CENTENARIO-BICENTENARIO

U.N.R

Facultad de Psicología

Materia

Estructura Psicología Social del Sujeto III

“Centenario - Bicentenario”

Prof. Titular: Bertolino, Marta

J.T.P: Lacour, Julieta

Integrantes: Bordón, Leticia B-2008/7

Casanova, Valeria C-2266/7

Zapata, Melina Z-0366/2

Año: 2010

Al reflexionar acerca de lo que fue el gran festejo del Bicentenario, haciendo un recorrido histórico particular a través de la educación recibida, respecto al sentimiento nacional, de lo que nos querían transmitir, de cómo lo festejábamos, de que nos quedo de ello, en definitiva cómo nos sentimos con esto que nos pertenece, que nos identifica, nos encontramos desconcertadas y con sentimientos cruzados, tanto con lo que pensábamos cada una como al momento de debatirlo en conjunto.

En un primer momento revivimos lo que fue el “gran” festejo. La fiesta fue alegría de ritualidad escolar -con marchas militares incluidas-, de hinchada de fútbol, de espectáculo masivo. Puso en escena una ciudad y un país que no se parecen a sus cotidianos dolidos por la pobreza o la segregación.

Esa fiesta fue el marco popular de una narración sobre la historia argentina. Una narración que, con imágenes proyectadas, con stands, con músicos, con retratos de patriotas, con una dramaturgia de grandes escenas, situó la historia argentina como un capítulo de la emancipación latinoamericana. Contra el relato de la Argentina del Centenario, recostado en el vínculo con Europa y en la puesta en escena de una paz social inexistente, para tranquilizar la mirada de los visitantes extranjeros, del mismo modo, la centralidad de Madres y de Abuelas de Plaza de Mayo en la conmemoración es lo que corresponde en el plano simbólico a las efectivas políticas de reparación y juicios respecto de los crímenes de la última dictadura.

Lo llamativo de este gran festejo no es sólo la participación masiva en sí misma, sino la manera pacífica y calma con que ésta fue llevada a cabo.

Ni el Gobierno ni la oposición hubiesen logrado convocar a esta fiesta en su propio nombre. La verdad es que se trató de una participación que respondió a una convocatoria de la cultura y de la historia, más allá de cuántos simpatizantes del Gobierno hayan constituido el grueso de los festejos.

Ante todo esto nos vimos intrigadas en conocer un poco más sobre los acontecimientos que se dieron en el Centenario y resolvimos ir un poco más atrás en el tiempo donde descubrimos un escenario diferente. Un escenario donde encontramos a la clase dirigente con una fuerte utopía; confiaban en que esta república llegaría a ser una potencia mundial debido a que sus territorios eran inmensos y fértiles donde se encuentran todos los climas y consecuentemente sus productos son de todo tipo, además tiene como frontera marítima al océano atlántico que lo pone en contacto con todo el mundo. Con este ánimo se organizaron monumentales festejos y exposiciones de arte más importantes de la historia de arte universal. Pero la fiesta era solo para algunos porque en este mismo año las organizaciones sindicales anarquistas y socialistas habrían convocado a una huelga general (en su mayoría extranjeros), su objetivo era derogar la ley de residencia ante lo cual el gobierno reacciona con represión y se aplica el estado de sitio.

Una de las propuestas del país en este marco era la de tratar de cohesionar y organizar una “comunidad imaginada” para personas que venían con otras experiencias y expectativas, con lenguas y pasados muy distintos. Probablemente y por eso el relato grandioso del 1910 estaba sobre todo proyectado hacia el futuro. Había un proyecto de país, un rumbo.

Lo relevante acerca de todo lo mencionado anteriormente es recordar que “el cumpleaños de la patria” no deja de ser una metáfora: la nación no es una persona sino una construcción social histórica que realizamos los pueblos. Las naciones son “comunidades imaginadas”, esto es, colectivos que se definen por su capacidad de imaginarse aglutinados y unidos en su suerte o en su trayectoria. Lo que une a los miembros de una

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