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CHICHARITO Y EL PRESIDENTE


Enviado por   •  21 de Octubre de 2014  •  1.557 Palabras (7 Páginas)  •  229 Visitas

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CHICHARITO Y EL PRESIDENTE

Fue un lunes emocionante. A las 10 de la mañana sabíamos ya que el Chicharito jugaría esta temporada en el Real Madrid. A las 10:05 el mundo entero se hacía eco. Sorpresa en Europa. Solidaridad entre futbolistas. División de opiniones en España, pues aunque no falta quien aboga por otorgarle el beneficio de la duda, la mayoría de los aficionados soñaban con la llegada de Falcao, por lo que en el mejor de los casos, la noticia del Chicharito fue como despertar de una cachetada.

Pero en México fue peor. Tristemente, mucho peor.

A las 10:10 aparecían las primeras burlas, y también se entiende. Internet es territorio comanche (que se lo digan a Jennifer Lawrence, por ejemplo), pero para las 10:20 el humor dio paso al insulto. A la calumnia. Al prejuicio.

Si Michael Owen se burla del Chicharito es normal.

Finalmente, él tiene un balón de oro (obtenido en la más oscura de las votaciones), y marcó uno de los grandes goles en la historia de los mundiales. Su opinión sirve.

¿Pero tú?

Porque a las 10:25 se encendieron las alarmas:

Marc Crosas, ese tozudo contención que salió de una Masía inagotable, y que si hoy juega en Leones Negros también lo hizo en el Celtic o en el Lyon, escribió un mensaje certero y lleno de reproche: “Veo más burlas que alegrías por lo del Chicharito al Real Madrid. No entiendo nada. Deberían estar orgullosos de él. Un grande y la va a romper”.

Comprendo que las redes sociales no son quienes somos. Pero dan un perfecto reflejo especular de cómo pensamos. Y si esto es cierto, el mensaje de Crosas debería promover un día de luto nacional. Un catalán (con el regionalismo que esto conlleva), un anti madridista (con el odio que representa), un hombre que nunca lo tuvo de compañero, pero que es futbolista y vive en México, no alcanza a entender porqué diablos somos así.

Y te lo cuento, Marc. Nos burlamos del Chicharito porque refleja lo que nosotros no seremos.

Porque cada escalón que sube en una de las trayectorias más exitosas que un deportista mexicano haya tenido jamás, le escupe en la cara su triunfo a los millones de mexicanos cuya vida es sólo una excusa para no estar muertos, pero que se sienten con la autoridad que da una conexión de internet para insultarlo por ser definitivamente un pésimo jugador.

Marc, nos burlamos del Chicharito porque aceptamos el triunfo pero con ciertas cláusulas restrictivas. Aceptamos que los futbolistas triunfen sólo si vinieron de un entorno jodido, como Cuauhtémoc, el emperador de Tlatilco. Pero, Crosas, tú eres catalán. No entiendes que para nosotros es una patada en la dignidad que un chico bien, guapo, de familia (como les llaman), llegue a las alturas que sólo están destinadas para los pobres que salieron adelante a fuerza de chingadazos.

En México nos burlamos hasta de la muerte, ¿lo has escuchado? Así que si el Chicharito se quedó fuera del equipo campeón mundial en Perú 2005, y por eso casi abandona el fútbol, pues nos reímos, porque desde entonces ya era un troncazo y Chucho Ramírez lo sabía.

La libró, y después las Chivas no lo querían ni de milagro, y nos burlamos otra vez de él. Por su apodo. Por su técnica extraña. Porque sabía hablar, vestía bien, y a todos lados lo acompañaban sus padres y no una tetona en turno, que curiosamente también protagoniza una telenovela.

Y a nosotros nos gustan las tetonas, y el Chicharito ya está grandecito como para que lo acompañen sus papás a todos lados.

Luego vino la noticia de que lo quería el Manchester y nos burlamos también. Imposible que compitiera en un equipo donde estaba Rooney. Berbatov. El mismo Owen.

Pero lo dejamos pasar, pues antes de irse a Manchester nos dejó como herencia un par de goles en Sudáfrica, no sin antes burlarnos de que la flamante estrella del United no era ni siquiera titular.

Pero le marcó a Francia, igual que se abuelo. Y en uno de los partidos más miserables en la historia de una selección mexicana, le hizo un golazo a Argentina, y con eso nos fuimos del Mundial. Con el gol de la dignidad que nos dio el Chicharito.

Nos burlamos de eso Marc, y las risas continuaron en la Premier, sobre todo luego de uno de sus primeros goles con el Manchester, ¿lo recuerdas? ¿Aquel donde llegó muy acelerado, como siempre, y remató mal, el balón le golpeó el rostro y acabó entrando? Y es que, ¿cómo no burlarnos de un gol así?, pues en el llano nosotros nunca hicimos semejante ridículo, no importa que su rival fuera el Chelsea.

No es nuestra culpa.

El Chícharo, viéndolo bien, estimado Marc, es un perdedor. ¿Para qué diablos

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