CURSO CONTROL DE GESTIÓN CASO Nº 1: EL IMPARCIAL

UNIVERSIDAD DEL BIO-BIO

FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES

CARRERA CONTADOR PÚBLICO Y AUDITOR

CURSO CONTROL DE GESTIÓN

CASO Nº 1: EL IMPARCIAL

Existe una cantidad de empresas periodísticas en el país medianas o pequeñas. Aunque justifican su existencia en tanto pueden ofrecer un producto informativo adaptado a un segmento geográfico concreto de la población, últimamente están teniendo problemas debido a las bajas tiradas que las caracterizan (aproximadamente el 90 % de ellos tienen tiradas inferiores a los 10.000 ejemplares, y un 65 % están por debajo de los 5.000). Esto supone que los costos unitarios de producción son bastante elevados.

El Imparcial es una de estas empresas; en su nómina aparecen cinco redactores y 6 empleados de taller. Existen 4 personas más que se dedican a tareas administrativas, como la gestión publicitaria, la documentación, la administración, etc. El problema que se le plantea a don Facundo, fundador y propietario de la empresa, es que, a pesar de haber iniciado importantes cambios estructurales en su organización, no consiguen unos costos competitivos.

En el sector de las empresas periodísticas parece existir un acuerdo tácito de no modificar el precio de venta al público de los ejemplares para evitar caer en una guerra de precios en la que todos saldrían perjudicados. Esto conociendo que el precio que pagamos por un periódico es muy inferior a su costo real. La competencia, por tanto, se establece en el nivel de la calidad del producto, del atractivo y, en los últimos años, de las promociones. Cada vez son más los lectores que se dejan cautivar por los vídeos, enciclopedias en fascículos, CD, etc.

A las empresas pequeñas les resulta difícil  competir con la oferta del fin de semana de los periódicos de gran tirada. Esa gran tirada les permite repartir el costo de elaboración de un suplemento semanal entre cientos de miles de ejemplares.

Otro factor que ha agravado la crisis ha sido el encarecimiento del papel y la presión que ejercen las empresas productoras de este insumo. Además, otro hecho que se agrega es la complicada situación económica del país.

Con respecto a la segunda fuente de ingresos, la publicidad, las cosas no van mucho mejor. Han aparecido multitud de televisiones locales y de radios (tanto con cobertura nacional, como local) que han acaparado parte del pastel publicitario. Se agrega a lo anterior, el hecho que las grandes centrales de compra de publicidad^[1] se están quedando con los márgenes de los que antes disfrutaban los medios.

Para colmo de males, don Facundo cuenta ya con la respetable edad de 66 años y, aunque su trabajo le apasiona, cada vez se siente con menos energías para afrontar la dirección de un periódico. Considera su empresa como un patrimonio familiar, y no está dispuesto a dejarla en manos de cualquiera. Afortunadamente su hijo menor ha seguido los pasos del padre y el año próximo culminará con toda probabilidad la carrera de periodismo brillantemente. Su idea es hacerlo rotar por las diferentes unidades de la empresa durante los próximos tres años para que tenga una visión global de la organización; posteriormente, si considera que está capacitado, pasará a dirigir alguna sección del periódico, de forma que en su 75 aniversario su hijo esté lo suficientemente curtido como para ocupar su puesto. Don Facundo tiene todas sus esperanzas puestas en él, y para ello le ha procurado y le procurará la mejor formación posible (su intención es que realice un máster en gestión de empresas una vez que comience a trabajar). Los veranos que no lo ha enviado al extranjero para estudiar idiomas lo ha tenido a su lado, para que observase su forma de tratar a los empleados y su forma de entender lo que es un periódico de calidad. Durante estos períodos el hijo se ha mostrado algo rebelde y demasiado innovador en sus propuestas, pero está seguro que eso se debe a la influencia de los profesores universitarios, tan alejados de la realidad empresarial que llenan de utopías las mentes de los estudiantes. A su entender, todo eso le pasará cuando lleve un tiempo trabajando de verdad. Para involucrarlo al máximo, los fines de semana que pasa en la casa comenta con él la situación de crisis en que se encuentra el sector y las posibles vías de escape que pueden adoptar.

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