Condición actual de la industria petrolera mexicana

Condición actual de la industria petrolera mexicana

La industria petrolera mexicana se encuentra, indiscutiblemente, en un estado desmedido de improductividad en ascenso. Es un hecho que el gobierno la ha querido controlar en los últimos años, pero su visión errónea y mal planteamiento de políticas no han ayudado a solucionarlo. ^[a]Al seguir con esta situación, el país estaría presentando una gran crisis económica, laboral y energética con efectos desestabilizadores en el mercado a nivel internacional.     ^[b]

Aunado a esto, ^[c]Petróleos Mexicanos (PEMEX), la principal empresa estatal productora, transportista, refinadora y comercializadora de petróleo en el país, se halla en una grave adversidad sin fin. Según los resultados presentados durante el cuarto trimestre de 2018 por PEMEX se registró una pérdida neta de 125,500 millones de pesos mexicanos (PEMEX, Resultados al cuarto trimestre de 2018 1), que corresponde a un 469% de 26,771 millones de pesos mexicanos del tercer trimestre de 2018 (PEMEX, Resultados al tercer trimestre de 2018 1); la deuda financiera total incrementó en 2.2% comparada con el cierre de 2017 debido a la depreciación del peso respecto al dólar; el proceso de petróleo registró 505 mil barriles diarios, lo que significa una disminución de 12% con respecto al último trimestre de 2017, consecuencia de problemas de desempeño en la operación de plantas en la refinería de Madero, la acumulación de inventarios en Tula y Salamanca y por el incendio de una planta en Minatitlán. Además, el volumen de ventas de gasolinas en México disminuyó 9.3% y el de diésel disminuyó en 8.6% (PEMEX, Resultados al cuarto trimestre de 2018 1-5).^[d]

Todos estos datos objetivos reflejan el mal planteamiento y organización administrativa, el inadecuado uso de los recursos materiales y financieros y la débil e incompetente infraestructura tecnológica, científica e industrial que tiene el sector petrolero. Adicionalmente, importantes economistas y analistas políticos han insistido urgentemente en los inconvenientes y contrariedades de la industria petrolera mexicana y en la necesidad de cambio y fortalecimiento de calidad de la misma. Luis Pozos en Los dueños de PEMEX: Del Saqueo a la Reforma señala que:

“En México, la izquierda, que se dice revolucionaria, ha pasado en el siglo XXI a ocupar el banquillo de los conservadores del siglo XIX, pues se oponen a todo cambio que intente una mayor productividad y modernización a las estructuras del país, como la reforma petrolera, la reforma laboral y el libre comercio.

En el caso del sector petrolero, la situación de los conservadores de izquierda es irracional y caprichosa. Pretender conservar el monopolio estatal absoluta en el sector petrolero, que ha generado, como ellos mismos lo admiten, corrupción, baja de las reservas, aumento en las importaciones de gasolinas y ha colocado a PEMEX como una de las empresas petroleras más improductivas del mundo” (56).^[e]

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