CONSUMISMO: UN NUEVO ESCAPE

Universidad Evangélica de El Salvador

Ciencias sociales –Licenciatura en psicología

Técnicas de estudio

Rodrigo A. Alvarenga Munguía (CIF: 2017011064)

                                CONSUMISMO: UN NUEVO ESCAPE

        Juan Antonio Zamora, en su texto, «El consumo como cultura: el imperio total de la mercancía» hace ver al consumismo como un escape de la realidad. En la lectura se ve como Zamora expone a este hecho global, que se apodera y que define nuestra identidad, desde cómo empieza, qué causa, hasta cómo ha cambiado nuestra realidad existencial a una realidad meramente estética. También nos dota de una concepción bastante cruda con respecto al consumismo; haciéndolo ver como una nueva religión que se ha adoptado en toda nación.  

        Tal como lo explica Zamora, las pésimas condiciones de los sistemas políticos han llevado a los civiles a este eudemonismo hedonista, en donde se busca la ilusión de un bienestar que no se puede alcanzar. Los centros comerciales, más que lugares de consumo se han vuelto zonas recreativas, en donde se puede olvidar de la realidad y el contexto social, y en donde se puede disfrutar de una mercancía superflua; convirtiéndola así en una mercancía necesaria. Esto lo podemos extrapolar a la realidad salvadoreña, donde la población de escasos recursos invierte todos sus ingresos en aparatos electrónicos -celulares, televisores, entre otros- que le permiten evadir su realidad, y disfrutar de un placer totalmente estético.

        Esto ha hecho que se diluya la línea entre el comercio y el entretenimiento, pues ya no se vende productos necesarios ni productos deseables, sino que el cliente se convierte en el producto, ya que solo así logra olvidar; que compra y su realidad. Por ejemplo, Starbucks: se vende un producto que no es necesario, pero que genera cierto status –inexistente- en el consumidor, haciéndolo creer que su situación no esta tan mal, que después de todo, que puede “darse sus lujos” y que todo está bien, cuando no lo está. Creando de este modo el consumismo que ahora tenemos como religión.

        Comparto que el consumismo se ha salido de control, que ha enajenado a la sociedad a un mundo de fantasías. Pero es otro escape más. Desde que existe el deber, el hombre huye de él; pues la realidad es dura de afrontar. Muchos recurren a Dios, otros al alcohol o las drogas, y ahora muchos recurren al consumismo. Dejo por claro, que en ningún aspecto lo veo bien, es más, en lo personal lo considero uno de índices de la pobreza latinoamericana, pero no está marcando nuestra identidad. Pues la identidad no deriva simplemente de que se consume o no, sino de todo ámbito del individuo, donde se desarrolla este, teniendo en cuenta el por qué y para qué. En fin, hay que entender el porqué de nuestra compra de bienes y/o servicios, y reflexionar si son necesarios.

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