Bagua: Una Herida En El Corazón De La Selva

BAGUA: UNA HERIDA EN EL CORAZÓN DE LA SELVA

Los acontecimientos en Bagua fueron un problema que sacudió a todo el país. Fue trágico y horroroso haber llegado a estos extremos de violencia, generada por la indiferencia, injusticia y desatino político.

Considero esto, ya que nuestros hermanos amazónicos reclamaban por sus derechos, porque por un dólar más que el gobierno quería ganar íbamos a perder nuestros recursos naturales, fuente de vida para los pueblos originarios.

Además, a mi parecer, el gobierno abusó de su poder y quiso aprovecharse de algunas prerrogativas que le otorgan las leyes para que sin consultar a estos pueblos asentados en esa zona, que tienen una especial interrelación con la tierra que los guarda, pudieran establecer convenios de exploración y explotación de nuestros recursos energéticos.

En las sociedades actuales es natural conversar, consensuar, dialogar para llegar a acuerdos que satisfagan a las partes involucradas; cuando esto no se hace, es legítimo que una de las partes proteste por lo que considera se está vulnerando y si no se hace caso, pues devienen consecuencias muy lamentables. Por tanto, el accionar del gobierno tuvo una actitud provocadora y de una gran falta de respeto a las naciones amazónicas y a todos los peruanos; los resultados, evidentemente sangrientos y hasta incomprensibles para algunos se originó en la indiferencia y negación constante a los pueblos olvidados de nuestra tierra.

En el colegio hemos sentido gran empatía con el pueblo awajun y nos ha hecho reflexionar a todos sobre nuestra identidad como estudiantes de una institución educativa que se precia de ser ecológica. La lucha de nuestros hermanos indígenas no es una pelea para conservar su territorio, que por herencia ancestral sí les corresponde, hemos coincidido que es por el derecho a la supervivencia en un entorno natural legado por la tierra para protegerlo y preservarlo, porque nada más está con nosotros en calidad de préstamo.

Bagua es una herida profunda, dolorosa e inexplicable. No queremos ya más indiferencia ni que los pueblos amazónicos sean ninguneados. Ellos mejor que nadie, tienen el derecho a opinar y decidir sabiamente sobre su futuro, porque sus antepasados les enseñaron que si aman y cuidan a la tierra como a una hermana, ella les devolverá sus riquezas para convivir en abierta armonía.

Victor Eizaguirre Loja

Estudiante del 4º grado A

I.E. Juan Miguel Pérez Rengifo

Tarapoto – San Martín - Perú

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