Apraratos Ideologicos Del Estado
Enviado por SCARLET382 • 13 de Julio de 2014 • 853 Palabras (4 Páginas) • 240 Visitas
Para que exista una sociedad es necesario que haya una reproducción de los medios de producción, es decir, se necesita tener en cuenta la reposición de lo que se va gastando en la producción, como es la materia prima, las instalaciones, las herramientas utilizadas, entre otros; de igual manera, se necesita reproducir las fuerzas productivas, la mano de obra. Para ello es indispensable un recurso para generar la motivación y se tenga asegurado el “capital mano de obra” y esto se logra mediante el salario. Los merecedores del salario serán aquellos que puedan producir más y de calidad, para ello la fuerza de trabajo será evaluada para que solamente quede la más competente.
Para obtener una fuerza de trabajo calificada es necesario un lugar que enseñe conocimientos básicos como aprender a “hablar bien el idioma”, a “redactar” e incluso a saber “dar órdenes”. Aparte de obtener las habilidades necesarias para la buena producción, es esencial que aprendan a seguir reglas, es decir, a la sumisión ante la ideología de la clase dominante.
Althusser menciona que para asegurar la reproducción de las relaciones de producción es necesario tener en cuenta que “todos los aparatos del Estado funcionan a la vez mediante la represión y la ideología” (Althusser, 2008: 32) pero hay que distinguir las características de estos dos aparatos. El aparato represivo del estado se presenta de forma centralizada, bajo la dirección de un representante y controlada por la clase dominante. Su principal función es el de asegurar (por la fuerza) la coacción de la ideología de la clase dominante.
El aparato ideológico del estado se menciona en plural puesto que son múltiples e incluso distintos entre sí, contrastando al aparato anterior, son “susceptibles de ofrecer un campo objetivo a contradicciones” (Althusser, 2008: 33) y crean una “falsa conciencia” hacia las personas. La escuela, la religión, la familia, la política, los sindicatos, los medios de comunicación y la cultura, son ejemplos de este tipo de aparato y son los que más influencia tienen ante la sociedad.
En México existe un ejemplo muy claro de este “lavado de cerebros” y es la televisión. Jorge Moch en el periódico La Jornada menciona que en la televisión encontramos “una barra de programación cuya característica principal y denominador común es una de las más puras expresiones de la estupidez que cocinan en Televisa y TV Azteca” como lo son la vida personal de otras personas para generar “chismes”, aquellos programas de “humor barato” con bromas forzadas y actores que más bien parecen bufones, y sin mencionar la gama de comerciales que duran más de 10 minutos entre cada corte y cuyo contenido se remite al consumismo masivo de productos que no son realmente necesarios y los absurdos spots políticos suyas imágenes están muy alejadas de la realidad. Una amiga les llama “terrorismo televisivo”,
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