Caos En Mi Ciudad

La Resistencia es la esperanza. Es aquello que se hace aun cuando todo está perdido. La Resistencia es pensar y hacer cosas buenas en una sociedad en decadencia. Ernesto Sábato propone La Resistencia para este mundo cambiado, diferente en valores, en emociones, en pensamientos. Propone la Resistencia contra el tiempo, contra lo que no es como ayer.

En el desarrollo de sus ideas, Ernesto Sábato hace un esbozo de una sociedad en decadencia, en donde la televisión es la causa de la aislación humana. Argumenta en contra de la televisión porque es el principio de lo antisocial. El hombre llega del trabajo cansado, después de una jornada larga, y no se sienta en familia, como antaño, sino busca la compañía de lo virtual, de los dioses de la pantalla. Esto demuestra la decadencia de lo humano: el olvido de los antiguos valores, la indiferencia de ser más en sociedad. La Resistencia es contra los cambios; la esperanza de hacer algo para no seguir decayendo.

La Resistencia de Ernesto Sabato es eso: un llamado a la acción, a romper con los vicios y placeres inútiles de la vida moderna, y a valorar nuestra pequeña vida en un universo infinito de otra manera. Sabato hace un llamado a la resistencia, a los valores del espíritu, al coraje que nos sitúa en la verdadera dimensión del hombre.

El hombre no tiene naturaleza: es un ser arrojado, vomitado al mundo, que no ha decidido nacer, y que no ha hecho nada para merecer la vida. Los seres humanos somos todos bastardos: no tenemos un fundamento, una razón por qué vivir. No sabemos de dónde venimos, ni tampoco tenemos una misión clara en el mundo.

Ernesto Sabato murió el pasado 30 de abril, a menos de dos meses de cumplir los cien años. Fue un escritor único: doctor en física, tenía un gran futuro como científico y sin embargo, hubo un momento de su vida en que decidió abandonar la ciencia, para pasar al mundo de la literatura, del arte, de la creación. Pasó de un mundo tan racional y ordenado, a un mundo subjetivo y caótico de emociones sublimes.

¿cómo debemos vivir los hombres? Sus cartas son una confesión, una declaración inesperada y necesaria. Sus palabras nos hacen sentir indignación, pero nos retan a ser sinceros y a sonreír con nosotros mismos. En este hombre que ya anciano descubre de qué se trata la vida, el oficio de vivir, encontramos una voz de esperanza, en medio de un mundo bárbaro y camino a la extinción.

¿Cómo podemos resistir? ¿Qué podemos hacer los jóvenes para apoderarnos de nuestras vidas y tratar de construir una sociedad mejor? ¿Cuáles son nuestros estandartes? ¿Las instituciones son las únicas capaces de transformar, o hay un potencial revolucionario en cada joven, en cada conciencia crítica?

Cada hombre, dice Sabato, tiene un destino. Pero este destino no se nos cumple divinamente, no está el mundo hecho para que se cumplan nuestros deseos. Nosotros tenemos en nuestras manos, las

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