Análisis capítulo de realidad sociocultural capítulo 14
Enviado por Jonathan Andrés • 3 de Octubre de 2015 • Ensayo • 2.061 Palabras (9 Páginas) • 177 Visitas
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Análisis capítulo de realidad sociocultural capítulo 14
Integrantes:
Sergio Carter
Miguel Gómez
Judith Pereira
Jonathan Pavez
Francisca Rojas
Estefano Torti
Este trabajo de aplicación se contextualiza en un joven que está cursando su primer año universitario en la carrera de psicología. Claramente a vivido muy preocupado tanto de sus estudios como de sus deberes académicos y está empeñado en formarse como un buen profesional, pero esto le ha traído dificultades en la relación con sus compañeros de clases, quienes han formado prejuicios en base a él, por lo que vive un constante dilema entre la convivencia y aceptación de sus pares versus sus deberes universitarios y por consiguiente su formación académica. Esto lo ha llevado a incentivar sus relaciones interpersonales con sus compañeros de clases y dejar un poco de lado las preocupaciones académicas.
El estudiante promedio de psicología busca constantemente crecer tanto intelectual como espiritualmente, por lo que según la psicología humanista estaría utilizando su potencial para crecer y desarrollarse. Una de las razones por la cual el individuo decidió formarse como psicólogo puede atribuirse a su necesidad de autorrealización.
Para tomar la decisión de comenzar este proceso académico debió evaluar previamente si esto implicaría su óptima realización, proceso nombrado por Rogers como proceso organísmico de valoración
La autodeterminación de un estudiante estaría fija en avanzar en su carrera de forma correcta y auto satisfactoria debido a la importancia y el valor que ésta tiene en sí mismo y el interés que tiene de convertirse en un buen psicólogo. A pesar de ello sus acciones son controladas, ya que, aun así, actúa para satisfacer las presiones de los demás (sus pares) y así regular una posible situación de angustia entre las exigencias de sus pares y las exigencias académicas de la universidad, entonces en este sentido existiría una necesidad de consideración positiva, la cual sería condicionada. Esta condición de valor estaría impuesta por otros, en este caso, de sus pares.
Para obtener afecto y valoración en su entorno el estudiante se ve forzado a cambiar sus actitudes y su comportamiento de acuerdo a las condiciones de valor, a pesar de no ser lo que desea de manera intrínseca, siendo estas acciones perjudiciales para su salud o entorpecer su desempeño académico. A largo plazo estas condiciones de valor pasarían a ser propias, de manera que el estudiante no estaría aceptándose a sí mismo de no seguir con estas conductas, es decir guiándose por una aceptación condicional de sí mismo.
Se espera que una persona adulta utilice la libre voluntad que posee a su favor y en pro de sus metas e intereses personales. Pero en este caso al encontrarse en el debate interno sobre lo que quiere versus lo que esperan de él, a modo de defensa y con el fin de demostrar que es libre (cuando en realidad actúa en función de sus pares) es cuando sucede la reactancia, haciéndose creer a sí mismo y a los demás que sus elecciones son propias de sus deseos y no de las influencias. De esta forma intenta sobrellevar la presión a la que está sometido.
Aun así, logra mantenerse en un buen rendimiento a pesar de este conflicto interno debido a la motivación y autodeterminación que siente en su carrera y en ser psicólogo algún día. Su autorrealización se vería en su objetivo primario de desempeñarse bien como estudiante para así eventualmente ir mejorando y aprendiendo más, aunque teniendo que enfrentar la presión social y vivir con la necesidad de ser aceptado.
Para comprender el enfoque de este análisis es necesario vislumbrar la formación por la que pasamos los jóvenes antes de llegar a los estudios superiores, es decir, todo lo que implica estar cursando la enseñanza media. Asimismo la serie de cambios que conlleva el hecho de estar en cuarto medio y al año siguiente pasar a la universidad. Si bien existen una serie de mitos con respecto a ese cambio, cada uno vive un patrón de acontecimientos, sentimientos y decisiones que difieren de la experiencia de cualquier ser humano. Tal como vimos en el capítulo 14 de Carver y Sheier, estamos en una constante búsqueda de la realización, que consiste básicamente en la tendencia a desarrollar las capacidades de tal modo que el organismo se sienta mejor.
Por lo mismo nosotros como estudiantes de psicología somos un claro ejemplo de esto. Pues en un principio entramos con diversas expectativas entre las cuales se encontraba pasar los ramos, tener una buena formación hasta alcanzar el total éxito por medio de la titulación. De la misma manera ingresamos a la carrera con una definición clara de lo que creemos y deseamos ser, pues esa convicción la fuimos adquiriendo durante todo el período que estuvimos en la etapa escolar. Ahí fue cuando descubrimos cuáles eran nuestros intereses y los fuimos puliendo poco a poco, hasta llegar al punto de estar listos para elegir lo que realmente nos gustaba. Sin embargo en el transcurso de todo este proceso de formación educativa perdemos este autoconcepto, lo transformamos y centramos más la atención, en lo que los demás esperan de nosotros, el interés se centra principalmente en el que dirán; sobre todo aquel núcleo principal que nos rodea, ese grupo primario, que está compuesto por la familia.
Esta carga del deber hacer y cumplir con lo que los demás esperan de nosotros, sumado a la pertenencia de una institución formal que nos regula mediante normas, ya sean sociales o teóricas, nos produce ansiedad, generando incluso en algunos casos angustias que en un futuro se pueden llegar a convertir en problemas si es que no somos capaces de regularlas por medio de mecanismos de defensas (por ejemplo); se entiende por esto como el proceso mediante el cual la persona se protege psicológicamente de todo lo que ve como amenazante, cabe destacar que esto es un proceso inconsciente .
Al estar implícitamente mediados a través de la regulación de nuestro comportamiento por medio de normas, dejamos de decir lo que pensamos y comenzamos a decir lo que otros quieren escuchar, en otras palabras, vamos perdiendo nuestra esencia para hacer la voluntad del resto sin siquiera pensar verdaderamente que es lo más importante. En este sentido respondemos de acuerdo al marco institucional y no desde nuestras concepciones o creencias, de hecho, estando en la universidad en ocasiones no somos capaces de expresar a otros nuestras ideologías por temor al qué dirán o a lo que puedan pensar de nosotros.
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