Chuzadas En Colombia

“Las Chuzadas”, claro ejemplo de corrupción colombiana

La corrupción se define según la RAE (Real Academia Española) como la práctica que consiste en hacer abuso de poder, con el fin de sacar un provecho económico o de otra índole. En el caso del ámbito político se entiende como el mal uso del poder público para obtener una ventaja ilegitima. Y para cualquier ciudadano se define como uno de los mayores problemas que existe en el país, ya que resulta ser un obstáculo grande para el progreso; En los últimos años la corrupción se ha incrementado de manera que ha estado afectando el desarrollo sostenible de las pequeñas y medianas empresas colombianas. Por ejemplo el soborno de funcionarios a colombianos para colaborar con la separación de Panamá del territorio nacional en 1903 o los problemas del narcotráfico y el conflicto armado son algunos de los casos por los cuales Colombia se ha catalogado como uno de los países con mayor corrupción en el mundo.

Las interceptaciones telefónicas más conocidas como “Las chuzadas” son un hecho de corrupción actual en Colombia. Donde se involucran entidades de seguridad entre las que están el DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) el ejército y el CTI (Cuerpo Técnico de Investigación). El problema se conoce cuando por orden de la fiscalía se cierra una de las pocas salas de interceptaciones que existen fuera del bunker del ejército colombiano. Más conocida como “sala gris” que hace parte del sistema principal de interceptaciones legales de la FGN (Fiscalía General de la Nación) en donde se realizaron importantes trabajos claves para operaciones contra el terrorismo, también significativo para la localización de Alfonzo Cano y el “Mono Jojoy”, Su más reciente protagonismo fue para el asunto de los militaros que participaron en los falsos positivos.

En el 2010 se tenían autorizadas 440 líneas para ser trabajadas y llegar a un fin legal; pero el año pasado se detectaron más de 100 líneas sin ningún soporte y/o autorización por parte del CTI quienes se encargan de controlar toda operación realizada, es más, uno de los funcionarios de esta entidad afirma que deberían ser ellos, por ley, quienes escuchen las líneas para así garantizar la legalidad del monitoreo. Y es allí donde se haya el problema ya que mucha gente no autorizada obtenía información y era imposible saber específicamente lo que ellos oían, pues ellos permanecían todo el tiempo allá. “Aunque tratamos, no podíamos estar ahí metidos 24 horas. Ellos sí. Nosotros tratamos de evitar que nos metieran goles, pero pudo pasar. El sistema (Esperanza) no puede evitar un corrupto” así afirmó el integrante del CTI entrevistado por la revista Semana, una empresa de comunicaciones que desde el nacimiento de este hecho ha tratado de estar al tanto del tema.

Para principios de Agosto de 2013 “la sala gris” fue trasladada al búnker

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