Como es el Origen del Estado.
Enviado por Karla.Zavala • 15 de Diciembre de 2016 • Documentos de Investigación • 2.663 Palabras (11 Páginas) • 273 Visitas
El Origen del Estado
Para comentar sobre el origen del Estado es necesario conocer su significado y el entendimiento de dicha palabra como un fenómeno gobernativo que se transforma con el paso del tiempo. El modelo iusnaturalista es también una característica social que tiene que ser tomada en cuenta en esta temática, debido a que significa un inicio para la organización comunal y posterior evolución hacia el Estado Moderno, pasando por una serie de puntos que determinan el nacimiento de un nivel de política y un cambio socioeconómico que permitirán formar un Estado. La definición del Estado varía dependiendo del contexto y el tiempo en el que se maneje o utilice la palabra. Su significado se modifica entre los diversos autores que hablan sobre el tema político a lo largo de los años, pues este tópico es de gran interés desde las épocas de los filósofos griegos hasta la actualidad. Aunque cabe mencionar que es Nicolás Maquiavelo el primero en utilizar la palabra Estado como característica de la política. La función y los representantes de este fenómeno de gobierno son cambiantes y diferentes, pues depende mucho del lugar donde se aplica. Norberto Bobbio plantea que en el contexto en que transcurrió la vida de Maquiavelo, la palabra Estado ya se estaba transformando en el uso común al querer referirse a “la máxima organización de un grupo de individuos sobre un territorio en virtud de un poder de mando”.1 Durante los siglos XV y XVI, la palabra usada era civitas, la cual se refería al gobierno y a sus institutos, pero esta palabra grecolatina sólo se usaba porque se vivía en naciones-estado. Esto nos permite entender que para cuando los territorios gobernados se expandían más allá de los límites de la ciudad se empezaba a requerir de una palabra diferente de civitas. De esta idea primaria se puede resaltar la principal característica de un Estado: el territorio, los habitantes y los órdenes políticos. Al hablar de un territorio o dominio de una orden política para definir Estado, se está dividiendo el uso de dicha palabra a lo largo de la historia, pues forzosamente tendría que ser utilizada después del Medievo con la llegada de gobiernos con un territorio definido y habiendo pasando la etapa en que surgen las instituciones dentro del gobierno. Pero el Estado no es una cuestión territorial, o del monopolio de la fuerza como lo plantea Bobbio. El Estado nace a partir de que se crean instituciones que permiten gobernar y mantener en activo a quienes estén en el poder, sin importar el tipo de gobierno que sea (monarquía, dictadura, democracia). Max Weber agrega que el Estado es “definido mediante dos elementos… la función de ocuparse de la prestación de los servicios públicos y del monopolio legitimo de la fuerza”.2 En el primer punto se demuestra la utilización de servicios que mantengan el orden público como el judicial, el jurídico, el que se tenga un sistema de justicia que salvaguarde las propiedades y la integridad de la sociedad. Lo que permite argumentar que las instituciones gubernamentales, siempre y cuando funcionen correctamente, legitiman al Estado ante la sociedad civil. La definición de Estado como aquel que monopoliza el uso legítimo de la fuerza no puede ser utilizada, pues monopolio es una palabra que se define como el hecho de que sólo una persona pueda vender y no el que una sola persona pueda usar. Por ejemplo, Estados Unidos permite a sus ciudadanos tener un acceso a las armas de fuego de avanzada con relativa facilidad, eliminando esta característica que se le quiere dar al Estado de ser la única entidad en su territorio capaz de tener una fuerza bélica considerable. Con la visión de una jerarquía dentro de la sociedad se genera otra teoría sobre el surgimiento de la palabra Estado en donde el bien común desaparece del significado de las palabras referidas al gobierno durante el siglo XVI, cuando se empleaban términos basados en los discursos de intelectuales de la antigua Grecia como Platón, y su Res Publica: Bien común, se le asignaba al orden político una idea igualitaria, Dominium Politicum, un interés en toda la sociedad, el hacer gestiones por el bien de todos y no de unos cuantos. Giovanni Sartori nos explica que dentro de la sociedad se forma una estructuración jerárquica3 que ya era apreciada antes de que Maquiavelo utilizara el término de Estado, pero hasta el siglo XVI se usaban términos como principatus y regnum4 para referirse a estructuras de realezas diferentes a las que se conocen de las naciones-estado griegas en donde esa visión jerárquica quedaba sobreentendida por lo reducido de su espacio territorial, a diferencia de los grandes territorios conseguidos durante el siglo XVII. Se puede entender que la palabra Estado no era denominada para las órdenes políticas hasta antes de 1600 d.C., pero sí existía una visión que abarcaba la definición de dicha palabra; de acuerdo con lo que se expone Sartori, se podría emplear la palabra Estado al hablar de civilizaciones antiguas como la romana o la espartana. El origen del Estado está fundamentado en la concepción iusnaturalista, de cuyo significado se puede desprender como una consecuencia el Estado. La sociedad natural que se suscita en las organizaciones primitivas constituye el estado de naturaleza; que en un principio se formaba en base a familias, donde el poder radica en el jefe de una familia, es decir el gobierno patriarcal. De estas sociedades se desprende una comunidad que se dedicó a la subsistencia de la numerosa familia y era claro que no se necesitaba de instituciones jurídicas o constituciones que legislaran los derechos de cada uno. En sus diálogos,5 Platón narra de manera deductiva cómo fueron las primeras sociedades paternalistas. Asume que después de una catástrofe de la naturaleza las personas que lograron sobrevivir tuvieron que organizarse entre clanes donde su relación estuviera directamente relacionada con lo sanguíneo, y por ende, se formaron alrededor de una figura simbólica o de un líder de la familia. “La más antigua de todas las sociedades, y la única natural, es la de la familia”.6 Dentro de las sociedades naturales y el Estado se encuentran una serie de percepciones en donde la regiduría o el mandato se desarrollan en conjunto con la diversificación de la sociedad. La familia se vuelve indudablemente la base de un Estado fuerte en conjunto con la comunión de diversos jefes de familias, que vista de manera superficial formarían las primeras organizaciones monárquicas, cuya forma de transferir o heredar el poder aún se siguen suscitando. No se puede decir que es la manera funcional o la más práctica para legitimar el poder en una persona o clase de personas, pero al ser animales sociales y al sobrevivir forzosamente en comunidades se necesita tener una cabeza del grupo que guie, regule nuestra vida y contacto con las demás personas. Dichos líderes tienen que salvaguardar a su sociedad, tanto dentro de ésta como en su exterior, de las diversas amenazas que puedan presentarse. Una vez que los jefes de familia dejaban de tener una legitimación entre los suyos, cuando las sociedades sobrellevaron los peligros y, por lo tanto, no requirieron de los servicios de los altos rangos, la religión tomó parte esencial para justificar la posición jerárquica entre las comunidades, poniendo un mandato divino a sus cargos como regentes en los territorios de dominio. La posterior evolución de un gobierno patriarcal hacia el Estado lo explica Engels como “la disolución de una sociedad gentilicia basada en las relaciones familiares, y el nacimiento del Estado señala el paso de la barbarie a la civilización”.7 Desde un punto de vista económico, con el surgimiento de la propiedad privada, las personas se adueñaban de terrenos que pertenecían a la comunidad y empezaron a formar patrimonios personales hereditarios únicamente entre sus familiares. Esto marcó un punto donde sociedades horizontales empezaron a construir a manera de poder económico clases diferentes y, por ende, jerarquías; lo que conllevó a una comunidad desigual. Es aquí donde se pierde el bien común, ya que se pierde la propiedad colectiva que era referente de una comunidad viviendo en la barbarie y se estratifican las sociedades. El Estado nace a partir de la visión de una sociedad clasista, en donde la propiedad privada y las instituciones, así como un territorio claramente delimitado forman un gobierno cuya política es salvaguardarse y mantenerse en el poder, sin importar los derechos de pocos o de muchos. El poder es la máxima expresión del Estado. Su legitimación tiene que sustentarse únicamente entre sus ciudadanos, en cuanto que sus actos contemplen la supervivencia de una sociedad existiendo entre o bajo las instituciones que se crean para la comunión con las personas. Es evidente que la necesidad de imponer un Estado para marcar un orden político surge a partir de la caída del Medievo, donde las características del poder gobernativo son expandidas más allá de los límites de una ciudad y de la creación de institutos jurídicos y sociales. La visión vertical de la jerarquización de las sociedades marca un punto determinante para el cambio de una sociedad primitiva a una civilizada. La naturaleza humana requiere de una forma de líder o jefe que permita sobrellevar a una sociedad. Es totalmente entendible que las primeras formas de gobierno se crearan a partir de grupos familiares y de patrimonios comunales. Pero la naturaleza del hombre también dio como origen la propiedad privada y la enajenación propia de tierras como principal fuerza económica, hecho que tuvo como consecuencia la creación de clases de familias con mayor poder de capital dando por terminada la etapa medieval y la creación de burguesías. El origen del Estado se puede determinar a partir de tres puntos fuertes: el dominio territorial perfectamente determinado, una sociedad basada en diferentes clases sociales con diferentes poderes económicos y la aparición de instituciones que den servicios y protección de manera interna y externa a su sociedad civil. Por estos puntos principales se puede inferir que el Estado surge aproximadamente en el siglo XVI, tomando en cuenta que el cambio no se dio tajantemente sino progresivamente y de manera heterogénea. No se puede hablar de una permutación radical de sociedades organizadas a sociedades con Estado, pero sí de una evolución en su política gubernamental. La caída del mundo medieval, tuvo como consecuencia cambios entre los órdenes de poder y empezaron a surgir las características mencionadas que dan origen a un Estado.
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