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COLOMBIA FRENTE A LA PROBLEMÁTICA MIGRATORIA DE VENEZOLANOS


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2019  •  Apuntes  •  2.067 Palabras (9 Páginas)  •  101 Visitas

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COLOMBIA FRENTE A LA PROBLEMÁTICA MIGRATORIA DE VENEZOLANOS, Y SU POSICIÓN.

Mediadas políticas y de comercio Internacional ante la migración de Venezolanos: En la segunda mitad de la década de los 90, la población venezolana, en su mayoría, presentaba un descontento general por la manera como los gobiernos elegidos hasta ese entonces, habían gestionado la administración pública y los recursos públicos, desviados para satisfacer la opulencia de la “oligarquía”. Por lo anterior, Venezuela respiraba un aire de deseos radicales, de sueños que parecían más una utopía que un anhelo de cambio social, un tapiz que esperaba por el artista indicado para que se plasmara en él todo lo que no era y no había podido ser. El nombre de Hugo Chávez, más que de un simple ciudadano, se tornaba como el comodín para terminar el juego de intereses de una clase política corrupta y transgresora del interés general. Un coronel retirado de las fuerzas armadas cuya última operación militar no fué, en esencia militar, un esfuerzo para defender la soberanía de una nación, sino para castigar un gobierno manipulado por los intereses de unos pocos latifundistas; y ¿de qué forma?, mediante la toma del poder haciendo uso de las armas, utilizando las fuerzas militares para dicho objetivo, un golpe de estado. Ese hecho, acontecido en 1992, fue una historia con puntos suspensivos, que retomaría su curso en las elecciones de 1998, y sería Él, Hugo Chávez Frías, candidato a la presidencia, quien se encargaría de continuar con un relato lleno de cambios radicales que llenaría tanto las expectativas de una sociedad hambrienta de justicia, que su persona en sí misma, se proclamaría como el “segundo libertador de América”. Su fuerza para mover masas, y sus políticas populares, que descrestaban a los más necesitados, a las clases menos favorecidas, terminaría con una aplastante victoria sobre el resto de sus oponentes de derecha. Fué éste hecho lo que marcaría el inicio de “una muerte anunciada”, ya que para nadie era un secreto, ni en Venezuela, ni en el resto de Latinoamérica, que la doctrina usada como campaña por Chávez, tenía sus bases en el socialismo utópico, y cuyos objetivos eran acabar con las clases sociales, generando una sociedad más equitativa donde las fuentes de riqueza y los medios de producción fueran distribuidas según las necesidades del pueblo venezolano; “la misma filosofía de los soviet de Petrogrado durante la revolución bolchevique en octubre de 1917 en Rusia, por la cual se formaría la primera nación donde la clase Obrera (proletariado) se hacía al control del poder político, legislativo y económico” entones nacería la URSS; y como la historia no esconde nada, durante su ápice en la segunda guerra mundial y la guerra fría, acabaría a finales de los noventa con la muerte anunciada de una de las naciones más pobres, y con un descontento aún más marcado y generalizado que en toda su historia. Ahora en Venezuela se escribiría la misma historia, no tan extensa, pero si con las mismas consecuencias.

Expropiaciones masivas de la propiedad privada, control general de los medios de producción y comunicación, intimidaciones de partidos de oposición, juicios irregulares y desapariciones misteriosas de personajes que se oponían al mal llamado socialismo del siglo XXI, represión del derecho de expresión, el derecho universal a ser informados (el periodismo), inversiones opulentas del gasto público en armamentos y formación de un ejército como si fuera a iniciarse la tercera guerra mundial, entre otras medidas, desencadenarían una serie de problemáticas sociales tan graves, como nunca se hubiera visto en Venezuela, ni en América Latina, Venezuela divida en dos polos, uno que pertinazmente seguía apoyando las políticas inútiles a cambio de un bienestar efímero y cínico, y por otro lado, y en mayoría latente, el pueblo que moría de hambre, o enfermo, porque los rubros utilizados para atender dichas demandas de primera necesidad, fueron invertidos en maquinaria de guerra.

De manera somera, y aunque la debilidad económica, política y de relaciones internacionales del país vecino ya eran evidentes, fue la muerte del gestor de esa “magnífica obra”, (Hugo Chávez), lo que empeorarían los síntomas sociales y la polarización de Venezuela, con un heredero al trono del socialismo del siglo XXI, como Nicolás Maduro, cuya ignorancia iría más allá de lo que puede soportar un ser humano y una nación entera; es el comienzo de una migración sin precedentes, que tocaría las zonas nerviosas más importantes de una Colombia, que aunque no era ajena a los futuros resultados, no estaba preparada para ver por sus carreteras familias Venezolanas al sol inclemente, o a la lluvia incesante, con una juventud moribunda en sus sueños en su propio país, pero con la valentía de ningún otro, dejando atrás padres, madres, hermanos, hijos, amigos, en busca de una ayuda y una mejor oportunidad en un país “hermano” pero carente de lo  necesario para cubrir incluso sus propias necesidades. Entonces es cuando inicia la película de individuos deambulando en las principales ciudades buscando puentes o predios abandonados donde pasar la noche, parques, zonas verdes, todo como lugar de pernoctar de familias hermanas de una nación que colapsaba cada día más.

Lo anterior, no es más que un preámbulo para analizar la posición de Colombia frente a esa problemática, tan desmesurada e incontrolable que según cifras de Migración Colombia hay más 1.200.000 venezolanos en las calles Colombianas, solo de las ciudades de Bogotá, Cali, Medellín y los Santanderes, con cifras aún no inferidas a nivel nacional. Frente a esta situación El Gobierno nacional expide el decreto 1288 de 2018, con el fin no solo de controlar la migración de Venezolanos, sino de dar los mínimos requisitos de supervivencia a esta población como lo es el acceso a programas sociales, salud y educación para los menores de edad; en ese decreto se establece el PEP (permiso especial de permanencia), como documento alternativo de identificación y atreves del cual, se es posible a ser beneficiarios de las ayudas humanitarias.

La CIDH, celebró esta medida adoptada por Colombia, e instó a los países vecinos a que implementaran medidas similares para proteger los derechos mínimos de los venezolanos. Pero no solo ha sido el gobierno, los distritos y municipios los que han girado su atención a ésa problemática, la asociación de Venezolanos en Colombia, ha contribuido con el gobierno nacional para suministrar apoyo logístico y de información para consolidar cifras más cercanas a la realidad sobre los migrantes Venezolanos y sus necesidades. Prueba de ello es que en 2017 el Ministerio de Salud giro a Norte de Santander 10.000 millones de pesos más para ser primer filtro fronterizo, a través de hospitales y centros de salud, en el control migratorio, como una medida de control sanitario en pro de evitar epidemias.

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