COMERCIO INFORMAL, ELECCIÓN DE SUPERVIVENCIA

COMERCIO INFORMAL, ELECCIÓN DE SUPERVIVENCIA

Actualmente y debido a la apertura económica que se dio en Colombia en los años 90, se ha venido dando el fenómeno del comercio informal que sólo se presenta en países en vía de desarrollo como el nuestro. Este problema ha incrementado su porcentaje a través del tiempo, impactando fuertemente la cultura, la sociedad y la economía de los colombianos, reconociendo que la economía informal hace parte de la estructura económica del país. Aunque es una situación que ha sido aceptada por la sociedad, sus causas y consecuencias para el surgimiento del mismo son desconocidas por muchos colombianos.

Inicialmente, se puede denominar comercio informal a actividades que no se ajustan a ciertos requisitos normativos del sector, en las que se incluyen las ilegales, manifestando la falta de compromiso con el estado y la falta de organización laboral en el país.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), define como pertenecientes al sector informal de la economía a “los ayudantes de familia a los cuales no se les paga un salario, a las empleadas del servicio doméstico, a los trabajadores que se encuentran trabajando por su propia cuenta en actividades propias o familiares (excluyendo trabajadores y técnicos) y a los obreros y empleados asalariados del sector privado y patrones o empleadores vinculados a empresas con diez o menos personas ocupadas” .

Por el contrario, el empleo formal agruparía a los profesionales y técnicos independientes, empleados del Estado y asalariados. Hugo López Castaño afirma que: “formales serían las actividades reguladas, aquellas que se acomodan a las formas previstas. Informales las que carecen de regulación o las que no obedecen las reglamentaciones legales existentes” .

Por lo tanto, éste “es una consecuencia del modelo económico del país, dado que éste no logra incorporar a trabajos formales un significativo porcentaje de la fuerza laboral que produce la sociedad, población que se lanza a la calle a buscar el dinero que necesita para el sustento de su núcleo familiar”. Entonces, el comercio informal nace por una falta de empleo formal, adaptándose como un medio de subsistencia por aquello con menos preparación académica.

Del mismo modo, el que ejerce dicha labor es llamado comerciante informal, quien debido al entorno laboral que afrenta el país tiene que buscar medios económicos alternativos para poder subsistir, escogiendo espacios públicos para vender sus productos (lo que implica no tener un establecimiento estable de su negocio), generando caos e inconformidades en el sector comercial legal.

Entonces, los establecimientos informales son definidos por el IPES como “aquellas unidades económicas de comercio, servicios e industria formados por los hogares, que no llevan contabilidad completa o que no están registrados legalmente, siendo unidades pequeñas”.

Por otra parte, esas actividades informales generan los mercados negros, que se crean cuando las autoridades imposibilitan el funcionamiento libre de mercado por medio de disposiciones administrativas como fijación de precios oficiales, tarjetas de distribución, etc. Por lo tanto, se instaura una venta clandestina e ilegal de bienes, productos o servicios, que violan esos valores establecidos por el Gobierno Nacional.

Respecto a la norma jurídica, el eje sobre el cual gira el amparo a los vendedores ambulantes y estacionarios, la doctrina especializada lo considera como la confianza legítima. Es un principio que debe permear el Derecho Administrativo, en el cual se deriva de los principios de seguridad jurídica (Artículos 1 y 4 de la Constitución Política) y de respeto al acto propio y buena fe (Artículo 83 de la Constitución Política).

La Sentencia de la Corte Constitucional T-772 de 2003 hace énfasis en los derechos de los ciudadanos, en especial los derechos al Trabajo y al Espacio Público de manera armonizada. Del mismo modo, la norma 463 de 2003 establece los lineamientos generales para la administración, mantenimiento y un mejor aprovechamiento económico del espacio público en Bogotá, ayudando a garantizar con esto la conservación, el mantenimiento, la calidad y el buen uso ese mercado por parte de todos los ciudadanos.

Igualmente,

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