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Bacrim Y Políticas Colombia


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2013  •  2.028 Palabras (9 Páginas)  •  548 Visitas

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LAS POLÍTICAS DEL GOBIERNO EN COLOMBIA FRENTE A LAS BANDAS CRIMINALES Y SUS ACCIONES EN EL TERRITORIO NACIONAL EN LOS ÚLTIMOS OCHO AÑOS

Jonathan Suarez Soto

“Todo nuestro conocimiento arranca del sentido,

pasa al entendimiento y termina en la razón”.

Immanuel Kant, 1724-1804, Filosofo Alemán

La historia delictiva en Colombia ha estado motivada por la lucha inagotable por llegar al poder o mantenerse sobre este, desde aquel periodo de violencia de 1948 con el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán que da inicio al bogotazo. Este es el punto de inflexión en el cual el periodo de violencia se hace más visible y se torna a través del tiempo en un problema coyuntural que aun no ha tenido su final y que muy seguramente va a estar marcado por las acciones de paz que pueda obtener el actual gobierno Nacional con los grupos armados ilegales.

Antes de empezar a dirigirse al tema propuesto sobre las Bandas Criminales (BACRIM), sus acciones ilícitas a lo largo y ancho del territorio Nacional y las políticas de Gobierno que han hecho que este problema se sosiegue un poco, cabe la pena preguntarse ¿toda esta contrariedad tiene un planteamiento inicial, una historia y algo que relativamente pueda lograr el Estado a la hora de reducir esta situación compleja que actualmente vive el país? Sin duda alguna para responder a esta significativa pregunta vale la pena empezar señalando que esta coyuntura Nacional se produce con el lazo frecuente entre tales Bandas emergentes de delincuencia común y el narcotráfico o las mafias Colombianas y que cuyos actos han sido tomados en cuenta para reconfigurar la nueva agenda de Gobierno y a su vez convertirse en uno de los temas primordiales en los asuntos de interés Nacional del Estado Colombiano, contextos que más adelante podrían optimizarse variando su fuerza, control y su nivel de organización en gran parte del territorio Nacional, minimizar la legitimidad que ha tenido el Estado hasta el momento y reducir el poder y la coerción que aun se mantiene en el territorio Colombiano.

El asunto de las BACRIM, es ahora uno de los problemas más complejos y de mayor impacto negativo que ha debido enfrentar Colombia en el transcurso de su historia en cuanto a la producción, tráfico de drogas y la consecuente violencia generada regionalmente por estos grupos, y sin dejar a un lado su movilización en torno a ellos. Este tema ha tenido diferentes etapas reflejadas constantemente en el interior del país, desde los procesos de desmovilización, hasta el crecimiento de estos grupos ilegales y sus operaciones en 347 municipios del territorio Colombiano, es por tal razón que se hace necesario analizar y poder entender de manera breve la evolución de estas bandas en Colombia, con el único fin de poder comprender la magnitud del problema, que ha avanzado en diferentes puntos territoriales del país.

En los últimos siete años, las Bandas Criminales (BACRIM) han venido tomando singular fuerza en cuanto a la forma en que operan desde las principales ciudades del país, movilizando cerca de 6000 hombres, haciendo así mucho más difícil la identificación de estas organizaciones, puesto que, cada una de estas se ve conformada por varias células, que han de ser distribuidas a lo largo del territorio nacional y que a su vez son accedidas por un número reducido de integrantes que solamente trabajan y se guían por la célula ya establecida y conocida, es decir, ninguno de los integrantes sabe nada acerca de las otras bandas, y para manejar las acciones que van a desarrollar solo es necesaria una llamada o un correo electrónico para estar en contacto, motivo por el cual resulta aun más complicado el desmantelamiento de estos grupos criminales. (Así actuan las temibles Bacrim Colombianas, 2011)

Otro indicio a observar desde esta perspectiva, es la corrupción incesante de algunas instituciones del Estado con estas bandas criminales, debido al manejo del dinero del narcotráfico para lograr manipular las ciudades, corredores viales y así poder distribuir las drogas sin problema alguno, sin dejar atrás el hecho de las diversas vacunas que tales bandas cobran a personas del común (campesinos; primordialmente) y su manipulación sobre distintos sectores regionales comerciales en donde hacen presencia. Aunque en estos últimos meses se han tomado medidas importantes para capturar a integrantes lideres de estos complejos grupos delincuenciales ( alias ‘Giovanni, Cuchillo, El ‘loco’ barrera, ‘Diego Rastrojo’, ‘Valenciano’, ‘Sebastián’, ‘Mi Sangre’ y la entrega de los hermanos ‘Comba’ ); pero que sin duda alguna buscan compactarse y alcanzar mayor fuerza y capacidad delictiva, es decir, que se está viendo como ahora usan una gran idoneidad para conseguir una funcionalidad destacada en el interior del país.

Estas bandas criminales están consideradas como crimen organizado y no como grupos armados ilegales, puesto que tienen un ‘modus operandi’ diferente al de las guerrillas, su principal ejemplo es la forma de atacar a la fuerza pública mientras que las guerrillas lo hacen de manera directa, estas no pueden contraponer una guerra frontal, puesto que como ya se menciono, estas bandas están dispersas en células de pocos integrantes y aunque según estudios su modo de crecimiento es exponencial tanto así que en los últimos siete años ha alcanzado una cantidad de integrantes por lo menos cinco organizaciones se mantienen con 4.170 integrantes un poco más de la mitad de los que tienen las FARC ( 8000 integrantes), distribuidos en 231 municipios de 19 departamentos; de los 32 del territorio colombiano, estas organizaciones no tienen una estructura definida como si la tienen los grupos armados ilegales como las FARC.

Un aspecto fundamental en la debilidad del Estado frente a este fenómeno cada vez más fuerte en Colombia, en términos de política criminal es la impotencia a la hora de la judicialización de sus integrantes, según el presidente Juan Manuel Santos del 100 por ciento de las capturas en Colombia solo el 12 terminan en condenas y de ese 12 por ciento solo un porcentaje muy pequeño termina condenado por nexos con estas organizaciones

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