CAPITULO 2 TESIS DERECHO ORDINARIO VS DERECHO INDIGENA.
Enviado por Marlen Méndez • 1 de Octubre de 2018 • Ensayo • 7.106 Palabras (29 Páginas) • 302 Visitas
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO II
El objetivo principal de este capítulo es identificar, y saber hasta qué punto éste se relaciona con el apoyo ciudadano a ciertas medidas políticas enfocadas a indígenas en el México actual. Debido a ello, es importante determinar si el consumo de los medios contribuye a la formación de conocimiento sobre indígenas y cómo estas ideas encauzadas a través de estereotipos influyen o no en la formación de una actitud política entre la población que se verá reflejada en el apoyo a las políticas relativas a las condiciones de las comunidades indígenas.
- SITUACIÓN ACTUAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Como se menciono en los capítulos anteriores se denomina pueblos indígenas a aquellos integrados por personas que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, siendo la conciencia de o auto adscripción a la identidad indígena, el criterio fundamental para determinarlos como tales.
En la Ciudad de México existen un total de 139 pueblos y 58 barrios originarios distribuidos en las 16 delegaciones políticas. Por su parte, la Encuesta Intercensal 2015, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), señala que en la Ciudad de México existe una población de 784 mil 605 habitantes que se auto adscriben como personas indígenas, quienes representan 8.8 % de la población es decir, 9 de cada 100 habitantes se considera indígena y dentro de los porcentajes más altos.
Por un lado, aquellos pueblos que son originarios del Valle de México y que han habitado el territorio que hoy ocupa la Ciudad de México y cuya mayoría son de origen náhuatl.
Históricamente se han ubicado en el espacio rural que forma parte de la capital, aunque en muchos de los casos, el crecimiento de la mancha urbana ha terminado por convertirlos en parte del entorno urbano. Ya sea en barrios urbanos o aún asentados en las zonas agrícolas, los pueblos originarios de la Ciudad de México mantienen formas de organización social particulares, a partir de las cuales se desarrolla su vida cotidiana.
Estas formas organizativas están sustentadas en sistemas de cargos, que se han adaptado a las condiciones de la mega urbe. Asimismo, los tiempos rituales son de gran relevancia para el establecimiento y consolidación de relaciones entre individuos y entre comunidades.
Una segunda categoría a partir de la cual se puede abordar el análisis de la presencia indígena en la capital del país, es la de comunidades indígenas residentes. Esta denominación parte del rechazo al término migrante, en la medida en que las comunidades indígenas provenientes de otras entidades de la república, se han asentado en la capital del país durante varias generaciones, reproduciendo las comunidades de origen y buscando se reconozca su ciudadanía indígena al mismo tiempo que su ciudadanía capitalina plena como habitantes de la población indígena residente en la Ciudad de México se compone, por un lado, de personas que habitan en las regiones aledañas a la entidad y que, durante siglos, han mantenido relaciones de distinta índole con la urbe.
Históricamente estos pueblos habían generado un vínculo comercial con la ciudad, mercantilizando productos agrícolas en los principales centros de comercio urbanos. Sin embargo, a partir de los cambios en la economía nacional, principalmente debido a la exportación de productos agrícolas, la relación se transformó en el intercambio de fuerza de trabajo.
Por otro lado, en la capital del país existe la presencia de personas indígenas provenientes de entidades que no pertenecen al centro del país, pero que a lo largo de décadas han tenido que trasladarse a la misma, con el objetivo de conseguir un ingreso económico que les permitiera brindar sustento a sus familias.
Las comunidades indígenas residentes generan así un territorio intangible a partir de la relación de pertenencia e identificación con su lugar de origen y que se sustenta en relaciones de reciprocidad entre los miembros del grupo que residen en la Ciudad de México y aquellos que se encuentran en la comunidad de procedencia.
De esta manera, a partir de esta territorialidad simbólica, las personas indígenas que viven en la Ciudad de México reproducen a distancia, los patrones y prácticas culturales propias del sitio de origen. Esto, a su vez genera redes de apoyo muy concretas y estables que permiten la supervivencia y reproducción de la comunidad en dos espacios físicos a la vez. De esta manera, la presencia indígena en la Ciudad de México implica una gran complejidad en términos sociales y una densidad poblacional importante. Sin embargo, en término de derechos humanos, la población indígena en la capital se encuentra en estado de marginación.
La identidad étnica en la capital del país es sinónimo de exclusión y por lo tanto de desigualdad en término de goce de derechos. Este fenómeno parte de la estigmatización histórica que este sector ha sufrido y que recae en una discriminación estructural que opera en su agravio.
El criterio lingüístico es el que ha utilizado el INEGI, en el Censo de Población y Vivienda, para definir el tamaño de la población indígena y caracterizarla a partir de sus condiciones socioeconómicas.
Sin embargo, ello tiene la desventaja de la imprecisión, porque no toda persona que sabe hablar una lengua indígena se auto adscribe como tal y, a la inversa, hay población que reconociéndose como tal ya no habla ninguna lengua indígena.
No obstante, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) ha generado estimaciones basadas en la Encuesta Intercensal 2015 del (censo interno ) INEGI que brinda un panorama sobre la situación de las poblaciones indígenas en la entidades federativas, incluida la Ciudad de México, aunque no se omite mencionar la necesidad de generar información que no se base únicamente en dicho criterio.
En cuanto a las Condiciones sociales como la pérdida de identidad cultural, la globalización, problemas económicos, búsqueda de mejores empleos y una mayor dificultad para migrar a Estados Unidos, agudizan la migración de personas indígenas a la Ciudad de México. Las comunidades indígenas que migran hacia la Ciudad de México pertenecen en su mayoría a pueblos. El desarrollo de políticas públicas poco adecuadas para los fines de preservación y reproducción de las culturas de las que son personas portadoras o herederas.
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