Conformismo, Una Barrera Para Alcanzar El Exito

Como ya sabemos, estamos insertos en una sociedad que se encuentra en constantes cambios. Una sociedad la cual muchas veces no nos permite lograr los objetivos que esperábamos o deseábamos por diversos motivos, ya sea por el miedo a fracasar o el miedo a enfrentarse a cosas nuevas y es por eso que en la mayoría de las veces nos conformamos con sucesos que no eran el resultado que esperábamos obtener.

He ahí donde permanecen muchos factores que nos limitan y nos impiden ver la capacidad que poseemos como seres humanos para superar las adversidades que se nos presentan al momento de alcanzar un objetivo, debido a que el resto del mundo nos auto condena en un círculo vicioso del conformismo, y muy pocos se atreven a hacer un cambio en sus vidas y salir de allí.

Vivimos sumergidos en el mundo de las justificaciones, excusas y pretextos, estamos timbrados de una cultura mediocre, en donde las justificaciones son parte de nuestro día a día y constantemente estamos buscándolas y ofreciéndolas para excusarnos de hacer a medias, hacer justo lo que debemos realizar o inclusive no llevar a cabo nuestros deberes.

Desde nuestra formación académica rebuscamos diversos motivos para no asistir a clases, no hacer las tareas o no estudiar para un examen, por ejemplo; y a la vez estas excusas también son consentidas por nuestros padres, quienes aprueban el mal actuar convirtiéndose en nuestros cómplices enviando un “justificativo” al establecimiento o realizando nuestros deberes escolares.

Esta situación la vemos en todas las áreas de nuestra vida; tanto en el colegio, el deporte, las artes, las actividades del día a día, inclusive hasta en el trabajo, y son incluidas en nuestra vida como hábitos y pensamientos que van definiendo nuestro estilo de vida, generalmente heredadas por costumbres familiares o adaptadas en nuestra vida por las relaciones interpersonales que tenemos con nuestros amigos y conocidos.

El Dr. Camilo Cruz en su libro “La Vaca” indica que existen varias categorías de éstas y entre las más comunes se encuentran las “justificadoras de la mediocridad” y las que “buscan excusar lo inexcusable”. Entre las primeras encontramos por ejemplo: “Odio mi trabajo, pero hay que dar gracias que por lo menos lo tengo” o también “no tendremos mucho, pero al menos no nos falta para la comida”. Del segundo tipo unas de las más frecuentes son “quisiera leer mas pero no tengo tiempo” o “lo que pasa es que a las mujeres nos toca el doble de difícil que a los hombres”.

La pregunta es ¿por qué?, ¿por qué tenemos que vivir atados o con resignaciones de algo que no llena nuestras expectativas? Y si fuese el caso en el que esto requiere que demos más de nosotros mismos y nos aventuremos en un nuevo mundo donde experimentando y explotando más nuestro potencial alcanzaremos lo que queremos, anhelamos y deseamos, ¿por qué no hacerlo? Es tan simple

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