Centralia

Eran tumbas y banderas con estrellas, nos pasamos una explosión en la carretera 42, sin siquiera sospechar que ella estaba una vez llena de casas, bares y tiendas. Centralia, y sus 1.000 habitantes, incluso en 1981, no hay casi nada que ver ... Sólo las personas se empujaban por su historia de inmigrantes de Europa que creían no encontrar un nuevo hogar, "turistas" filósofos, cazadores de fantasmas ...

Centralia es ahora invisible, pero Tom Dempsey, ex cartero, se complace obvio que visitar. "Aquí, estaba el campo de béisbol, donde las casas, y después de la escuela," ¿Tiene espectáculos -Él a grandes carretes. Todo lo que significa, vemos solamente un tramo de nieve y escombros. En invierno, así es como nos imaginamos el fuego donde el fuego es el más animado y el bajo, la nieve no se sostiene. Sin embargo, como el cementerio de San Ignacio, la nieve está bien. "Es normal, dicen los ancianos, el pastor había predicho." En el último siglo, un sacerdote irlandés, en guerra con un compañero de pandilla , había maldecido Centralia y anunció que iba a quemar por completo, a excepción de su iglesia y el cementerio. La iglesia no se quemó, pero aún así ha sido demolida con el resto de la ciudad.

Centralia todo, sigue siendo otra iglesia, cuatro cementerios, calles que conducen a ninguna parte, y un local municipal. Dentro burla final, un camión de bomberos. Todos los intentos de sofocar, ahogar o cavar fuego se agotó. En el departamento local de protección del medio ambiente, Tim Altares monitorea el progreso del fuego, pero ni siquiera tratar de apagarlo. Según los geólogos, el fuego ahora abarca 400 acres (1,6 km2) y avanzar "quince metros al año." A este ritmo, el sótano de Centralia riesgo de quema todavía "tres o cuatrocientos años."

Misa y canciones ucranianas

Seis casas siguen en pie, esos nueve recalcitrantes que se niegan a salir de su "patria". También se niegan a hablar con los periodistas, cansado de ser constantemente la misma pregunta: ¿qué buena estancia en esta tierra arrasada, en compañía de los muertos y los humos tóxicos "No tengo tiempo, voy a jugar? golf ", responde el más amable, Ben Hynoski, sorprendido por sus bermudas. Cuando llamamos a otras puertas, nadie responde. Una abuela incluso ha publicado un cartel: "Reporteros entrevista Nº."

Sin embargo, lo más llamativo en Centralia es ni vacío, ni humo, ni la terca que todavía se aferran a sus hogares. Esta es la atracción de lo que ya no es "yo vuelva varias veces a la semana", dice Tom, el cartero, que sin embargo dejó la ciudad en 1984. Su salario se reduciría ya que sería menos buzones y preferido entregar el correo en un pueblo cercano, que pagó mejor. "vuelvo cada día a pasear a mi perro, dice otro jubilado, John Lawler, 72 años. Camino por la pista del antiguo ferrocarril. Y es como si todavía podía ver cada una de las familias que vivían allí. "Salió de Centralia en 18, para ir y contratar a otra mina en Nueva Jersey. Pero entonces volvió a instalarse en la vecina localidad de Monte Carmelo, y su no siempre llevar el Centralia. "Por supuesto, yo podía caminar mi perro donde yo vivo, dice John. Pero en Centralia, hay tiene menos tráfico y también me gusta hablar con la gente de paso. Les muestro donde el fuego es, les hablo de todas las casas que ya no existen ".

Todos los domingos a las 11 de la mañana, las campanas suenan en las alturas de la ciudad fantasma, y ​​resuenan en la llanura desierta. En la colina, la iglesia católica ucraniana sigue ganando sus fieles, treinta cada domingo. Desde Ucrania natal de sus padres o abuelos, que casi se han olvidado de todo. Misa es en Inglés, con algunas canciones en ucraniano transcritos al alfabeto latino. Estos fieles han guardado la fe de sus antepasados ​​y se mantuvo unido a Centralia, su primera patria americana. "Fui bautizado en esta iglesia. Y mis padres están enterrados aquí ", dice Anna Lynn, 85, una de las abuelas que cada domingo, se lleva su coche para asistir a la oficina un poco extraño, en la tierra de recuerdos.

"Ir con el dinero del Estado"

Historia de Anna Lynn también nos recuerda que la vida era a menudo duras, estéril o imposible a sus habitantes, de Irlanda, Ucrania o Polonia extraer carbón. Su padre murió en la mina cuando tenía 2 años de edad. Para criar a sus cuatro hijos, su madre, una cadera discapacitados, estaba cocinando en las bodas o funerales. "Éramos pobres, admite Anna, elegante en su vestido de domingo, pero lo recuerdo como un Centralia ciudad inclusiva. Los vecinos nos trajeron zapatos o ropa. No pusimos la ropa vieja en cajas para dar a los extraños en la actualidad. "Anna dejó Centralia en 1988, cuando se derribaron las casas en su calle. Pero el domingo a la iglesia, es como que nunca fue parte - "mi corazón siempre estará ahí", dijo.

Si la vida hubiera sido menos miserable, probablemente haría ningún fuego. En mayo de 1962, pocos días antes de Memorial Day, el día de los soldados muertos en América, los asistentes habían querido quemar basura basura apilada detrás de uno de los cementerios. "Si no se siente tan mal el día todas las familias van al cementerio, dijo Tom, el cartero. De hecho, la ciudad tenía que cubrir la basura con la arcilla para evitar los olores y enfermedades. Pero había una falta de tractores y nos había acostumbrado a quemar basura. Así es como comenzó el incendio, "Tom también recuerda el Centralia su infancia como un mundo muy" normal "que el fuego arrasó." Eso, para mí, el verdadero desastre, suspira . En la década de 1980, cuando las autoridades que se ofrecen a los habitantes a abandonar, la ciudad se dividió entre los que querían quedarse, los que aceptaron dinero del Estado para reconstruir sus vidas en otro lugar y los que querían que se están realizando para extinguir el fuego. A partir de ese momento,

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