Corrucionn
Enviado por roblesdigital • 27 de Septiembre de 2014 • 13.822 Palabras (56 Páginas) • 216 Visitas
1
Reflexiones
sobre la
Corrupción en México
I) Introducción
El tema de la corrupción en México es un tema tan complejo como delicado y que
en verdad urge ya abordar frontalmente para poder lidiar con ella de manera
efectiva. Dicho tema es complejo por la cantidad de facetas o aspectos que presenta
y es delicado porque la vida nacional se ha visto profundamente afectada por la
omnipresencia y (de seguir así las cosas) la omnipotencia de la corrupción.
Modalidades de corrupción son, e.g., el tráfico de influencias, el contrabando, el
soborno, el peculado, el uso privado de bienes públicos, el castigo al inocente y el
premio a quien no lo merece. Se trata, como puede fácilmente apreciarse, de
prácticas por todos conocidas, de formas de conducta familiares y en las que, de uno
u otro modo, incurre la inmensa mayoría de la población. Lo que, sin embargo, la
gente resiente pero no comprende es que la corrupción significa, de manera gradual
pero in crescendo, la destrucción de la vida institucional, el desprecio por la
legalidad y el triunfo de la ilegitimidad y de la inmoralidad. Una sociedad corrupta
no puede ser sino una sociedad en estado de descomposición y, por consiguiente,
tiene necesariamente que ser una sociedad injusta. Dada la extensión y la
profundidad alcanzadas por la corrupción en nuestro país, no sería una exageración
afirmar que estamos frente a un peligro de seguridad nacional. Es sólo con voluntad
férrea que podremos desembarazarnos de ella. Empero, la voluntad por sí sola no
puede acabar con la corrupción. Ésta exige ser primero comprendida. Este ensayo
es, pues, ante todo una meditación en esta dirección. Sin embargo, trataré también
de sugerir líneas generales de acción para diluir los efectos y acabar con el mal
social más insidioso y dañino de la sociedad mexicana actual.
Nuestro punto de partida será una verdad evidente: hay una conexión
intrínseca fuerte entre la naturaleza de una acción y su evaluación y comprensión.
Por ejemplo, de nadie podría decirse que actúa políticamente si el agente en cuestión
no cargara una dosis, por mínima que fuera, de teoría política; asimismo,
difícilmente podría decirse de un individuo que no maneja el lenguaje religioso que
está en posición de realizar acciones “religiosas”; sería grotesco decir de un
chimpancé que por casualidad pinta un lienzo que se trata de un gran “artista”, y así
indefinidamente. Los ejemplos los podemos multiplicar tanto cuanto queramos, pero
en realidad no sirven más que para ilustrar la conexión conceptual ya mencionada:
en la medida en que una acción no es un mero movimiento físico sino que tiene un
carácter específico, la naturaleza de la acción dependerá del filtro teórico por el cual
haya pasado, el cual le imprimirá su rasgo distintivo definitivo.
2
Ejemplifiquemos esto último mediante una inofensiva especulación.
Supongamos que se prepara en un determinado país la visita de un hombre de estado
de un país vecino, en contra del cual sin embargo se planea un atentado. Imaginemos
que el estadista visitante se pasea por la ciudad en un auto descubierto. Ahora bien,
sucede que cerca de donde se encuentra el visitante hay un campo de tiro y que, por
un malhadado descuido, alguien, que no tiene nada que ver con la conspiración,
dispara en la dirección equivocada y, sin proponérselo, acaba con la vida del
estadista visitante. La pregunta aquí es: ¿fue su acción una acción política? Me
parece que la respuesta es clara: en la medida en que el sujeto no pretendía disparar
en contra de nadie, no tenía ningún plan en ese sentido, no luchaba en contra de los
proyectos del estadista visitante sino que inclusive simpatizaba con él, no estaba
interesado en política, no sabía siquiera que se iba a producir dicha visita, etc.,
podemos decir que su acción fue desde luego un homicidio, aunque involuntario,
mas no una acción política. En cambio, exactamente el mismo suceso producido por
alguien que sí participaba en el complot, que sí tenía una concepción política
opuesta a la del mandatario, etc., no podría ser clasificado más que como resultado
de una acción política. Inclusive si alguien (su esposa, e.g.) por razones puramente
personales asesinara al estadista en cuestión, su acción sería criminal, mas no
política. Para que la acción revista el carácter de política tiene que estar cargada de
teoría política, tiene que tener motivaciones y objetivos políticos. Esto es una
consecuencia particular de la idea general de que hay una conexión conceptual
fuerte entre las nociones de acción y de comprensión.
La situación imaginaria descrita más arriba nos es útil por lo siguiente: nos
permite entender que si no se detecta y diagnostica debidamente una situación
determinada, simplemente se le entenderá mal y no se le podrá enfrentar con el
instrumental apropiado y con la óptica adecuada. Dicho de otro modo: ningún mal se
puede contener si previamente no se le comprende, esto es, si nada más se le padece.
Siguiendo con nuestro ejemplo imaginario: no comprender la naturaleza de la acción
llevaría a castigar como un criminal político a alguien que cometió un homicidio
involuntario o, a la inversa, a castigar un asesinato político como si se tratara de un
mero accidente. Esta lección, naturalmente, vale por igual para el colosal problema
de la corrupción. Combatir la corrupción sin un diagnóstico claro, sin tener de ella
una visión global de sus múltiples manifestaciones, es como pelear vendado de los
ojos con alguien: quizá se pueda asestar uno que otro golpe al adversario, pero es
sumamente improbable que se le pueda ganar la pelea.
Es importante hacer consciente a la gente de que, de uno u otro modo, tarde o
temprano, los daños engendrados por la corrupción repercuten siempre en el
individuo, en las personas concretas, de carne y hueso. Es factible que para alguien
alguna modalidad de corrupción resulte provechosa. Lo que es menos probable es
que para sus hijos también lo sea y es probable que si bien alguien logró deslizarse
con éxito por el resbaladizo terreno de la corrupción sus parientes o amigos cercanos
3
se patinen y resbalen allí precisamente
...