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Antitaurino


Enviado por   •  4 de Junio de 2014  •  2.384 Palabras (10 Páginas)  •  484 Visitas

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Tauromaquia

La tauromaquia (del idioma griego ταῦρος, taūros 'toro', y μάχομαι, máchomai 'luchar') arte y técnica de lidiar toros, tanto a pie como a caballo, y se remonta a la Edad de Bronce. Su expresión más moderna y elaborada es la corrida de toros, una fiesta que nació en España en el siglo XII y que se practica también en Portugal, sur de Francia y en diversos países de Hispanoamérica: como México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador y Costa Rica. Es también espectáculo de exhibición en China, Filipinas y Estados Unidos. Las corridas de toros han despertado vivas polémicas desde sus mismos comienzos entre partidarios y detractores.

En sentido amplio, la tauromaquia incluye además todo el desarrollo previo al espectáculo como tal, desde la cría del toro a la confección de la vestimenta de los participantes, además del diseño y publicación de carteles y otras manifestaciones artísticas o de carácter publicitario, que varían de acuerdo a los países y regiones donde la tauromaquia es parte de la cultura nacional.

Corrida de toros

En la actualidad, la actividad más conocida de la tauromaquia es la corrida de toros. En consecuencia, con la consideración de cómo se lleve la responsabilidad de la lidia y muerte del toro (si el torero va a pie o a caballo), existen dos tipos de corridas de toros; de toreros a pie y de toreros a caballo (de rejones o rejoneadores).

Normalmente, una corrida se desarrolla en tres partes, llamadas tercios, en las cuales el toro es lidiado respectivamente por los picadores, «que, montando un caballo protegido por un peto, utilizan una vara con una puya para preparar al toro para el tercio de muleta»; los banderilleros, «quienes se encargan del auxilio al matador, bregan al toro y adornan al toro colocando pares de banderillas (generalmente son tres pares)»; y el último tercio, y el más importante, el de muerte, en el que el torero lidia al toro manejando la muleta y el «ayudado» (espada de madera o de aluminio), que sostiene con la mano derecha. El torero principalmente empieza a medir la distancia del toro, lo que se llama «terreno», para empezar a cuajar su faena, hasta empezar a meterle la cabeza en cada suerte o engaño; después coloca al burel con los cuartos delanteros parejos, para que se abra y no pinche en hueso; eso es para asegurar la estocada, y, si es correcta, a petición del presidente y el respetable, se cortan los trofeos.

El presidente es quien recompensa la actuación del torero. Al término de la lidia, el presidente enseña un pañuelo de color blanco, si el premio de la faena es para una oreja, y dos pañuelos para dos trofeos. Al principio de ella también puede enseñar un pañuelo verde si el toro no es apto para torear (cojo, cuerno mal, etc.), o uno naranja para indultarlo si el toro es de gran calidad. La opinión del público es posiblemente de más peso para los participantes: ha habido corridas en donde el público saca en hombros al torero sin que el juez haya concedido siquiera la oreja, o por el contrario: premios del presidente a pesar del descontento de los asistentes.

Participantes en una corrida de toros

Matadores (ver torero y rejoneador)

Picadores.

Banderilleros.

Mozo de espadas.

Alguacilillos.

Monosabios: Mozos que ayudan al picador en la plaza.

Areneros: Mozos encargados de mantener acondicionada la arena del ruedo durante la lidia.

Mulilleros: se encargan de las mulas que arrastran el cuerpo muerto del toro para sacarlo de la plaza.

Antitauromaquia

Se conoce como antitauromaquia al rechazo a la tauromaquia; esto es, al acto de hacer corridas de toros u otros espectáculos o festejos utilizando a estos animales, que atentan contra la vida de estos mismos.

Las corridas de toros, en su sentido moderno, nacen en España en el siglo XVIII y desde entonces han despertado críticas y desatado polémicas, incluyendo prohibiciones esporádicas, desde sus mismos comienzos hasta la actualidad. Los argumentos de sus detractores han cambiado a lo largo del tiempo, según el momento histórico, y ha tenido justificaciones muy variadas: religiosas, morales, económicas, estéticas, políticas y culturales entre otras.

10 argumentos antitaurinos

1. ”La corrida de toros es un deporte” La definición de deporte según la RAE: “actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujección a normas”; hasta aquí podríamos estar de acuerdo. Pero, decir que el toreo es un deporte de competencia igualitaria entre dos rivales es falso, pues esta condición no se cumple. Los sucesivos escándalos por el afeitamiento de los toros (cortar o limar la punta de los cuernos al toro para que su lidia resulte menos peligrosa) o las investigaciones que han dejado ver la manera en que los toros son preparados para la corrida en toriles echan por tierra una afirmación como que el enfrentamiento se da entre dos rivales en iguales condiciones. Hoy una corrida de toros es un espectáculo de engaño y falsedad, donde los matadores se enfrentan a un animal completamente minado en sus facultades físicas mediante el cansancio y el dolor.

2. ”Los toros son una tradición, y las tradiciones hay que mantenerlas” ¿Desde cuándo las apologías de la violencia y la destrucción son dignas de perpetuamiento histórico? Tradiciones como la ablación femenina o la esclavitud -que aún persisten hoy en día- nos horrorizan … ¿por qué no una tradición cruel y sádica como la “fiesta” de los toros? Porque se trata de animales, seres autómatas para algunos, o medios al servicio de los fines humanos, para otros. Las tradiciones sustentadas en la violencia y el aniquilamiento no hacen más que perpetuar estos comportamientos como dignos de práctica y seguimiento: si podemos matar un animal, ¿por qué no podremos matar también a nuestro enemigo político, o a todo aquel contra el que nuestras diferencias se vuelquen? Las tradiciones deben ser soporte de lo que nos define y construye, pero también de lo que esperamos en el futuro. La pretendida racionalidad de nuestras sociedades y los nobles objetivos pacíficos en el mundo están amenazados si dejamos que este tipo de tradiciones sean fundamento formativo de las nuevas generaciones.

3. ”Las corridas de toros son un arte” El arte es un proceso de creación y construcción, que da vida, no la quita. Como interpretación de una representación mental, algunos autores han definido al toreo como seductor, en tanto niega lo absurdo y trágico de la muerte humana, trascendiendo y humillando la animalidad del toro. Para Hilda Salmerón, el toro le recuerda al hombre la angustia por lo limitado de su naturaleza animal, y se proyecta en una superioridad simulada

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