado en la percepción individual, llegando a considerarse como una práctica socialmente admirable, un estilo de vida arriesgado y un proyecto de vida en sí mismo. Es así, que varios autores coinciden en preguntarse porqué el emprendimiento ha tenido tanta difusión y consolidación con especial organización institucional público y privado desde los 90s, creando así un discurso específico promotor de prácticas que exhortan a mantener disposición para el riesgo, actitud positiva y facilidad para adaptarse a situaciones adversas (Blancas, Mejía y Llanos, 2017). Diferentes autores identifican esta promoción en términos de “espíritu empresarial”, “cultura de emprendimiento”, “autoempleo” e “innovación”, como principales categorías, que condensan elaboraciones con cierto contenido histórico que denota la consolidación del emprendimiento y sus principios como alternativas (más o menos) viables para contrarrestar las dificultades expresadas por los nuevos tiempos del capitalismo con sus requerimientos y normas (Valencia Agudelo, 2012).
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