Colombia Parlamentaria

Una de las comisiones del llamado 'acuerdo político' que ha promovido el gobierno Uribe se ocupa de la Reforma del Estado. Ojalá su agenda no se limitara a analizar qué otras entidades del Estado quedan para acabar, sino que abocara temas de fondo como el que en buena hora ha planteado el expresidente López Michelsen, de analizar la conveniencia de adoptar un sistema de gobierno parlamentario. Vamos a contribuir con unas reflexiones en este sentido.

La tradición histórica colombiana, como la de todas las sociedades latinoamericanas, ha sido la del Presidencialismo, régimen que fue inventado por los norteamericanos en la Constitución de Filadelfia. El Parlamentarismo es de la tradición europea.

El régimen político parlamentario se caracteriza por estar disociada la jefatura de gobierno y la de Estado, esta última en cabeza de un monarca o de un Presidente, -que es una figura simbólica de unidad nacional, elegido por el Parlamento, distinto al Presidente en los regímenes presidencialistas-; el Jefe de Estado es el supremo director de las relaciones exteriores y el comandante supremo de las Fuerzas Armadas –responsabilidades que delega en el Primer Ministro- y en esa medida encarna la estabilidad del régimen político en su conjunto. La jefatura de gobierno está en cabeza de un Primer Ministro que representa la mayoría parlamentaria y que tiene a su cargo todas las responsabilidades cotidianas de gobierno; el Primer Ministro nombra su gabinete, generalmente parlamentarios, y él y sus ministros son responsables ante el Parlamento quién puede, a través de la moción de censura, revocarle el mandato en cualquier momento.

En el régimen parlamentario, hay de una parte una sola legitimidad, la que proviene de la elección del Parlamento, en la medida en que el Primer Ministro procede de allí –a diferencia de los Presidencialismos en el cual hay legitimidades paralelas, el Presidente tiene la suya y el Congreso la propia, ambas originadas en procesos electorales separados-; adicionalmente el Parlamentarismo tiene mecanismo de revocatoria mutua del mandato: el Parlamento puede revocar a un ministro o al conjunto del gobierno a través del voto de censura, pero a su vez el Primer Ministro puede, previo acuerdo con el Jefe de Estado, disolver el Parlamento y convocar a elecciones anticipadas. En el Presidencialismo esto no es posible, los diversos poderes tienen períodos fijos y por ejemplo, pretender revocar el Congreso como alegremente a veces algunos plantean, sería en la práctica dar un 'golpe de Estado'.

El Parlamentarismo requiere la existencia de fuerzas políticas organizadas; el régimen parlamentario clásico, que es el inglés, cuenta con un sólido bipartidismo y en otros casos hay coaliciones políticas estables. Lo anterior por cuanto la estabilidad del gobierno depende de la solidez de las coaliciones de apoyo político en el

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