Antropoologia Y Educacion Fundamentacion

Fundamentación:

Las escuelas rurales en Argentina, presentan históricamente un grado importante de diversidad

cultural que se ha complejizado en la segunda mitad del siglo XX por los procesos de urbanización

creciente y las migraciones internas y fronterizas.

En este contexto la educación rural propendió al arraigo de la población en el campo, con una

educación más práctica, siendo eje de estas políticas la familia. Sin embargo, debido a la

complejidad de la constitución de los hogares, y de los modos de organizarse dentro de la familia,

éstas ya no se ajustan a las normas y costumbres históricamente construidas como complementarias

en la relación entre la escuela y la familia.

Se puede advertir que la familia en diálogo con la escuela se encuentra involucrada y modificada

por un mundo en constante cambio, que plantea organizaciones y relaciones más inestables, que

generan sentimientos de inseguridad. En este sentido, la familia busca en la escuela un respaldo

para educar a una generación que se desenvuelve de una forma muy diferente a la que le precede.

Las nuevas características de los procesos de socialización en el ámbito familiar y en el ámbito

escolar, generan relaciones más complejas, desencadenando nuevos mecanismos de adaptación.

Al interior de la socialización primaria, se advierte una distribución de funciones menos

asimétricas, y un sistema de autoridad difuso que repercute en la escuela, en su cotidianeidad y en

la concepción de sus actores.

A esta problemática se le suma las consideraciones y concepciones de género en torno a la

distribución de roles en padres y madres, alumnos varones y mujeres, maestras y maestros rurales.

Género y familia se cruzan en un complejo entramado de relaciones que involucra a la escuela

primaria y más recientemente también a la escuela secundaria y que en contextos de ruralidad

adquiere particularidades singulares, que aún son poco estudiadas.

Las familias tienen determinadas concepciones sobre la escuela y la escuela sobre la participación

de las familias, apareciendo diferencias así como obstáculos comunicacionales que dificultan la

mutua colaboración. La escuela se representa como ajena al contexto o como una institución de

asistencia para las familias, mientras que las escuelas perciben a los estudiantes y familias como

sujetos externos a la institución, carentes del saber que la institución les puede brindar.

Cuando se presentan experiencias de mutua colaboración entre familia y escuela donde las

cuestiones de género se manifiestan como positivas y complementarias, o se naturalizan o

personifican los logros alcanzados, muchas veces no se documenta la experiencia,

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